CASA REAL

David López Canales: "El CIS lleva sin preguntar por la Monarquía desde 2014, y esto debería haber cambiado ya"

El periodista acaba de publicar el libro ‘Heredarás mi reino’, que analiza los episodios que han sumido a la Casa Real en una grave crisis

El periodista David López repasa en su nuevo libro una década de escándalos que la Monarquía.

El periodista David López repasa en su nuevo libro una década de escándalos que la Monarquía. / CEDIDA

En menos de diez años, Juan Carlos I se fue a cazar un elefante a Botsuana, se rompió la cadera, trascendió el nombre de su amante, abdicó para ceder el trono a su hijo Felipe VI, fue investigado y castigado por una serie de escándalos financieros, y al final se marchó, sin compañía y viejo, desterrado del país al que llegó desamparado y niño. “Allí, en Abu Dabi, solo, está viviendo como si ya hubiera muerto. Para los españoles probablemente sea lo mismo. En cambio, para la Zarzuela la diferencia reside en que Juan Carlos vivo sigue siendo la mayor amenaza para la Corona. Ya se pasó su página del libro de Historia. Ahora reina Felipe, todo ha cambiado, pero todo sigue igual, y Juan Carlos, que fue rey cuarenta años, parece ya olvidado. Más cruel para él todavía: no solo olvidado, sino que, salvo que interese por motivos políticos, para defenderlo o atacarlo, ni siquiera se lo quiere recordar”, comenta el periodista David López Canales en su último libro, Heredarás mi reino, que recoge los episodios que han sumido a la Casa Real en una grave crisis y ofrece el análisis que esos hechos requieren en tiempos de posverdad y desafección.

¿Qué contarán los libros de historia acerca del reinado de Juan Carlos I?

Fíjate, el otro día estuve viendo la entrevista que Jordi Évole le hizo a Zapatero, y el expresidente aparecía hablando de Juan Carlos I a propósito del famoso ¿Por qué no te callas?. Lo único negativo que dice de él, al menos en ese corte que se emitió, es algo así como 'Qué tristeza lo que ha pasado con él, qué decepción'. Su crítica se queda ahí, y luego ya empieza a ensalzar a Juan Carlos. Hago este inciso para decirte que esto es lo que yo creo que va a quedar al final. Quedará la imagen del gran rey que, como dicen todos los políticos y periodistas de la época, capitaneó la transición a la democracia y salvó a España del golpe de Estado, pese a todas las sombras que aún quedan alrededor del 23F y del papel que Juan Carlos jugó realmente en él. Esa es la imagen que quedará, viendo la que aún hoy se tiene de él, pese a que se ha demostrado que fue un rey corrupto.

 Lo fue, aunque él, al contrario que los políticos, ni se llevó ni malversó dinero público.

Sí, claro, eso le puede salvar un poco. Entre tantos casos de corrupción que ha habido en España, él, al menos que sepamos, no metió la mano en las arcas públicas. Pero sí es un señor que ha recibido, entre otras cosas, dinero de muchísimos empresarios y de muchos mandatarios de países extranjeros. En este sentido, uno se puede cuestionar hasta qué punto trabajaba para España, país del que era rey, o trabajaba para aquellos que le pagaban más. Igual esto es más grave que una malversación o el caso de un concejal que mete la mano en las arcas, más que nada porque este señor ha reinado durante cuarenta años y el mandato de un concejal es siempre más breve.

Con Felipe VI sigue existiendo una inviolabilidad como la que tuvo en su día Juan Carlos

¿Cree que en las páginas de esos manuales aparecerá el nombre de Corinna, como sí lo han hecho otras amantes de reyes a lo largo de la historia?

Creo que no aparecerá y que sí debería aparecer. Esta historia, y todo lo que ha pasado con la caída de Juan Carlos, es una cuestión de relatos, como explico en el libro. Aquí se trata de qué relatos se hacen, qué significan esos relatos, en qué momento se hacen y cuáles prevalecen. Con Corinna ha prevalecido el relato de que lo suyo con Juan Carlos fue una relación sentimental más y que ella es la mala de la película, cuando ambas cosas son mentira.

Algunos describen a Corinna como la gran víctima del emérito, pero la mayoría la tacha de caradura arribista.

