ATAQUES RUSOS

Tambores de guerra en Moldavia: maniobra de distracción rusa o apertura de un nuevo flanco

Los analistas consultados no ven probable una invasión del país

Un miembro de la guardia de honor sostiene la bandera de Moldavia durante una ceremonia en Chisinau.

Un miembro de la guardia de honor sostiene la bandera de Moldavia durante una ceremonia en Chisinau. / REUTERS/Vladislav Culiomza

Mario Saavedra

Mario Saavedra

En las cancillerías europeas corre el temor a que Vladímir Putin quiera atacar Moldavia tras los extraños ataques con bombas en la región separatista moldava de Transnistria. ¿Podría tratarse de incidentes de “falsa bandera” cometidos por sujetos pro-rusos para justificar una intervención del ejército de Moscú?

Hay 1.500 soldados rusos y toneladas de material bélico en esta franja, que actúa como país pero casi nadie reconoce. “Están listos para el combate”, ha dicho el presidente ucraniano Volodímir Zelenski, que ha advertido repetidamente de que la invasión de Ucrania es solo el comienzo, y de que Putin quiere que la guerra alcance a otros países europeos.

Los analistas consultados por

EL PERIÓDICO DE ESPAÑA

, sin embargo, advierten de que el movimiento no tiene sentido, al menos en la situación actual. O bien se trata de una maniobra de distracción para obligar al ejército ucraniano a llevar parte de las tropas a Transnistria, o de un mensaje telegrafiado a Occidente para que deje de armar a Ucrania.

“Moldavia no es una prioridad para Rusia en términos estratégicos en este momento. Si [Putin] va a utilizar Transnistria, será contra Ucrania”, opina para este diario Dionis Cenusa, analista moldavo de riesgos políticos asociado al Centro Europeo de Estudios del Este de Vilna (Lituania). 

“En estos momentos creo que los indicios de un ataque a Moldavia son solo una distracción rusa”, dice Ernesto Pascual, doctor en Ciencia Política y Relaciones Internacionales de la UOC. “Rusia está sufriendo para mantener el territorio conquistado en Ucrania; ni siquiera han conseguido conquistar Mariúpol en su totalidad, están teniendo problemas serios en Jersón, y no han atacado Odesa”, argumenta, no sin antes recordar que los pronósticos de las acciones rusas en ocasiones se escapan a la lógica, y que Moscú puede sorprender. 

La invasión de Moldavia entra dentro de uno de los escenarios con los que se están explicando las acciones de Putin, que según ha dicho uno de sus generales, está tratando de crear un corredor desde el Donbás ucraniano hasta Transnistria. Una daga rusa en el corazón de Europa. Pero esto supondría conquistar y consolidar primero las regiones de Donetsk, Lugansk y Jersón (una batalla dura de tanques y trincheras en la estepa ucraniana contra armamento de última generación estadounidense), y luego hacer lo propio con Odesa y Moldavia. Algo incierto viendo los escasos resultados de Rusia sobre el terreno, ya que Moscú aún no ha sido capaz de controlar siquiera una gran ciudad ucraniana.

Semejanzas entre Moldavia y Ucrania

La República de Moldavia, que perteneció a la URSS hasta 1991, tiene 2,6 millones de habitantes y está situada en el sureste de Europa. Limita al norte y al este con Ucrania y al oeste con Rumanía. Su capital es Chisinau. En el norte está el territorio de Transnistria, colindante con Ucrania. Es de mayoría rusoparlante y se ha declarado independiente, con capital en Tiraspol. Depende totalmente de la ayuda económica y militar rusa, que tiene un fuerte contingente militar “de paz” desplegado. 

Moldavia guarda muchos paralelismos con Ucrania. Ambos tienen zonas separatistas proclamadas repúblicas independientes (Donetsk y Lugansk, en Ucrania; Transnistria, en Moldavia) con la ayuda de Moscú. En ambas zonas vive una mayoría de rusos étnicos y rusoparlantes que el paternalismo de Moscú dice querer “proteger” o “liberar”. Y los dos países son considerados por Rusia como áreas naturales de influencia: su patio trasero. Putin quiere recuperar la gloria de la Unión Soviética (de cuya herencia Rusia se ha apropiado). En ese esquema, Ucrania y Moldavia, ambos países de mayoría pro-occidental, son territorios que subyugar, por las buenas o por las malas. La presidenta de Moldavia, Maia Sandu, ha intentado acercar el país a la órbita europea, pero manteniendo un difícil equilibrio con Rusia.

22 de abril de 2022.- La presidenta de Moldavia, Maia Sandu, durante una rueda de prensa en el palacio presidencial en Chisinau. 

22 de abril de 2022.- La presidenta de Moldavia, Maia Sandu, durante una rueda de prensa en el palacio presidencial en Chisinau.  / EFE/EPA/DUMITRU DORU

El paralelismo se rompe en el terreno militar. Mientras Ucrania tiene un ejército bien preparado en la última década y armado por Occidente, Moldavia es, militarmente, “un cero a la izquierda”, en palabras de Pascual. La propia presidenta de Moldavia ha admitido este miércoles que sus Fuerzas Armadas "no están preparadas" para el combate, y se ha comprometido a modernizar su Ejército y el sistema de defensa nacional ante el incremento de la tensión en la región separatista de Transnistria. 

“Si es atacada no podrá defenderse”, acuerda Cenusa. “Pero si algo sucede, no descarto que se repita la situación de 1992, cuando los voluntarios rumanos lucharon en la guerra de Moldavia contra las fuerzas separatistas lideradas por Rusia”. No es el escenario más probable, añade, porque el enfoque de Rusia es contener la guerra, no expandirla, al menos por ahora. “A la propia Transnistria no le interesa luchar contra Ucrania para no envenenar definitivamente las relaciones con Ucrania sin saber cómo terminará la guerra y si Rusia tendrá el control de Odesa”, concluye.

Llamamientos a la calma

El presidente de Transnistria, Vadim Krasnoselski, ha hecho este miércoles un llamamiento a las autoridades de Moldavia y Ucrania para "preservar la paz". 

Moldavia ha asegurado que los ataques de estos días podrían haber sido realizados por pro-rusos. “Ciertas fuerzas dentro de la propia región crean tensión en Transnistria", ha asegurado su presidenta. Serían así atentados de “falsa bandera” que han ocurrido al mismo tiempo que Rusia ha decidido cortar el gas a dos países europeos, Polonia y Bulgaria. “Moscú puede estar tratando de dar la impresión de que el frente de la guerra está creciendo y puede acercarse a Europa”, explica Pascual. 

En los últimos días, Moscú no ha dejado de elevar el tono. El ministro de Exteriores ruso, Sergéi Lavrov, ha dicho que no se puede descartar ni una tercera guerra mundial ni una guerra nuclear. Rusia trata de detener la escalada occidental para armar a Ucrania. En las últimas horas, Berlín se ha comprometido a enviar tanques Gepard y decenas de países han acordado en Ramstein (Alemania) crear un flujo constante de armamento para la lucha del país contra el invasor ruso.