Guerra Rusia-Ucrania

Del conflicto bélico del Donbás a luchar por sus dos hijos en Valencia

La Conselleria de Políticas Inclusivas le retira la tutela de la niña de dos años por su "precaria situación económica" y la madre escapa con su recién nacido, también declarado en desamparo: "Me engañaron para quitarme a mis hijos"

Antonina, la joven ucraniana que huyó antes de la guerra, pide recuperar a su hija de dos años.

Antonina, la joven ucraniana que huyó antes de la guerra, pide recuperar a su hija de dos años.

Ignacio Cabanes

Embarazada de 33 semanas y con una niña que a finales de este mes cumplirá dos años, una joven ucraniana dejó su ciudad natal, Nikolske, en la región de Donetsk, huyendo de la barbarie de la guerra un par de meses antes de la invasión rusa, en busca de una vida mejor para sus hijos. No podía imaginarse que al llegar a España, concretamente a Valencia la noche del pasado 4 de enero, se encontraría con otra guerra, una batalla judicial contra la Conselleria de Políticas Inclusivas después de que, dada su "precaria situación económica y encontrarse en situación de calle", según consta en la resolución administrativa, y bajo la creencia de un posible caso de vulnerabilidad para los niños, los Servicios Sociales le retiraran la tutela de los dos menores al declarar a ambos en situación legal de desamparo.

Mientras su madre y sus hermanos resisten los bombardeos rusos en un sótano a 20 kilómetros de la ciudad portuaria de Mariúpol, Antonina —de 23 años recién cumplidos esta semana— permanece también escondida, pero por causas bien distintas, junto a su bebé de dos meses en una localidad de la provincia de Valencia, por miedo a que los Servicios Sociales la separen también de su recién nacido como hicieron con su hija de dos años, a la que no ve y con la que ni siquiera le han dejado comunicarse desde que ingresó en el Hospital la Fe de València con positivo en covid el pasado 5 de enero.

Al no poder estar con la niña por su situación de aislamiento por el virus y a punto de dar a luz, sin soporte familiar que se pudiera hacer cargo de la pequeña salvo una amiga también ucraniana, la joven accedió a firmar en el hospital un documento de solicitud de guarda voluntaria por el cual la Conselleria de Igualdad y Políticas Inclusivas asumía la guarda de la menor "hasta la fecha del alta hospitalaria de la progenitora", según figura en el documento.

Lo que supuestamente iba a ser un trámite administrativo de carácter temporal para que la niña pudiera estar bien atendida hasta que su madre diera a luz, se ha tornado en su contra. "Me engañaron para quitarme a mis hijos", asegura Antonina con la ayuda de una amiga que hace las veces de intérprete.

Fuentes de la conselleria insisten que fue la madre quien cedió voluntariamente la cesión temporal de la guarda de la niña, "nadie le puso una pistola para que firmara". Y sostienen que la han citado en la dirección territorial en varias ocasiones para trabajar con ella y «realizar una intervención que garantice que los niños están en un entorno seguro y que pueden volver con ella», pero que ésta no se ha presentado.

El pasado 7 de enero, tras inducirle el parto, la joven dio a luz a Lucas, un niño "en perfecto estado de salud". Tres días después tanto la madre como el pequeño, ambos negativos en covid, fueron dados de alta y trasladados a una casa de acogida en Torrent. No obstante, cuando la joven insiste en ver a su hija Anna, tras días en el hospital preguntando por ella, Antonina afirma que una trabajadora le advirtió de que no se la iban a devolver y que le iban a quitar también a su bebé porque no podía cuidarlos. "Dijeron que no tenía derecho a estar allí con mis hijos, que solo podía quedarme yo", explica la joven desesperada por no poder ver ni hablar con su hija desde hace dos meses.

Antonina confiesa que se asustó y temiendo que la apartaran también de su recién nacido, huyó de la casa de acogida con él. Ese fue su error, al no seguir los cauces fijados por la Generalitat, que dictó sendas resoluciones el 17 de enero donde le retiraba la guardia y custodia tanto de la niña como del bebé, acordando la tutela de urgencia de ambos menores la conselleria por una situación de desamparo.

Se le ofreció quedarse en la casa

Fuentes de la administración que dirige Mónica Oltra aseguran que sí se le ofreció la posibilidad de quedarse con sus hijos en la casa de acogida. Asimismo, esgrimen que actuaron a instancias de la petición que les realizó el Centro de Ayuda al Inmigrante (CAI), quienes consideraron que los niños podrían estar en un situación de desprotección.

Pese a que ha presentado a través de su abogado documentación que acredita que ya "ha resuelto sus necesidades habitacionales y alimenticias" —está viviendo en casa de una amiga y un compatriota con trabajo estable como camionero ha firmado ante notario que se hace cargo del sustento de la joven y de sus hijos—, la conselleria sigue sin devolverle a la niña e incluso, según asegura, la "amenazaron con deportarla a Ucrania" (eso fue antes de que las tropas de Putin invadieran el país) si no entregaba al bebé.

El dolor de una madre

"Cada segundo que paso sin mi hija es un infierno, preferiría haberme quedado en Ucrania a este dolor", reconoce Antonina, quien jamás hubiera pensado cuando dejó a finales de noviembre su casa y su familia en la zona del Donbás huyendo del terror —"allí la guerra dura ya ocho años", remarca la joven— que en España le esperaba otra pesadilla distinta pero tan dolorosa para una madre. "No sé si la voy a volver a ver, la quiero mucho y necesito estar con ella, toda madre tiene que entenderme", lamenta totalmente rota por esta angustia.

Tras partir rumbo a Polonia con su hija y una pareja que también huía del conflicto armado, Antonina pasó un mes y medio en la localidad alemana de Bamberg, donde solicitó asilo político. Allí una conocida le recomendó venir a España donde podría empezar una nueva vida junto a sus pequeños.

En avanzado estado de gestación y con una niña pequeña a su cargo, recién llegada a un país extranjero, sin saber el idioma, y además siendo positivo en covid como después reflejaría una prueba de antígenos, la joven acudió en busca de ayuda al CAI de València. De ahí fue derivada al hospital, donde daría comienzo su verdadera pesadilla. Ahora su esperanza es poder celebrar el cumpleaños de su hija el próximo 27 de marzo con sus dos pequeños en brazos.