Yo no la veo como una víctima absoluta, porque ella sabía dónde se metía y ha hecho negocios con el rey Juan Carlos. Otra cosa es que luego ella haya sido la víctima de una campaña de acoso y amenazas que pienso que sí ha existido. Es una señora ambiciosa, y probablemente avariciosa, que ha querido sacar lo máximo que podía. Lo que a mí me sorprende es que se centre tanto la atención en Corinna, que es una señora alemana, sin ninguna función pública, que puede hacer lo que quiera mientras la Justicia no la investigue, y no en Juan Carlos, que era el jefe del Estado y el que estaba haciendo todas esas cosas con ella mientras ejercía tal cargo.

¿Se sabe a cuánto dinero asciende realmente la fortuna personal del emérito?

No, ni lo vamos a saber nunca. Lo que hemos sabido son unos detalles que, además, solo han salido relacionados con Corinna. Se publicó lo de los 100 millones que recibió de Arabia Saudí, y también salió lo de otros dos millones de euros que había recibido del sultán de Baréin y que había llevado en un maletín a Suiza para dárselos a su asesor fiscal de toda la vida, lo que implica que era algo que llevaba años haciendo. Nunca vamos a saber a cuánto asciende su fortuna, porque probablemente eso sea algo que solo sabe él.

Y menos ahora que trasladó su residencia fiscal a Abu Dabi.

Claro. A él le viene mucho mejor tenerlo así. ¿Para qué querría tener la residencia fiscal en España, cuando probablemente seguirá recibiendo ingresos y regalos como esos viajes que hace? Cada vez que viene a España, lo hace en un jet privado que no se sabe quién le paga y que vale un pastizal. Todo eso él tendría que declararlo a Hacienda si siguiera viviendo aquí. El otro día leí en 'El País' una noticia de José María Irujo sobre El Assir, un traficante de armas que vivió en la Marbella de los años ochenta y que ahora está perseguido por la Interpol en España y Francia. Se sabe que está viviendo en Oriente Medio y que es uno de los amigos cercanos de Juan Carlos. Para mí la noticia habría sido esto último, pero El País camufló en el cuarto o quinto párrafo ese dato, donde además dice que El Assir está ejerciendo de secretario particular de Juan Carlos y, según una declaración citada, "ayudándole a monetizar su figura". Es decir, que el rey Juan Carlos sigue sacando dinero de todos los sitios donde puede. Si tuviera su residencia fiscal en España, tendría que pagar aquí unos impuestos altísimos. Para él es mejor tener su dinero escondido, como ha hecho siempre, y no pagar ningún tipo de impuesto por ello. Ahora ya ni disimula.

Jaime Peñafiel comenta a menudo que este es un país de periodistas y políticos babosos y cortesanos. ¿Lo comparte?

Es gracioso que lo diga él, que fue también así hasta que se enemistó con una parte de la Casa Real. Siempre ha habido periodistas y políticos cortesanos, pero lo que sobre todo existe una defensa de la Familia Real española y de la Casa Real, sobre todo por parte del PSOE y de algunos medios como El País, que va más allá de lo razonable. Pienso que deberían ser mucho más críticos, aunque luego defiendan la Monarquía por una cuestión de estabilidad institucional o lo que sea. No hacen el trabajo que deberían estar haciendo, sobre todo para que no vuelva a pasar lo que ya ha pasado, o incluso para reclamar a la Casa Real más medidas de transparencia. Ahora se van a cumplir diez años del reinado de Felipe, y todo lo que se ha aprobado hasta ahora son trampantojos. Se han anunciado los ahorros que tiene el Rey en España, pero no se sabe si también tiene algo fuera, como lo tenía su padre. Seguimos sin tener un desglose claro de cuánto cuesta la Monarquía, en qué se gasta el dinero que recibe la Casa Real, etcétera. Con Felipe VI sigue existiendo una inviolabilidad como la que tuvo en su día Juan Carlos.

Mientras el PSOE sostenga la Monarquía, aquí no se dará un debate

El monarca se desmarcó en 2020 de Juan Carlos I y de sus conductas irregulares, pero muchos se preguntan si Felipe puede realmente huir de los escándalos de su padre.

