LA VIDA CONTIGO

Qué fue de… Charo Baeza, la exuberante artista que durante décadas fue la española más famosa en Estados Unidos

La cantante y guitarrista murciana, que nunca fue profeta en su tierra, conquistó Yankilandia tras casarse con Xavier Cugat

Charo Baeza, una murciana que es todo un icono en Estados Unidos.

Charo Baeza, una murciana que es todo un icono en Estados Unidos. / FACEBOOK @CharoOfficialPage

Solo hay una cosa que Xavier Cugat adoraba tanto o más que la música: las mujeres. Basta con echar un vistazo a su larga lista de conquistas amorosas para comprobarlo. "Me he casado cinco veces y con chicas a las que he presentado en mi espectáculo como la vedette. Ellas se aprovecharon de mí, pero yo también me aproveché de ellas", dijo una vez sin titubear. Catalán universal, Cugat debutó en la orquesta sinfónica del Teatro Nacional de La Habana como primer violín, y en 1912 se plantó en Nueva York, donde sobrevivió gracias al café-concierto. Después de trasladarse a Los Ángeles, donde estuvo haciendo caricaturas para un diario, trabajó en la industria cinematográfica estadounidense como actor y compositor de banda sonora, se convirtió en un célebre director de orquesta, vendió millones de discos y auspició a nuevos artistas como Abbe Lane, a quien fichó como cantante solista de su orquesta. 

El músico comentó que Abbe fue la mujer a quien más amó. Cuando ella se apartó de su vida, dejó el espectáculo y regresó a Europa. En ese momento se sentía hundido, pero tampoco tardaría demasiado en salir del pozo de la amargura. En 1966, siendo ya un anciano, se casó con una adolescente guitarrista, de nombre Charo Baeza, a la que conoció mientras ella paseaba un día con su madre por la Gran Vía de Madrid, y a quien, en un arrebato de despecho, decidió convertir en su nueva musa. "Aquella murciana tímida y juvenil se transformó en una verdadera estrella del espectáculo norteamericano", escribió en 1981, cuando ya se había divorciado de ella. 

"Charo Baeza ha sido, con Abbe Lane, la artista y la esposa que me ha dado más satisfacciones sentimentales y artísticas", explicaba en la misma entrevista. "Ahora bien, Abbe Lane solo era apreciada por los hombres; Charo, en cambio, ha caído muy bien a las mujeres y a los niños norteamericanos. Ha salido una muñequita que es su efigie. Se venden millones de ejemplares y Charo tiene una comisión. En la actualidad, Charo canta en el casino Sahara de Las Vegas durante 22 semanas al año. Cobra 150.000 dólares por semana. Ahora bien, el impuesto le saca la mitad y, para justificar su fama, tiene que vivir con gran opulencia".

Según reza su pasaporte español, Charo nació en la localidad murciana de Molina de Segura en 1941, aunque ella siempre haya mantenido que lo hizo diez años más tarde. "Trabajé muy duro de los 9 a los 16 años, como alumna de Andrés Segovia. Fue un gran honor estudiar con este gran guitarrista", afirmó la cantante, que pronto se dio cuenta de que su sitio estaba fuera de las fronteras de su país natal. "En Águilas (Murcia) se celebró un festival de cine y Charo, totalmente desconocida por aquel entonces, era la telonera", narró el periodista Ismael Galiana. "Con su guitarra tocó una canción francesa y todo el público la abucheó. Se disgustó muchísimo y ahí dijo ‘¡Esto se acabó!’, porque los que la habían abucheado eran sus paisanos".

