EN BUSCA DEL EQUILIBRIO

Concursantes ‘adictos’ a la miel, tartas en los cumpleaños y bollos detrás de las cámaras: las lecciones nutricionales de 'Operación Triunfo'

Pese a que los menús se elaboran bajo la supervisión de profesionales, el 'talent show' no escapa a las polémicas sobre las pautas de alimentación de los 'triunfitos'

"Es peligroso que se muestre a la gente teniendo una mala relación con la comida", afirma Amelia Platón Galofré, farmacéutica y nutricionista

Los concursantes de 'Operación Triunfo 2023'.

Los concursantes de 'Operación Triunfo 2023'. / Gestmusic

A una semana de la final, ya se puede decir que pocos se esperaban el éxito de esta edición de 'Operación Triunfo'. El casting más joven que se recuerda -la concursante con más edad tiene 26 años- ha logrado romper la brecha generacional y enganchar a la pequeña pantalla a los que ya cumplen en la treintena. Pero, como siempre, los más fieles son los adolescentes. Por lo general, los más influenciables. Son ellos los que ven a los 'triunfitos' en las clases, los que escogen a su favorito y lo defienden con uñas y dientes. Casi hacen del concurso un asunto personal. Los responsables del formato lo saben e intentar ejercer como modelo en todo aquello que va más allá de la industria musical. Charlas sobre acoso escolar, feminismo, sobre los peligros de las redes sociales o para acercar la labor de diversas organizaciones benéficas… Parece que está todo medido al detalle para transmitir mensajes que calen.

En un concurso tan exigente en lo físico y en lo mental se da especial importancia a la salud de los participantes. No solo en lo referente a la voz, su instrumento de trabajo, sino que también se pone el foco en el bienestar emocional, que se complementa con deporte y con una alimentación pautada. Curiosamente, algunos de los momentos que más fieles congregan cada día en la emisión 24 horas de las rutinas de la academia corresponden con las comidas. Desayuno, almuerzo, merienda y cena. Los concursantes se sientan cuatro veces al día en las largas mesas frente a la cocina. Pese a que el formato cuenta con asesoramiento nutricional, no son pocas las veces que la polémica ha asaltado los menús. Los más 'fans' aún recuerdan las imágenes de una Aitana de apenas 18 años guardando sanjacobos para después comerlos a escondidas.

"Si gigantes como @OT_Oficial priorizan coachs, antes que dietista-nutricionista o licenc en Actividad Física y Deporte estamos abriendo la puerta a que la salud la puede tratar cualquiera". Lo escribió Aitor Sánchez en Twitter en septiembre de 2018. Conocido en redes como @Midietacojea, criticó abiertamente la divulgación en un espacio de máxima audiencia de mitos tan extendidos -e inciertos- como que "cenar fruta es prácticamente como tomar azúcar". El programa rectificó y eliminó los vídeos de su portal. Tan bien se tomaron las críticas que Sánchez pasó a colaborar con Operación Triunfo, incluso acudió a las instalaciones a charlar con los jóvenes artistas. El primer paso del 'talent show' en su camino a proyectar buenos hábitos alimenticios.

Ahora bien, pese a que la dieta de los concursantes se basa en pautas nutricionales que llevan el sello de profesionales, todavía se dan imágenes cuestionables. Sin ir más lejos, hace apenas unas semanas surgió un apasionado debate en Twitter. Todo empezó cuando los 'triunfitos' salieron de la academia para acudir a las firmas de discos, uno de los momentos más emotivos de cada edición porque se reencuentran con sus familiares y se sienten arropados por sus seguidores. Fue entonces cuando allegados de Martin le entregaron un buen paquete de dulces. La organización 'requisó' los bollos, lo que provocó las protestas del joven. Tras mucho insistir, todo el elenco pudo disfrutar de ellos, pero detrás de las cámaras.

