EN LA QUINTA DE LOS MOLINOS

El gran circo de los almendros en flor

El Espacio Abierto Quinta de los Molinos es el gran centro cultural de la ciudad consagrado a los más pequeños. Estos días celebra la floración de los espectaculares almendros del parque con actividades para toda la familia y el circo como protagonista

Los almendros de la Quinta de los Molinos ya han florecido

Los almendros de la Quinta de los Molinos ya han florecido / ALBA VIGARAY

Jacobo de Arce

Jacobo de Arce

Parece una declaración de intenciones: el centro cultural público madrileño consagrado específicamente al público infantil está en un parque. Y no en uno cualquiera, sino en todo un jardín histórico de la ciudad. Uno con su lago, su invernadero y sus campos de almendros o de olivos, pero también con puentes, riachuelos y cavernas: casi un circuito de aventuras para los más pequeños. Sin embargo, es entre las paredes del palacete racionalista construido hace ahora un siglo por el pionero del urbanismo César Cort, en la entrada norte del parque, donde pasan más cosas. Bajo la dirección artística de Beatriz de Torres y dependiente del Ayuntamiento de Madrid, el Espacio Abierto Quinta de los Molinos pone a disposición del público más joven una programación de actividades no solo divertida y pedagógica, sino también tan exigente como la que otros centros comparables ofrecen a los adultos.

"El infantil es un público de primera", deja claro De Torres cuando se le pregunta por el rasgo diferencial del espacio. "Todavía pervive esa idea de que hay, por ejemplo, un teatro serio, potente, que es el de adultos, y uno de segunda que es para los pequeños. Eso es algo que desde aquí combatimos activamente, porque pensamos que el público infantil es un público hiperexigente, hipersensible, hiperentregado y que tiene los mismos derechos y necesidades que el público adulto. Es un público de primera clase", defiende.

El palacete que alberga el Espacio Abierto Quinta de los Molinos.

El palacete que alberga el Espacio Abierto Quinta de los Molinos. / ALBA VIGARAY

Actividades para niños en centros culturales hay muchas en Madrid. Pero Espacio Abierto Quinta de los Molinos es el único dedicado en cuerpo y alma a este tipo de público. Y el que mejor cubre, con diferencia, las necesidades de un grupo particular dentro de él, el de los adolescentes, "una franja normalmente bastante dejada", explica Beatriz de Torres. Aquí, en cambio, dos de las actividades estrella entre las permanentes del centro, el programa de creación escénica Mundo Quinta y la escuela La Quinta Cocina están enfocadas precisamente a ellos.

La urbanoteca de Espacio Abierto.

La urbanoteca de Espacio Abierto. / Álvaro Reinhardt / Madrid Destino

Pero más allá de esas propuestas formativas estables y de la actividad cotidiana que el centro desarrolla a lo largo de todo su horario de apertura, de miércoles a domingo -es célebre su urbanoteca, un cuarto de juegos donde todas las edades, inquietudes y energías conviven en armonía-, los fines de semana son sus días grandes. Cuando se desarrollan los principales espectáculos y actividades que abarcan disciplinas como teatro, música, arte o cine, y que a menudo son participativos para que los espectadores aprendan y se involucren de forma activa. Los que arrancan este domingo tienen que ver con una circunstancia del parque y su calendario natural: la floración de los almendros. Ese momento en que una parte del recinto se va cubriendo por una densa mata de flores aéreas, un bosque de nubes entre el blanco y el rosado.

"La floración en la Quinta es para nosotros como un Rubicón que nos permite mirar hacia la primavera. Y que desde hace unos años vinculamos con un espectáculo en este parque que está muy en el corazón de Espacio Abierto. Aprovechamos para celebrar el parque, celebrar el centro y celebrar esta comunidad que hemos creado", explica Beatriz de Torres, que cuenta cómo también festejan, en relación con los mismos árboles, su cosecha, que marca el paso del verano al otoño. Ambos acontecimientos sacan al público a los jardines y se completan con actividades de circo y música.

Los miembros de Escuela de Circo Carampa, en la celebración de La Quinta cosecha el pasado septiembre.

Los miembros de Escuela de Circo Carampa, en la celebración de La Quinta cosecha el pasado septiembre. / Álvaro Reinhardt / Madrid Destino

Igual que el pasado mes de septiembre con La Quinta Cosecha, la diversión en esta La Quinta en Flor la pone la Escuela de Circo Carampa. Su director artístico, Javier Jiménez, un veterano del malabarismo y de las marionetas, explica que para el espectáculo que proponen estos días, Hanami: flores, haikus y circo, "nos hemos inspirado en los jardines y la poesía japoneses, y a eso le añadimos el mayor circo que podamos: suspensión capilar, aro aéreo, portes acrobáticos, zancudos... Y todo con música en directo". Este domingo 18 hacen un aperitivo con un taller de diábolo, pero el grueso llega el próximo fin de semana, entre la explanada del palacete y la de los almendros. Unos árboles que, florecidos ya, en fechas demasiado tempranas, subrayan uno de los mensajes que con más ahínco cultiva Espacio Abierto: el de que la naturaleza hay que cuidarla.