Claro. ¿Cómo puedes huir cuando has vivido bajo el mismo techo que tu padre durante 40 años y, cuando menos, fuiste testigo de todo? Mencionas lo sucedido en 2020, cuando Casa Real reconoce la parte más turbia de la fortuna de Juan Carlos. Es entonces cuando aparece la noticia de que Felipe aparecía como beneficiario de una fundación millonaria en el extranjero, y Casa Real ofrece una contestación en la que asegura que Felipe no sabía nada y que en el momento de saberlo, que por cierto fue un año antes de comunicárselo a los españoles, pidió que su nombre desapareciera de ahí. De todo esto no hemos visto ninguna prueba. Este es el relato de la Casa Real, pero nadie ha visto ningún papel que demuestre nada de lo que dijeron.

¿Existe realmente eso que algunos llaman la ‘Leonormanía’, o se trata simplemente de una campaña de comunicación destinada a aumentar la popularidad de la heredera del trono?

A mí me parece más bien lo segundo. Se está replicando un poco lo que se hizo en su día con Felipe. Acuérdate de la época en que él iba de abanderado del equipo olímpico español en los Juegos de Barcelona, con aquel sombrero que le quedaba pequeño, y Juan Carlos salía diciendo que su hijo era un muchacho muy preparado. Se está haciendo lo mismo con Leonor, sabiendo, eso sí, que ella es más personaje que Felipe, porque funciona mejor en las revistas del corazón. Por otro lado, la semana en que se produjo su jura de la Constitución, la revista ¡Hola!, que es más monárquica incluso que la familia real española, publicó una encuesta sobre la princesa. Creo recordar que había preguntas como '¿Cree usted que Leonor debería tener una mayor presencia en la vida pública?', a lo que la mitad de la gente respondía que sí y la otra mitad decía que no. Se veía una gran división de opiniones y mucha indiferencia respecto a muchos temas relativos a Leonor. Eso me resultó muy simbólico respecto a la realidad de esta familia y respecto a Leonor, que no deja de ser una chica de dieciocho años. Ya no se trata de que tú quieras ensalzarla y venderla, sino también de que haya un público que te compre eso, y no estoy seguro de si ahora mismo lo hay.

Desde luego es llamativo que el CIS lleve una década sin preguntar por la Monarquía.

Así es, lleva sin hacerlo desde 2014 y esta es otra cosa que ya debería haber cambiado, si es que de verdad esta Monarquía es diferente a la anterior. Si yo fuera el Rey, pediría que el CIS volviera a preguntar por la Monarquía, aunque luego suspenda en las encuestas. Probablemente suspendería, porque no se ha hecho nada por alcanzar un cambio profundo y necesario, y al final todo es como un lavado de cara. Además, creo que hay una gran indiferencia ante Felipe. Sú último discurso navideño obtuvo una audiencia de algo más de seis millones de espectadores, lo que lo convierte en el segundo de sus discursos con menos audiencia desde que comenzó a reinar. Los de Juan Carlos los veían uno de cada cuatro españoles, mientras que los de Felipe los ve solo uno de cada ocho. Esa indiferencia es buena para ellos por un lado, porque hace que tengan un perfil más bajo y no surja un debate sobre lo que ha pasado y todavía sigue pasando, pero también puede ser muy peligrosa.

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¿Podría esa desafección ciudadana llegar a conducir al fin de la monarquía española?

Creo que eso no está cerca, pero porque ni siquiera está en la calle esa conversación sobre todo lo que ha sucedido. Yo mismo he hecho un libro que ya sabía antes de publicarlo que no interesaría a la gente. Pese a que en él hablo de hechos muy graves, la gente no sabe qué ha pasado y encima tampoco les importa. Ahí tienes, como te decía antes, el ejemplo del propio Zapatero, que es un expresidente del Gobierno y sale comentando en un programa emitido en 'prime time' lo bien que se manejaba Juan Carlos en esta o aquella situación.

Bueno, es evidente que el PSOE ha sido el principal sostén de la Corona.

Claro, y lo sigue siendo. Tenemos el ejemplo de Zapatero, lo que hace Pedro Sánchez... Mientras el PSOE sostenga la Monarquía, aquí no se dará un debate. Y luego, aunque se llegara a dar tal debate, sería todo muy complicado, porque habría que convocar un referéndum, se tendría que aprobar, necesitaríamos volver a hacer una Constitución... Pero desde luego, todo eso es imposible si no existe al menos una conversación sobre la Casa Real, sus miembros y la Jefatura del Estado. Que aunque parezca que solo son personajes del ¡Hola!, en realidad hablamos sobre las personas que ostentan la Jefatura del Estado.