"No creo que sea lo correcto. No hay que decir a la población que eso está mal o que hay que hacerlo a escondidas", afirma Ana Amengual, dietista-nutricionista, fue profesora en el formato en 2017. Pese a ese 'borrón', defiende la postura nutricional de OT: "Comen de todo, el tema es cómo gestionan los ultraprocesados y con qué frecuencia se les permite disfrutar de comidas diferentes", concreta. Recuerda su experiencia en tono positivo, pero no oculta que en el proceso encontró dificultades: "Los menús constaban de varios grupos de alimentos, pero los servían tipo buffet para que cada uno cogiera lo que quería. Esto hacía que algunos abusaran más de algún alimento o excluyeran otros y eso limitaba las opciones al que llegaba después. También les pareció que era demasiado saludable -que no restrictivo-, en el sentido de poner fritos y rebozados. Me ofrecí a ajustar los menús con el cátering, pero nunca recibí respuesta, así que realmente no sé en qué grado los siguieron finalmente".

Por desgracia, no es difícil encontrar comentarios sobre el físico de los participantes en redes. En concreto, muchos opinan sobre los cambios de peso que sufren a lo largo de los tres meses que dura el concurso. El objetivo por excelencia de las críticas suelen ser las mujeres.

La miel, a todas horas

Es habitual ver a los 'triunfitos' quejarse amargamente de la falta de opciones dulces. Se les ha grabado tratando de hacer una crema de cacao casera, aunque el resultado no fue del todo satisfactorio. Otra de las 'tradiciones' que se repiten en edición tras edición es ver a concursantes consumiendo miel en grandes cantidades, una acción que puede tener varias lecturas que van más allá de la falta de azúcar. "El problema no es comer dulce, es la ansiedad a la que están sometidos. Comer dulces de forma ocasional no es un problema. Sin embargo, esos ataques de ansiedad creo que hay que abordarlos por la parte de acompañamiento psicológico más que dándoles ultraprocesados. No sería el mejor ejemplo", concluye Amengual. Y reconoce la influencia que el programa tiene en los espectadores: "Un objetivo era publicar los menús para enseñar a la gente qué comen, es importante el mensaje general que dan a la población".

Garantizar que esas lecciones nutricionales sean adecuadas es aún más relevante. "Es importante plantearlo de una manera adecuada, desde un punto de vista no restrictivo. Con una alimentación variada, equilibrada, consumiendo alimentos no procesados, de temporada, de kilómetro cero", subraya Amelia Platón Galofré -@ameliciousmchef9-, farmacéutica y nutricionista y ex concursante de Masterchef. Desde su punto de vista profesional, recalca la importancia de no replicar comportamientos compulsivos en la gran pantalla: "Es peligroso que se muestre a la gente teniendo una mala relación con la comida", afirma.

Pese a que se afana en recordar que el azúcar blanco refinado tiene componentes adictivos –"hay libros que incluso hacen una comparación con la heroína"-, apuesta por huir de pautas "excesivamente restrictivas": "Se tiene que normalizar el consumo ocasional. Por ejemplo, un trozo de pastel en una celebración. Hay que intentar evitar el azúcar en la vida diaria y, si se consume, debe ser con moderación. Creo que el programa no debería integrarlo en la dieta diaria de los concursantes". En OT preparan una tarta en cada cumpleaños.

Una cuestión de salud

Es la postura que mantiene Gestmusic, la productora responsable de Operación Triunfo. "La dieta de la Academia está diseñada para apoyar la salud y rendimiento de los concursantes y se asegura que sea beneficiosa para todos ellos. La inclusión de opciones más dulces podría ser considerada siempre y cuando esté alineada con los objetivos nutricionales y de bienestar de los participantes", afirma un portavoz de la compañía a preguntas de Prensa Ibérica. "Disponen de azúcar a su libre elección, no se esconden a la hora de tomar dulces. Lo que sí tienen restringido son las bebidas alcohólicas y los refrescos con gas y azúcar", añaden.

Porque, al final, todo se reduce a encontrar el equilibrio entre salud física y mental. "No solo somos lo que comemos, sino también lo que hacemos, sentimos y decimos", asevera Amelia Platón. "La combo completa para sentirse bien tanto por dentro como por fuera es seguir una buena alimentación variada, equilibrada, sin restricciones, con alimentos de temporada y escuchando al cuerpo y las señales de hambre y saciedad, que son muy importantes. Luego, hacer ejercicio físico, que nunca podemos dejarlo de lado, tener un buen descanso, unas ocho horas diarias de sueño y evitar tóxicos como las drogas y el alcohol. Y tener un equilibrio emocional. Son cinco patas, si una falla, tu bienestar, felicidad y estado anímico se desmoronan".