LA VIDA CONTIGO

Qué fue de… Pocholo Martínez-Bordiú, el aristócrata que se graduó como ilustre juerguista y se casó con la hija de Suárez

El XVIII barón de Gotor se hizo muy popular tras participar en programas como 'Hotel Glam'. Hoy lleva una vida relajada en Ibiza

Pocholo a la llegada de la capilla ardiente de Carmen Franco.

Pocholo a la llegada de la capilla ardiente de Carmen Franco. / EFE (ARCHIVO)

En enero de 1991, un famoso aristócrata con alma de trotamundos llamado José María Martínez-Bordiú, Pocholo para los amigos y conocidos, copaba titulares por haber sido detenido en Punta del Este (Uruguay), como presunto inductor al tráfico y al consumo de drogas, cuando estaba en posesión de cinco gramos de cocaína y dos piedras de hachís. Él mismo contó que en ese momento llevaba ya un par de meses en el país sudamericano, al que decidió viajar, una vez terminada la temporada turística de Ibiza, en busca de aventuras.

Según apuntó la revista española Interviú, antes de ello “había adquirido cierta experiencia como regente de barra en las discotecas Pachá de Ibiza, primero, y de Madrid, después, en las que llegó a protagonizar algunas broncas sonadas. En Uruguay, montó la discoteca Harem bajo dos carpas árabes importadas de Marruecos que instaló a la orilla del mar, en uno de los parajes más bellos de la costa Punta del Este".

Pocholo pinchando en una discoteca.

Pocholo pinchando en una discoteca. / MIGUEL LORENZO (ARCHIVO)

En aquel mismo reportaje se dijo que el garito abierto por el XVIII barón de Gotor nació "con ínfulas de atraer a la jet veraniega local, ahora mismo en plena temporada", pero "tropezó sin embargo con una rápida decadencia comercial derivada de la fama que adquirió el local como poco recomendable, a pesar de los esfuerzos promocionales que le depararon amigos de Pocholo como el disyóquey Alfredo Echegaray”.

Meses en la cárcel

En el interrogatorio al que fue sometido, Pocholo reconoció que había probado marihuana, cocaína y hachís, pero aseguró que no sabía cómo acabó en su casa la droga que le fue incautada. Fuese esto cierto o no, nada impidió que pasara unos meses en la cárcel de San Carlos, en una celda donde le tocó convivir con varios drogadictos.

Estando en prisión, el rubio y bronceado aristócrata recibió las visitas de su padre, el abogado jienense José María Martínez-Bordiú, que voló rápidamente a Montevideo para organizar la defensa de Pocholo, y de Verónica Shaw, una joven veinteañera perteneciente a la flor y nata de aquel país con la que salía. Antes de ennoviarse con ella, Pocholo le dio cariño a Giannina Facio, la actriz costarricense acusada de acabar con el matrimonio entre Carolina de Mónaco y Philippe Junot.

La historia de Pocholo arranca en Marbella, donde al parecer pasó sus primeros 16 años de vida, en la misma casa que luego perteneció a Encarna Sánchez. Tras cumplir el servicio militar en Madrid, su padre lo envió a Estados Unidos a estudiar finanzas y marketing, y también lo colocó en el International Bank of Miami. En sus ratos libres estuvo ejerciendo de modelo, una tarea por la que percibía mil dólares al mes, y pudo aparecer en varios capítulos de la serie Corrupción en Miami.

De Miami a Ibiza

Cuando se dio cuenta de que “estar encerrado en un despacho” no era lo suyo, se instaló en Ibiza, donde comenzó a trabajar en el mundo de la noche de la mano de Ricardo Urgell, fundador del mítico grupo empresarial Pacha. "Mi padres me veían feliz. Seguí haciendo de modelo aquí en España. Mi padre ya nunca me dio dinero. Después de cumplir los dieciocho años, se acabó la pasta", contó sobre la etapa inmediatamente anterior a su lío con las autoridades uruguayas.

En septiembre de 1992 se casó con la dulce Sonsoles Suárez, hija del expresidente del Gobierno Adolfo Suárez, de la que ha dicho que estuvo “locamente” enamorado. "Me fui a vivir a Buenos Aires porque tenía la idea de montar un negocio de máquinas de lavar coches, pero me faltó parte del dinero y no quise pedírselo a nadie", ha contado. "Luego mi padre llevó a una finca que tenía allí unos caballos, yo me saqué la carrera de veterinaria y vivimos allí". Pero tras dos años de matrimonio ambos escogieron caminos distintos y se divorciaron de mutuo acuerdo.

Contra lo que algunos piensan, el que es conocido como el verso suelto de su familia no es nieto de Francisco Franco. Sí tiene un parentesco con Cristóbal Martínez-Bordiú, médico de profesión y marqués de Villaverde, al que la mayoría recuerda por su matrimonio con Carmen Franco, única hija del dictador, con la que tuvo siete hijos. "Mis primos sí son nietos del dictador. Carmen Martínez Bordiú sí es nieta de Franco", aclaró para los despistados en una entrevista. En esa misma charla explicó que nació libre y decidió vivir a su manera, “sin perder tiempo y siendo honesto". Que siempre pensó en ser rico en tiempo y, si era posible, también en dinero.

Experiencias en realities

Eso quedó demostrado a finales de la década de los noventa, fecha en la que empezó a frecuentar espacios como Crónicas Marcianas o Tómbola, donde en una ocasión le lanzó el agua de un vaso a Karmele Marchante por insinuar que era narcotraficante. Luego se convirtió en concursante y colaborador en programas como Aventura en Kenia, de Antena 3, y Hotel Glam, de Telecinco, en el que se puso al borde de un ataque de nervios porque le habían perdido la mochila.

Pocholo participó en 'First Dates'.

Pocholo participó en 'First Dates'. / ARCHIVO

En una crónica de 2006, el periodista Ángel Antonio Herrera escribió que la persona que le destroza a Pocholo la mochila, le rompe sobre todo el "corazón viajero y libre, que es el suyo. Vive acampando en los amigos, organiza fiestas en la madrugada, lidia macizas de revista y va a las teles a pillar un pico para luego largarse a la India, porque cuando más cerca está de sí mismo es cuando está muy lejos. No hay quien le entienda, pero divierte. No hay quien sepa muy bien qué dice, pero solo cuando está callado, que es muy pocas veces, nos parece un extranjero, algo así como un sueco de ćomic vestido con sayas de oficiante y botas de punta”.

Después de explotar bien su excéntrico personaje, Pocholo se apartó de la televisión, a la que hoy asegura que no le importaría volver, y puso sus ojos en proyectos empresariales como Scoobic, empresa que reparte la paquetería en las ciudades haciendo uso de una moto-furgoneta eléctrica, de la que es promotor y accionista. En una reciente entrevista concedida a Bertín Osborne explicó que actualmente lleva una vida relajada en Ibiza, donde vive en un camión Pegaso Gadafi al que enganchó un vagón de tren de mercancías que él mismo ha tuneado.