CUMBRE DE MADRID

La OTAN quiere alcanzar la neutralidad de carbono en 2050

El secretario general de la Alianza, Jens Stoltenberg, advierte de que hay que diversificar tanto las fuentes de energía como los proveedores, en clara referencia a Rusia y China

El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg.

El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg. / DPA vía Europa Press

Eva Cantón

Eva Cantón

La

Alianza Atlántica

no solo saldrá reforzada de la cumbre de Madrid que arranca oficialmente este miércoles en presencia de más de 40 líderes internacionales con los tambores de guerra en Ucrania sonando como telón de fondo. También se compromete a rebajar el nivel de emisiones contaminantes de las distintas misiones que lleva a cabo la organización por todo el mundo. Su intención es alcanzar la neutralidad de carbono en 2050, según ha anunciado el secretario general de la OTAN, el noruego Jens Stoltenberg, en el recinto de IFEMA de la capital española durante un debate organizado por el Real Instituto Elcano. Este objetivo se logrará en dos fases: en 2030 se reducirán las emisiones en un 45% y en 2050 se lograrán cero emisiones netas.

Además de sacudir el tablero geopolítico internacional, el conflicto bélico provocado por la invasión rusa de Ucrania el pasado 24 de febrero ha puesto de relieve la dependencia europea del gas y el petróleo rusos. Ha demostrado asimismo el peligro de estar en manos de regímenes autoritarios para tener acceso a materias primas y ha alertado de la necesidad de diversificar tanto las fuentes de energía como los proveedores.

“No podemos cambiar una dependencia por otra”, advirtió recordando que muchas de las nuevas tecnologías medio ambientales y los minerales necesarios para fabricarlas proceden de China. Sin catalogarlo de amenaza, en la OTAN se admite que la relación con el gigante asiático es, cuando menos, un reto.

El escenario dibujado por Stoltenberg requiere, por lo tanto, adaptar la Alianza al nuevo equilibrio mundial y reducir sus propias emisiones contaminantes. El planteamiento general -y así quedará reflejado en el nuevo concepto estratégico de la OTAN que alumbrará Madrid- es que el cambio climático no solo un reto de nuestro tiempo y una grave amenaza para el planeta y para todos nosotros, sino un factor “multiplicador de crisis” porque los fenómenos meteorológicos extremos desplazan población y fomentan más conflictos.

“El clima es importante para la seguridad, así que es importante para la OTAN”, dijo. El máximo responsable de la organización atlántica admitió que no será fácil transitar desde los combustibles fósiles hacia las energías renovables pero se mostró convencido de  que en el futuro las fuerzas militares más resistentes serán quienes menos dependan de este tipo de combustibles.

Será también una oportunidad para que los aliados coordinen sus esfuerzos en esta materia y diseñen normas conjuntas para innovar sin perder eficacia operativa. Deberá así tenerse en cuenta cómo afecta el cambio climático a sus misiones en el Ártico, en Irak o en las zonas azotadas por los huracanes donde tienen sus bases militares.

Otra tentación que conviene sortear, advirtió Stoltenberg, es que los países de la OTAN busquen su propio camino hacia la seguridad energética sin tener en cuenta los criterios de interoperabilidad. Al fin y al cabo, el principal objetivo de la organización atlántica sigue siendo tener una defensa y una disuasión creíbles.