EN MADRID | ENTREVISTA

Alberto Palma, guitarrero: "Tenemos clientes incluso de EEUU; ninguna tienda tiene 120 guitarras diferentes"

Lleva 15 años fabricando y arreglando guitarras y desde hace nueve lleva La Guitarrería de Madrid, una de las más prestigiosas de España

Alberto Palma, en la Guitarrería de Madrid, situada en la calle Atocha.

Alberto Palma, en la Guitarrería de Madrid, situada en la calle Atocha. / ALBA VIGARAY

Roberto Bécares

Roberto Bécares

Pregunta.- ¿De dónde le viene la pasión por la guitarra?

Respuesta.- Yo soy de Granada y desde pequeño nos enseñaron en el colegio a tocar la guitarra y siempre fue un instrumento que me gustó mucho. Como mucha gente luego lo tienes que dejar porque empiezas los estudios en serio, el trabajo... mi entrada en la luthería fue cuando vine a vivir a Madrid y me contrataron en José Ramírez, que es el luthier más antiguo de Madrid. Entré en la tienda a trabajar y cada cierto tiempo íbamos al taller y los guitarreros que estaban allí nos iban enseñando los arreglos, los ajustes, que luego en la propia tienda empezábamos a hacer. Ahí me picó el gusanillo de investigar más, conocer más guitarreros, incluso en casa empecé a hacer mis pequeñas reparaciones y a trabajar un poco la madera. Tiempo después, y no estando muy a gusto en la empresa donde estaba, decidí salir de ella y junto a Juan Antonio, el propietario de Cibeles, un fabricante de estuches de toda la vida, que quería abrir una tienda, lo hablamos y abrimos esta tienda. Yo llevaría la parte física, en venta, pero también las reparaciones, y en el taller de Cibeles en Griñón hacemos una línea de guitarras un poco más serias.

P.- ¿Qué particularidad tienen? 

R.- Con nuestra marca, que es Antonio de Toledo, intentamos hacer guitarras bastante ajustadas en precio para que tengamos un público que pueda acceder a guitarras hechas a mano, aunque también tenemos línea de estudio, y lo que trabajamos es con distintos constructores en el tema de plantillas y diseño de las guitarras. Entonces, lo interesante es que hacemos nuestra propia línea de guitarras con características de estos guitarreros. Por ejemplo, tenemos unas plantillas con Juan Álvarez, que es una segunda generación de aquí de Madrid bastante importante. También con Vicente Carrillo, cuya familia lleva desde 1744. Con ellos como tenemos bastante amistad conseguimos hacer unas plantillas con un sonido muy característico. Intentamos que nuestras guitarras tengan potencia, tengan personalidad, y sobre todo que duren en el tiempo. 

P.- Este es un oficio que se aprende, ¿cree que debería haber un curso de Formación Profesional?

R.- De hecho lo hay, en Cádiz hay una escuela de luthería, y aquí en Madrid por la parte privada hay una escuela que se llama Glisando, que lleva muchos años funcionando. Glisando la fundó un luthier que salió de Ramírez. Tú puedes hacer como una especie de máster. Ellos te explican mucho de maderas y te vas haciendo a la vez tu propia guitarra y en ese proceso aprendes de todo... Es verdad que el guitarrero empieza desde cero en el taller y aprendes poco a poco. Vas pasando por diferentes etapas donde montas diferentes partes del instrumento hasta que llegas a ser oficial de primera y ahí ya construyes la guitarra entera. 

Alberto Palma, trabajando en una de las guitarras en el taller de la tienda.

Alberto Palma, trabajando en una de las guitarras en el taller de la tienda. / ALBA VIGARAY

P.- ¿Cuál es la clave a la hora de fabricar una guitarra que suene bien?

