MEDIO AMBIENTE

El apocalipsis climático prende en TikTok: "En 10 años todos seremos refugiados climáticos"

El algoritmo viraliza los discursos colapsistas y conspiranoicos que, advierten los especialistas, conducen a la inacción climática al darse todo por perdido

TikTok da alas a discursos colapsistas y a los que utilizan la evidencia climática para crear un plan de supervivencia postapocalíptica digno de la serie ‘The last of us’.

TikTok da alas a discursos colapsistas y a los que utilizan la evidencia climática para crear un plan de supervivencia postapocalíptica digno de la serie ‘The last of us’. / HBO

Abel Cobos

Pido ayuda a los científicos de TikTok: convencedme de que todavía hay soluciones, porque siento que mi depresión va a peor cuanto más leo sobre la crisis climática”, dice una 'centennial' en un vídeo de TikTok. “Ya no hay nada que podamos hacer para evitar el cambio climático”, añade otro. “En 10 años seremos refugiados climáticos y los gobiernos no serán capaces de gestionarlo”, decían en otro vídeo. “Si tenéis dinero, no compréis casas en estados como California. Id a Michigan, Wisconsin o Alaska, que tienen más recursos hídricos”, comentaba otra con artículos científicos en mano, mientras daba por arrasados algunos territorios de los Estados Unidos ante una inevitable sequía. Como estos vídeos, cientos más. 

Lo señala tanto la BBC como activistas tiktokeros: el apocalipsis climático es una tendencia al alza en la ‘app’. Lo alimentan jóvenes pesimistas, obsesionados, paranoicos y, aparentemente, deprimidos, por algo que consideran inevitable: un inminente colapso mundial ante una crisis climática que no se resuelve, y cuyo punto de retorno ya se ha cruzado. “Hay sonidos de pájaros que nunca escucharé porque vuestra generación ha permitido que se destruyan sus hábitats”, se quejaba otra usuaria, indignada, señalando a los “viejos”, entre los que se incluían ‘millennials’ de 30 años. 

Apocalipsis viral

“Es una corriente que está ganando mucho terreno en TikTok”, asegura Elise (@elisejoshi, en la ‘app’), activista de 21 años y divulgadora sobre la crisis climática en la plataforma. “Llevo mucho tiempo aquí analizando el discurso climático, y los mensajes que se hacen virales son siempre los de los ‘doomers’ (apocalípticos, en inglés), los pesimistas que lo dan todo por perdido, aunque la evidencia científica demuestre que todavía no es demasiado tarde”.

Según Elise, los jóvenes 'doomers' ven con recelo a los ‘boomers’, generación X e, incluso, los ‘millennials’, porque ponen como solución a todo votar cada cuatro años: “Los jóvenes salen con pancartas, se quejan, se manifiestan, y la única solución que les dan es pasar por las urnas. Pero luego, cuando ganan los partidos que en teoría deben ayudar a paliar la crisis, no lo hacen”, explica, intentando explicar la impotencia que ha llevado a tantos 'centennials' a abrazar el colapso como único resultado posible a la crisis actual.

Entre el pesimismo y la conspiración

El discurso ‘doomer’ toma muchas formas. Marco Silva, especialista combatiendo bulos climáticos de la BBC, recopila algunos testimonios de jóvenes que, en plena ola de pesimismo viral, adoptan actitudes pesimistas con discursos entre apocalípticos y ‘conspiranoicos’, en los que se avalan teorías pseudocientíficas sobre el colapso, o los que utilizan la evidencia climática para crear un plan de supervivencia postapocalíptica digno de la serie ‘The last of us’. 

También destacan aquellos que se abocan a un pozo de negatividad y sufrimiento, describiendo a cámara síntomas de depresión, obsesión, e incluso de paranoia causados por la situación climática. Por ejemplo, hay casos de jóvenes que aseguran que les es imposible levantarse de la cama por la ansiedad ecológica, otros que describen pensamientos compulsivos que les obligan a volver a casa tras haber echado la llave para asegurarse que grifos y luz están cerrados, incluso una usuaria declaraba que había desistido de estudiar ya que en 2050 “todos estaremos sumergidos bajo el agua”

Inacción climática

La tiktokera Alaina Wood (@thegarbagequeen) denuncia que estos mensajes pesimistas y apocalípticos, al final, lo que hacen, es potenciar la inacción climática. En resumen, tiktoks en los que se anima a jóvenes a no invertir en el mercado inmobiliario porque el mar engullirá su casa o a emigrar a países con recursos hídricos como Noruega antes de que lleguen refugiados climáticos de países europeos desertificados promueven la máxima de “si es demasiado tarde para salvar el planeta, ¿por qué intentarlo?”, según advierte la divulgadora. 

Para Wood, estos discursos sirven de reemplazo para los bulos negacionistas del cambio climático, prohibidos en la ‘app’. Es decir, en TikTok no encontrarás gente negando que los coches contaminan. Sin embargo, encontrarás gente diciendo que es “demasiado tarde” y que ya no vale la pena hacer nada. Ambos mensajes acaban con el mismo resultado: desmovilizar. Según la BBC, además, los primeros mensajes están vetados por los ‘fact-checkers’ de TikTok, mientras que los de resignación, no. 

Comunicación climática

“Las causas de la catástrofe a las que nos estamos abocando son tan palpables que hacen que la sensación de impotencia sea aún mayor”, cuenta Olivia Mandle, activista de 16 años, y embajadora del Pacto Europeo por el Clima de la Comisión Europea. Califica como “triste” la inacción política y ciudadana frente a la crisis climática, lo cual explica el pesimismo del que tantos jóvenes hacen gala en TikTok. 

Sin embargo, Mandle se posiciona en la línea de Wood y Elise, y afirma que la comunicación climática debe ir acompañada del optimismo, enfocándose en las victorias y en los resultados de las acciones climáticas, y así seguir animando a la acción. Ahí está, por ejemplo, el colombiano de 14 años Francisco Vera, un referente internacional en la lucha contra el cambio climático, y cuya presencia en redes destaca por explicar noticias y actualidad ecoesperanzadoras. Frente a una ola de desinformación climática en forma de pesimismo y frustración, todavía hay voces jóvenes que siguen luchando sin darse por rendidas.