LA VIDA CONTIGO

Qué fue de… Marlene Mourreau, la 'sex symbol' francesa que intentó entrar en política y triunfó en la televisión española

La rubia artista, que en los años noventa trabajó para gente como José Luis Moreno y Chicho Ibáñez Serrador, vive hoy tranquilamente de las rentas 

Marlene Morreau, en 2005.

Marlene Morreau, en 2005. / ARCHIVO

Una de las portadas más emblemáticas de Zero, la ya desaparecida revista orientada al colectivo LGTBI, fue esa que Jesús Vázquez protagonizó en el año 2000, caracterizado como Jesucristo crucificado. El presentador aprovechó sus páginas para hablar abiertamente de su orientación sexual, algo que hasta entonces había evitado hacer por recomendación de sus representantes. “Empecé a recibir cartas de muchos chavales cuyo mensaje se repetía siempre: ‘En mi casa lo llevaban muy mal. Cada vez que salía el tema mi familia decía que los gais eran todos unos monstruos y unos enfermos, y ellos sufrían mucho. Desde que tú lo has dicho, como les caías muy bien, ha habido un cambio de postura en mis padres’”, explicó el gallego.

Antes de contarlo, todo sea dicho de paso, Vázquez había hecho un montaje con una modelo y actriz francesa, de nombre Marlene Mourreau, con la que durante un tiempo aparecería en reportajes publicados por distintas revistas. Quizás el más llamativo fuese aquel de Interviú, lanzado en el verano de 1994, donde la pareja aparecía dándose arrumacos y retozando en la playa. “Hace tres años, Marlene hacía su primera aparición en ‘Interviú’ como modelo, cantante y empresaria”, rezaba el texto. “Hoy vuelve a estas páginas porque se ha ganado el corazón de Jesús Vázquez, con quien comparte la presentación del programa Estrellas del verano en la televisión. El mismo Jesús la ha definido en palabras de enamorado: sexy, sincera, salvaje y algo misteriosa. Ella calla, posa y otorga”.

Marlene Mourreau y Pepe Viyuela en la presentación de una nueva edición del programa de TVE 'No veas', en 1998

Marlene Mourreau y Pepe Viyuela en la presentación de una nueva edición del programa de TVE 'No veas', en 1998 / EFE (ARCHIVO)

Natural de Neuilly-sur-Seine, una acomodada localidad próxima a París, Mourreau había comenzado su carrera haciendo de modelo y participando en numerosos concursos de belleza. A los 20 años se animó a probar suerte en España, donde el productor José Luis Moreno se fijó pronto en su gracia y su exuberante físico y la fichó para algunos de sus programas de variedades. “José Luis me dijo que cada vez que Jesús salía al escenario la gente le insultaba ‘maricón’ y levantaba pancartas que podían verse en cámara, y me propusieron que fuera su novia para callar bocas. No entendía nada, porque siempre he sido una mujer de mente abierta y me chocaba la homofobia. Pero había un problema de imagen con Jesús porque también había surgido el caso Arny. No sabía que se publicaría en ¡Hola!, no cobré nada y lo hice por amistad, bienestar y compañerismo”, contó ella sobre un paripé que desde luego le funcionó como trampolín a la fama nacional.

Candidata por el Partido por la Libertad y el Amor

En 1995, tratando de emular a la actriz porno Cicciolina, que varios años antes había sido elegida diputada como segunda cabeza de lista del Partido Radical, que obtuvo veinte mil votos en la X legislatura en el Parlamento Italiano, Mourreau se presentó a la presidencia de Francia por el partido PLA (Partido por la Libertad y el Amor), que había fundado medio en broma medio en serio junto al humorista Patrick Sébastien. Como cabía esperar, aquella entidad se quedó sin representación, pero al menos le granjeó una importante popularidad en distintos países. En España, tanto los directores de las revistas más conocidas —en poco tiempo acumuló unas cuantas portadas de Interviú— como los productores de televisión parecían pirrarse por tenerla.

Así pues, después de que Raffaella Carrà le hiciera una entrevista en su programa En casa con Raffaella, Chicho Ibáñez Serrador la contrató como presentadora de su concurso de TVE El Semáforo (1995-1997) —muchos pusieron de hoja perejil al realizador al no entender que, con la cantidad de presentadores españoles que había en paro, se hubiera decantado por una señora que hablaba castellano regular tirando a mal—. Después de esta polémica vendrían su breve etapa como presentadora de No veas (1997-1998) —un espacio de tomas falsas copresentado por el actor Pepe Viyuela—, un efímero romance con el joven empresario francés Alain Cannone, y su no demasiado largo matrimonio con el bailarín cubano Michael Guevara, con el que tuvo a su hijo Gabriel —que se gana la vida como actor y hace poco fue retenido en Italia por un presunto delito de agresión sexual—.

Cuando el trabajo empezó a escasear en España, Mourreau hizo las maletas y regresó a Francia, donde recibió formación como actriz, produjo algún espectáculo de cabaret y revista musical, y participó en varios programas de telerrealidad, entre ellos Première compagnie (2005) y Celebrity Dancing, que ganó en 2006 —muchos recordarán que también se proclamó campeona de la primera edición española de GH VIP, con el 72% de los votos de la audiencia de Telecinco—. Algo más tarde, se hartaría de su país natal, donde su libertad de espíritu parecía molestar a algunos. "En Francia hay mucha inestabilidad por culpa del yihadismo. En algunos barrios los musulmanes te llaman puta y guarra por llevar escote", aseguró la artista, que en cierto momento cambió la casa que tenía “detrás del Moulin Rouge” de París por “un chalecito” en Madrid —cuando en 2008 estalló la burbuja inmobiliaria, vendió las propiedades que tenía en Francia e invirtió en ladrillo en su país de adopción—.

Generoso sueldo en 'Onlyfans'

En una entrevista concedida en 2017, Mourreau aseguró que llevaba dos años "sin practicar sexo", y que ansiaba encontrar "un yogurín guapo y fogoso" para cortar la mala racha. Es fácil suponer que de este asunto se encargó Javi Nuño, un retratista de Marbella, especializado en fotografía erótica, al que conoció tras salir del confinamiento duro y con el que pasaría una temporada ennoviada. “Le ayudo en el estudio, enseño a las modelos a trabajar el erotismo e incluso las maquillo porque hace años obtuve el premio en la mejor escuela de París”, comentaba ella entonces sobre un hombre del que en su momento le enamoró que no era celoso y siempre respetaba su trabajo.

Cansada de la censura de Instagram, y aprovechando que parece haber pactado con el diablo, la francesa decidió abrirse una cuenta en la plataforma de venta de fotos y vídeos eróticos Onlyfans, donde al parecer está sacando un generoso sueldo complementario a lo que ya gana con sus galas y negocios varios. “Estoy tranquila para mi jubilación, porque vivo de las rentas”, ha dicho. “Hace poco me compré una casa en México. Las de mi generación se compraron joyas, mansiones, coches de lujo, y yo siempre viví de forma humilde. Si solo piensas en el dinero al final no vives, te metes en líos y envejeces mal. Nunca he sido avariciosa. ¿Si he hecho dinero con mi culo y mis tetas? Pues sí, ¡qué le vamos a hacer! Si no hubiera tenido la cabeza que tengo ahora estaría en la calle”.