Participación en programas y shows, incluso en Los Simpson

Su ambición de llegar a lo más alto hizo el resto. Tras aterrizar en Estados Unidos con un visado de estudiante, la exuberante actriz y cantante empezó a actuar con la banda de Cugat y, poco a poco, fue creando el simpático personaje que la dio a conocer, caracterizado por sus picantes juegos de palabras, su exagerado acento en inglés y sus contoneos al grito de su frase de guerra 'cuchi-cuchi'. Sobre su matrimonio con Cugat, la propia Charo reconoció en el documental Sexo, maracas y chihuahuas que se casaron para que ella pudiera trabajar en locales de ocio nocturno de Estados Unidos siendo menor: "Fue una unión de conveniencia, un amor de agradecimiento. A él le venía bien una chiquita joven y con talento, y a mí me venía bien un señor mayor y bueno". 

Lo que no fue de pega es el cariño que los norteamericanos profesaron, desde que empezó a actuar por su cuenta, a una mujer que representaba lo que ellos entendían como lo latino. La murciana realizó en 1965 su primera aparición en televisión, en The Tonight Show de Johnny Carson, y a partir de ese momento publicó varios discos —uno de ellos, grabado junto a The Salsoul Orchestra, contenía versiones de temas como el Borriquito de Peret—, compartió pantalla con Elvis Presley en el documental Elvis show. Así es como es (1970) —basado en los preparativos del legendario concierto que el rey del rock and roll ofreció en Las Vegas—, y hasta apareció como estrella invitada en la serie Vacaciones en el mar —donde a lo largo de unos cuantos episodios emitidos entre 1977 y 1987 se interpretó a sí misma—. 

Tuvo una breve aparición en Los Simpson.

Tuvo una breve aparición en Los Simpson. / FOX

Y por supuesto está su ya mencionada etapa como exitosa artista de Las Vegas, donde contó con guardaespaldas las 24 horas del día y, según dice ella, llegó a cobrar tanto como Frank Sinatra. "En los Estados Unidos te valoran no tanto por tu talento, sino más por el dinero que ganan contigo. En Las Vegas cuentan a la salida del show qué público va al casino y qué público se va a la calle... Y mi público después de verme se va al casino", ha explicado Charo, que después de dejarlo con Cugat se ennovió con el sueco Kjell Rasten, su nuevo representante. La pareja se casó en verano de 1978 y tres años más tarde vino al mundo su hijo, el actor y productor Shel Rasten.

A mediados de los ochenta, Charo se retiró junto a su esposo a Hawai para descansar de tanta actuación y permitir que su hijo pudiera crecer "en un entorno sano y hermoso". En las famosas islas produjo y protagonizó en exclusiva, en un popular complejo turístico, un espectáculo de variedades que durante años cosecharía bastante éxito, y preparó Guitar Passion, un álbum flamenco galardonado por la revista musical Billboard. Después de que su hijo se graduara en el instituto, Charo retomó la producción de espectáculos, y en 2001 montó en Las Vegas un show, Bravo, que fue aclamado por la crítica durante los dos años que duró. En 2002 apareció además moviendo las maracas en un episodio de la temporada 13 de Los Simpson, y más tarde se dejó ver también en programas de televisión como Dancing with the Stars, la edición estadounidense de Mira quién baila, o Ru Paul’s Drag Race.

Aún hoy, Charo sigue siendo considerada un icono de la cultura pop. Ella es plenamente consciente de su popularidad, y más de una vez ha querido aprovecharla para levantar la voz contra las injusticias, pidiendo la prohibición de las corridas de toros o defendiendo los derechos de las personas del colectivo LGTBI. También es bastante activa en Instagram, donde cuenta con más de 500.000 seguidores y suele compartir trucos de cocina, vídeos de aerobic y divertidas reflexiones de todo tipo. Precisamente usó esa red social para anunciar en 2019 que su esposo, que padecía penfigoide ampollar y llevaba tiempo deprimido, se había suicidado. "Mi marido se metió una bala en la cabeza. Yo tengo una bala invisible en el corazón. Pero a mí me encanta la vida. Seguiré entreteniendo y continuaré rezando", aseguró a The New York Times la cantante, que estos días está llevando su último espectáculo a distintas ciudades del país que le permitió obtener un abultado patrimonio.