GUERRA EN UCRANIA

¿Qué está pasando en la guerra de Ucrania mientras el mundo mira a Israel y Gaza?

Los responsables militares ucranianos han comenzado a plantearse públicamente si en el futuro podrán afrontar una nueva embestida del Ejército ruso

Soldados ucranianos en la zona de Zaporiyia, en una imagen de archivo.

Soldados ucranianos en la zona de Zaporiyia, en una imagen de archivo. / EFE

Con las primeras nieves de este segundo invierno en guerra, llegan también los primeros síntomas de cansancio en la sociedad de Ucrania. Transcurridos casi 650 días, es decir, cerca de dos años desde el momento en que los blindados rusos enviados por Vladímir Putin cruzaron la frontera común, el bando ucraniano y su Ejército van haciendo acopio de noticias escasamente halagüeñas para sus esperanzas de lograr una rápida e inapelable victoria en el campo de batalla. Y mientras se desvanecen las esperanzas de un pronto final en una contienda ensombrecida de la noche a la mañana por la ofensiva israelí en Gaza, los responsables militares ucranianos han comenzado a plantearse públicamente si en el futuro podrán afrontar una nueva embestida del Ejército ruso, que cuenta con una gran ventaja en todo lo que se refiere a recursos económicos y humanos.

"No tengo dudas, justo al igual que durante la Segunda Guerra Mundial, lo más probable es que estén preparando nuevos recursos... nuestro primer objetivo es no perder más territorio, porque es entre 10 y 15 veces más duro recuperarlo que entregarlo", admite en una entrevista concedida a The Economist el general Valeri Zaluzhni, al frente de las Fuerzas Armadas de Ucrania. Durante una reciente visita a Berlín, la viceprimera ministra ucraniana, Olga Stefanishina, alerta contra el peligro de un cansancio de la guerra por parte de los aliados europeos y norteamericanos. En su opinión, dejar sola a Ucrania no solo significaría la derrota de su país, sino que generaría un efecto dominó que podría afectar a otros países europeos. "Las reclamaciones de Rusia no terminaban en la frontera ucraniana", recuerda.

Escasos avances

En la mayoría de los frentes de guerra, se ha extendido la sensación de que la contraofensiva iniciada por las tropas de Kiev en verano ya no da más de sí, que, pese a algunos éxitos iniciales, las fuerzas locales apenas han logrado avanzar decenas de kilómetros y liberar algunos pueblos. Y el objetivo principal, que consistía en llegar a las playas del mar de Azov y cortar el corredor terrestre en manos del Kremlin que une la peninsula de Crimea y el Donbás ocupado, o en su defecto, acercarse lo suficiente al litoral como para colocar a las líneas de suministro ruso al alcance de la artillería ucraniana, no va a poder materializarse en un futuro cercano. "De momento no lo han conseguido... gracias en parte a líneas de fortificación bien diseñadas, los rusos han cedido poco terreno", recuerda Ian Bond, vicedirector del Centro Europeo de Investigación (CER, por sus siglas en inglés) en un artículo titulado 'Fatiga ucraniana: mala para Kiyv, mala para Occidente'.

Con buena parte del frente bélico convertido en un barrizal debido a las lluvias de otoño, los combates en el país eslavo se concentran en estos momentos en Avdiivka, un suburbio de la ciudad de Donetsk, ocupada desde 2014. En esta localidad que alberga una gigantesca planta de tratamiento de carbón, el Ejército ruso envía constantemente oleadas de blindados y de hombres para lograr el control de este enclave, situado a un puñado de kilómetros del límite de la capital regional, ya en zona rusa. Las fuerzas rusas han lanzado los ataques "más fieros" contra la ciudad, acaba de admitir ante la televisión Channel 24 Vitaliy Barabash, jefe de la administración militar local. "Hay una media de 16 a 18 ataques aéreos al día, a veces 30... estoy contento al anunciar que la línea de defensa ha resistido durante un mes y medio, no importa lo que digan" (los rusos), puntualiza.

"Cubiertos de cadáveres"

Las escasas informaciones procedentes del interior de la población que consiguen abrirse paso ofrecen una situación dantesca. Contactado por la agencia France Presse, Oleksandre, adjunto de un batallón ucraniano de la 47ª Brigada Motorizada, asegura que los campos que rodean la población están "cubiertos de cadáveres". "Los rusos intentan agotar nuestras líneas con constantes oleadas de ataques", relata. De acuerdo con un funcionario occidental entrevistado por el mismo medio, el Ejército ruso ha llegado a perder 200 tanques y vehículos blindados, mientras que las pérdidas ucranianas eran considerablemente menores.

Otro de los puntos del frente donde se ha registrado movimiento en las últimas semanas es la orilla oriental del río Dniépr, en la región de Jersón. "Contra todas las expectativas, las fuerzas de defensa de Ucrania han establecido una posición en la orilla oriental" del mencionado río, anunció a mediados de noviembre Andriy Yermar, secretario de la presidencia ucraniana. En declaraciones a Times Radio, Rupert Jones, general mayor británico en la reserva, considera la noticia "muy significativa". Sobre todo, porque a medida que las fuerzas ucranianas consigan alejar la línea de frente de la orilla del río, el enemigo ruso se verá obligado a emplear armas más caras, de mayor precisión y a espaciar los bombardeos contra la ribera contraria, lo que indefectiblemente revertirña en la calidad de vida de los habitantes de las zonas liberadas. Pese a que los rusos se retiraron de la capital regional homónima hace un año, la localidad no había podido regresar a la normalidad debido a los ataques artilleros desde la orilla bajo control ruso.