R.- La clave es la madera, hay que trabajar con una buena madera y, sobre todo, con un periodo de sequedad natural importante porque si trabajas con maderas frescas son guitarras que suelen dar problemas de sonoridad, aparte de abrir rajas, moverse la madera, doblarse los mástiles... y sobre todo el proceso interno de fabricación, el baretaje, todos los guitarreros nos basamos en Torres, que fue un guitarrero andaluz que popularizó lo que se llama abanico, que son unas tiras de madera, las baretas, la tapa armónica, que lo que hace es redirigir un poquito esa vibración para conseguir un equilibrio entre graves y agudos.   

P.- ¿Qué tipo de cliente os suele venir?

R.- Como somos una tienda abierta tanto a los que se inician como a profesionales tenemos desde clientes que empiezan de cero, que quieren probar, hasta estudiantes del Conservatorio Superior de Madrid, y profesionales. Y también artistas consagrados que buscan guitarras de artesanía y buena calidad. 

P.- ¿Alguno conocido?

R.- Pues muy amigos nuestros son Pepe Habichuela, con su hijo Josemi. También el guitarrista de Maná, concretamente, que toca la guitarra eléctrica y acústica, pero es un artista clásico impresionante. La primera vez que lo conocí en Ramírez, hace 15 años, me sorprendió mucho, y cuando vienen a Madrid pasan por la tienda. 

P.- ¿Cada vez tienen más clientes extranjeros?

R.- Sí, tenemos muchos clientes italianos, franceses y alemanes. Si algo tenemos en España, que es cuna del instrumento, es que a pesar de que hay guitarreros por Europa, mucha gente piensa que la guitarra en España tiene cierto carácter y cierto alma y lo busca. Muchos profesionales europeos y también estudiantes de conservatorios vienen a Madrid, que hay más variedad. Yo también tengo guitarras de guitarreros andaluces. Tengo clientes de EEUU que cuando vienen a España rápidamente pasan por la tienda porque para ellos no existe una guitarrería así, con 120 guitarras diferentes, de guitarreros diferentes, de fábrica, todo en un mismo sitio.

P.- ¿Es un negocio que se va a mantener en el tiempo?

R.- Hubo un momento que se pensaba que la luthería decaía porque es verdad que algunos grandes guitarreros igual sus hijos no continuaban con el oficio, pero por otro lado hay un resurgir de la luthería con la escuela de Glisnado o la de Cádiz. Tal y como conocemos la luthería en la actualidad posiblemente desaparezca en unos años, pero todo al final tiene que ir cambiando, igual que el insturtmento ha ido cambiando en los siglos, el oficio seguramente también cambiará. Sí creo que la artesanía como tal se perderá porque ahora hay mucha maquinaria que ayuda a que sea todo más rápido y más facil, y es verdad que hacer una guitarra en cuatro meses es muy costoso. 

P.- ¿Qué madera es la mejor para una guitarra?

R.- Aparte de la antigüedad propia de la madera, en guitarra española si nos vamos a la tradición, las maderas claramente escogidas. En la tapa, funciona el abeto, siendo el alemán el de mayor calidad, y en el fondo palosanto, de Brasil antiguamente, luego de India, y ahora en cierta calidad palosanto de Madagascar. Pero con las nuevas generaciones se está volviendo a maderas antiguas y empiezan a verse guitarras con maderas frutales, de manzano, de peral, de olivo... se tiende a volver a los anterior para reiniciarse. 

P.- ¿Hay alguna tipología de guitarra que sea más demandada?

R.- Depende un poco de qué tipo de música se vaya a tocar. Dependiendo de la madera se consigue una sonoridad u otra. La persona que está pensando en tocar clásico normalmente prefiere tapa de cedro porque da muchos bajos, profundidad, y un sustain bastante largo. Para ser más versátil y tocar clásico, más con toque flamencos, o bossa nova, el pino abeto alemán nos da sonidos más claros. La nota tiene cierta perfección. Y luego la guitarra flamenca, que aunque parezca una construcción diferente, tiene sonidos diferentes.