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De ideal imposible de feminidad a prenda rompedora: los bralettes, corsés y bodys viven su renacimiento

El corsé, que nació con la voluntad de constreñir, se reinventa ahora como un instrumento reivindicativo de la feminidad

El corsé se ha visto mucho en el mundo del cine, la música y la moda.

El corsé se ha visto mucho en el mundo del cine, la música y la moda. / EPE

La historia del corsé es compleja. Aunque tuvo su origen en Italia, fueron las mujeres de la corte francesa las que lo popularizaron en Occidente tras ser producido en Francia por Catalina Médici. Era una prenda interior, como vemos en la popular serie de Los Bridgerton, pero también un símbolo de opresión, que recluía a las mujeres en un corpiño fruncido en el que apenas podían respirar. Por encima iban esos grandes vestidos que llevaban hasta para tomar el té en casa.

En la popular serie Los Bridgerton vemos cómo usan corsés. 

En la popular serie Los Bridgerton vemos cómo usan corsés.  / EPE

Esta prenda 'encarceló' a las mujeres durante siglos. Llegó incluso a provocar problemas de salud entre las damas por el dolor excesivo que les provocaba. Desde las culturas más antiguas, la obsesión por exhibir el aspecto femenino de la mujer llevó a diseñadores a acentuar rasgos como la cintura delgada. Algunas prendas, entre ellas el corsé, se han utilizado para delimitar las siluetas femeninas de moda.

De opresión a libertad

En los últimos años, prendas como los corsés, los bodys y los bralettes han vuelto a estar presentes en pasarelas, tiendas y armarios. Las grandes marcas del mercado de la moda no se han quedado atrás y han sido las pioneras en llevar esta moda a las pasarelas con prendas que realzan la silueta femenina. Jean-Paul Gaultier, en una entrevista para el The New York Times, contaba que a pocos días de un desfile “quería algo que mezclara lo masculino y lo muy femenino”. “El resultado fue mucho más agresivo, de eso se trataba, de hablar abiertamente de sexualidad y poder, incluso de dominio, con una prenda que había servido tradicionalmente, para lo contrario”, aseguraba.

Las grandes marcas son las que en cierta medida han hecho que esta moda llegue a las tiendas de ropa convencionales. Pero si antes eran un símbolo opresor para las mujeres y sus cuerpos, en los últimos tiempos emplear estas prendas significa lo contrario: es una forma de realzar la figura femenina, que se vea y que sirva para ver los ideales de belleza y feminidad de las mujeres.

Una de las más icónicas

El paso de símbolo opresivo a las pasarelas de moda llegó de la mano de un diseñador japonés Issey Miyake. Estos corsés, que denominó Silicon Body, nacieron en 1985, cinco años más tarde que sus Plastic Body. Respondían a la exploración en la relación entre el cuerpo, la ropa y los materiales poco ortodoxos con los que cumplir ese objetivo. Para Miyake, el torso femenino era símbolo de inspiración, de ahí que le dedicara buena parte de sus creaciones en los años 80.

Aunque estas piezas creadas cubrían el cuerpo, funcionaban como si fuera una “prenda al desnudo”. A pesar de que el material es rígido, exhibían toda la silueta del cuerpo de la mujer, marcándose los pezones, los abdominales y el ombligo.

Tras esta creación, diseñadores y modelos se han sumado a utilizar esta prenda. Una de las más famosas y emblemáticas es la aparición de Zendaya en el año 2019 en los Critic Choice Awards, de la mano de Tom Ford. La artista se sometió a un escáner corporal 3D para hacer una réplica exacta de su torso.

Tiendas convencionales

EL PERIÓDICO DE ESPAÑALas ventas podrían haber aumentado en un 60% en el último año

Ella misma cuenta que muchas veces es la que pregunta a las propias clientas desde cuándo lo usan o si siempre lo han usado. “La mayoría responde que les están dando una oportunidad después de haberlas visto tanto en desfiles de marcas internacionales. Además, les gusta ver a influencers con corsés, bodys y bralettes, por lo que van a por ellas”, asegura Marta.

Moda en auge

Antes de 2019, estas prendas apenas se buscaban en Google. A partir del año 2020, las búsquedas se disparan. Ya en 2022, la prenda que más se escribe en el buscador es el corsé. Si esto tiene que ver por su auge de las redes sociales y las propias influencers, abre el debate de si se usan de verdad porque gustan y nos hacen sentir cómodas o si, al contrario, solo se adquieren por estar de moda.

No existen normas fijas sobre como llevar estas prendas en nuestros looks del día a día. Lo interesante de esto es que cada cual decide cómo emplearlo. Tanto si quieres mostrar tu cuerpo como si no, es importante sentirte bien con lo que llevas y jugar sin miedo si es así como te sientes. Para eso están las modas.

Jugar con la superposición de sujetadores sobre vestidos o camisetas, bodis o bajo algún top, mostrar la silueta o bien solo detalles como un tirante, son algunas de las fórmulas que ayudan a incorporar la tendencia.

Seguir la moda y las tendencias es una forma de disfrutar del acto de vestirse, dónde cada cual encuentra su manera de usarlo y mostrarse al mundo, olvidándose de las modas, los estereotipos, las reglas del momento, los complejos propios de cada persona o cualquier barrera que no deje a una persona ser libre en estas decisiones. El auge de los bralettes, corsés y bodi) no tiene solo que ver con la apropiación del cuerpo femenino. En los últimos desfiles de los grandes diseñadores se ha convertido en una prenda imprescindible para mostrar al mundo el mensaje de la feminidad. Los tiempos en los que vivimos piden exceso. En tiempos de incertidumbre social, las pasarelas suelen retratar un fingido optimismo a golpe de prendas alejadas del uniforme del que podríamos hablar hace unos años.