MARRUECOS

Sánchez llama a su homólogo marroquí para reimpulsar una hoja de ruta congelada por el ciclo político

Es la primera conversación tras la investidura y sustituye a la que tradicionalmente era la primera visita al exterior de los presidentes electos

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el jefe de Gobierno del Reino de Marruecos, Aziz Akhannouch, al inicio de la cumbre entre España y Marruecos.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el jefe de Gobierno del Reino de Marruecos, Aziz Akhannouch, al inicio de la cumbre entre España y Marruecos. / Archivo

Mario Saavedra

Mario Saavedra

Marruecos solía ser el destino del primer viaje al exterior de los presidentes españoles una vez investidos. Lo fue de Felipe González, José María Aznar, José Luis Rodríguez Zapatero y Mariano Rajoy. La tradición no escrita la abandonó Pedro Sánchez, que en 2018 visitó Francia tras lograr la presidencia. Tampoco fue en 2020, tras ser elegido en enero, pocas semanas antes de que estallara la pandemia mundial de Covid-19. En esta tercera legislatura, el socialista ha elegido un destino más acuciante en la cuestión internacional: Israel, Palestina y Egipto. No hay prevista visita a Marruecos ni del presidente ni del ministro de Exteriores, José Manuel Albares, según confirman fuentes del Gobierno y diplomáticas.

Este martes, el presidente ha hablado por teléfono con el jefe de Gobierno del Reino de Marruecos, Aziz Akhannouch, según ha anunciado en X (antes Twitter). "Hemos coincidido en la importancia de la amistad entre España y Marruecos. Por ello, queremos impulsar la agenda bilateral ya acordada y explorar las nuevas oportunidades que ofrece esta relación renovada. También promoveremos una relación más estrecha entre Marruecos y la Unión Europea", ha escrito Sánchez.

Es el primer contacto conocido con Rabat después de que consiguiera la investidura gracias a los apoyos de los grupos independentistas el pasado 16 de noviembre.

Una legislatura marcada por Marruecos

El acercamiento de España a Marruecos, pergeñado en la segunda parte de la pasada legislatura, se plasmó en una hoja de ruta conjunta firmada en la Reunión de Alto Nivel en febrero de este año. Decenas de acuerdos bilaterales en las distintas áreas (economía, migraciones o cultura) de los que solo se conocen las líneas generales y que, por el momento, no han dado los frutos concretos que se esperaban.

Pedro Sánchez logró que Marruecos restableciera la normalidad diplomática con España tras un año de represalia por haber proporcionado atención médica en suelo español a Brahim Ghali, el líder del Frente Polisario saharaui y enemigo de Rabat. Para ello, tuvo que dar un giro a la posición de neutralidad de España hacia el territorio disputado. Sánchez aseguró al monarca marroquí Mohamed VI que el plan para dar autonomía al Sáhara dentro del Reino era el "más serio, realista y creíble" para solucionar el diferendo de medio siglo.

Las aduanas de Ceuta y Melilla siguen sin estar operativas, a pesar de que a ello se había comprometido el ministro José Manuel Albares. Tampoco se sabe qué va a ocurrir con el espacio aéreo sobre el Sáhara Occidental, controlado hasta ahora por España. Ni con el trazado de las aguas frente a Canarias, que tiene zonas en disputa. Del mismo modo, no se ha producido el encuentro que prometió Mohamed VI a Pedro Sánchez, después de darle plantón en la Reunión de Alto Nivel de febrero.

Los tribunales europeos están a la espera de confirmar en breve la decisión previa de suspender el acuerdo de la UE con Marruecos sobre la pesca, del que se beneficiaban barcos españoles, porque incluía la captura en aguas saharauis sin consentimiento del Frente Polisario.

Impulso a Gibraltar

España trata de impulsar también otro de los acuerdos congelados por el ciclo político, el relativo a Gibraltar. El ministro de Exteriores, José Manuel Albares, ha mantenido su primer encuentro con su homólogo británico, el recién estrenado en el cargo y ex primer ministro David Cameron. No ha habido ningún anuncio concreto, salvo el compromiso de seguir negociando. Albares ha reiterado, como dijo en diciembre del año pasado, que la propuesta española es la que ya tiene Londres sobre la mesa. "La pelota está en su tejado", ha dicho el jefe de la diplomacia española.

El encuentro se ha centrado prácticamente y exclusivamente sobre el Acuerdo de Gibraltar, según el ministro. "Los últimos aspectos que nos separan de poder tener un acuerdo definitivo son, por ejemplo, la fórmula del uso conjunto del aeropuerto", ha subrayado Albares. "Estamos tan cerca en esos puntos de vista que ya lo que quedan son aspectos específicos y puntuales. La mayor parte del acuerdo está".

Reino Unido y la Unión Europea, en representación de España y con la participación de Gibraltar, negocian desde hace dos años cómo gestionar el paso de personas y mercancías por la Verja de separación, después del Brexit.

La máxima es no entrar en cuestiones de soberanía y tratar de crear una zona de prosperidad compartida. El ministro asegura que ambos han dado instrucciones para que los equipos técnicos retomen unas conversaciones que han estado paralizadas durante los últimos meses. "La decisión no debería dilatarse más porque es una situación que es absolutamente transitoria", ha concluido el ministro.