RENFE

Bienvenidos al tren de la fiesta: los jóvenes y los abonos gratis resucitan rutas que iban vacías

Los abonos gratuitos promovidos por el Gobierno atraen a estudiantes que van a su casa o salen de fiesta

Trenes que antes iban semivacíos van ahora al 80% de su capacidad

La demanda ha aumentado de media un 19% y se dispara un 58% en Castilla y León

Iker, joven estudiante de Palencia que viaja a la discoteca Fabrik, de la que muestra la entrada, en Madrid

Iker, joven estudiante de Palencia que viaja a la discoteca Fabrik, de la que muestra la entrada, en Madrid / Alba Vigaray

Analía Plaza

Analía Plaza

Iker, un joven que estudia en Palencia, se ha aprendido a la perfección el funcionamiento de los abonos gratuitos de Renfe. Adquirió, por un lado, uno entre Palencia y Miranda de Ebro (Burgos) para volver a su casa más a menudo y ahorrarse los treinta euros que cuesta el trayecto de ida y vuelta. Por otro, se hizo con un Palencia - Madrid que le permite, los fines de semana, ir de fiesta a la capital.

Es viernes 28 de octubre, previo al puente de Todos los Santos, viaja en el tren regional que salió de León a las 15:42, pasó por Palencia a las 16:52 y finalizará en la estación madrileña de Príncipe Pío a las 20:41. Son casi cuatro horas de viaje, pero lejos de decaer, su ánimo está por todo lo alto. Al llegar se encontrará con un amigo para ir al evento que la macrodiscoteca Fabrik organiza con motivo de Halloween. Volverá a Palencia el martes, día festivo, y en dos semanas repetirá cada uno de los pasos del plan: tren, amigo, fiestón y vuelta. Como resume él mismo entre risas, "me dejo liar".

Por los cuatro trayectos, Iker pagará como mucho veinte euros, la cantidad que pide Renfe a modo de fianza. Si se lo toma en serio y completa dieciséis viajes (ocho de ida y ocho de vuelta) entre Palencia y Madrid antes del 31 de diciembre, Renfe se los devolverá. Si no lo hace, tampoco es un enorme problema, porque solo un viaje de ida entre ambas ciudades cuesta veinticinco euros. En circunstancias normales, ir y volver dos veces de Palencia a Madrid le habría salido por cien euros.

Mucha más gente en el tren

aumento de la demanda.EL PERIÓDICO DE ESPAÑADe viajes con origen en Castilla y León, ha crecido un 58% de media.

El objetivo de la medida es ayudar a los viajeros recurrentes a ahorrar y animar al resto a dejar el coche en casa. Por eso Renfe exige una ruta fija, fianza y un mínimo de dieciséis viajes en cuatro meses —es decir, una media de cuatro viajes al mes— para devolverla. Sin embargo, no todo el que se beneficia del descuento es un usuario frecuente que iba a coger el tren sí o sí o que lo ha cambiado por coche o autobús. También hay quien, aprovechando que es gratis (o casi), lo utiliza para viajes de ocio que no hubiera hecho de otra forma.

Jaime y León van de Valladolid a pasar el fin de semana en Madrid, donde saldrán con amigos que viven allí. / Alba Vigaray


El tren que va de León a Madrid los viernes por la tarde es un buen ejemplo de ello. Entre capital y capital pasa por hasta treinta municipios. Antes de los abonos gratuitos, cuenta el revisor, viajaba una media de sesenta personas. El viernes 28 de octubre llegaron a Madrid doscientos pasajeros. El tren tiene 250 plazas, de modo que iba al 80% de su capacidad. "Antes podías sentarte en cualquier sitio porque iba medio vacío. Ahora es imposible", dice Candela, una joven usuaria habitual que va de Palencia a Medina del Campo. "Yo lo cojo todos los viernes entre Valladolid y Robledo de Chavela", añade Álvaro, un trabajador de Valladolid. "La ocupación rara vez pasaba del 10%. Ahora va lleno, con mucho perfil de gente joven. La verdad es que es una gozada ver tanto flujo de personas y los andenes de los pueblos llenos".

La estación de Valladolid, desde la que EL PERIÓDICO DE ESPAÑA viaja hasta Madrid para comprobar el incremento de usuarios, está llena de gente. Desde allí parten trenes a Zamora, Gijón, Santander y Madrid, entre otros. La ruta entre Valladolid y Madrid es, de hecho, la tercera de media distancia más concurrida de España, solo por detrás de Barcelona-Girona y Madrid-Toledo. Pero los viajeros del media distancia (el regional que pasa por los pueblos y tarda tres horas) eran hasta ahora residuales: la mayoría optaba por los servicios de AVE, Alvia o Avant que, aunque más caros, apenas tardan una hora.

La introducción de los abonos gratuitos lo ha cambiado todo. "Yo he viajado otras veces a Madrid y siempre en el AVE. Pero ahora he cogido el abono porque tengo amigos allí y he pensado en ir a visitarlos más a menudo", cuenta Jorge, de treinta años. Frente a él se sienta Raúl, un joven de 19 años que va a hacer lo mismo pero con sus familiares. "Hay muchas cosas que ver en Madrid, así que iré los fines de semana". Ambos coinciden: las tres horas de viaje se hacen largas, pero la gratuidad compensa.

Jóvenes que van de marcha o que vuelven a casa

Más de la mitad de los viajeros del tren son jóvenes. "Suben principalmente estudiantes", anota el revisor, "aunque también hay gente mayor". Entre los jóvenes hay dos perfiles: los que vuelven al hogar y los que se van de marcha o de pequeño viaje vacacional. Carla, de 22 años, y Álex, de 24, estudian en Valladolid pero son de Arévalo, en Ávila. Antes del abono gratuito iban a casa de vez en cuando, porque cada viaje de ida y vuelta les salía por veinte euros. "Ahora volvemos casi todos los fines de semana", cuentan. "Se nota un montón que la gente vuelve más porque se les ve a todos bajar en Arévalo". Como ellos, hay estudiantes que van de Valladolid a Ávila y de Ávila a Las Navas del Marqués. Todos agradecen el descuento, porque, en condiciones normales, ni con el carné joven les sale a menos de diez euros el trayecto.

Berta y Lucía van de Valladolid, donde viven y estudian, a Madrid, donde tienen amigas con las que saldrán por la zona universitaria de Moncloa. / Alba Vigaray


Lucía y Adrián tienen veinte años. Son de Palencia y este fin de semana viajan a Madrid "de tranquis" gracias al abono. En principio solo harán este viaje de ida y vuelta y renunciarán a recuperar la fianza, aunque cuenta Lucía que quizá ella se junte algún día con una amiga de Valladolid que usa el abono para ir a los jueves universitarios de Madrid. "Coge un tren que llega a Madrid hacia las diez de la noche y se vuelve en otro a las ocho de la mañana", dice. En el vagón de al lado hay tres chicas que estudian en Ávila y vuelven a su casa en Las Navas del Marqués. Una de ellas, Guiomar, cuenta su truco: sacó el abono entre Ávila y Madrid, pero lo usa con una parada intermedia, para ir de Ávila a Las Navas (su casa) y de Las Navas a Madrid. Más que de fiesta, dice, acude a la capital a visitar museos y hacer otro tipo de actividades culturales.

Álex y Carla estudian en Valladolid y vuelven a su casa en Arévalo. Ahora que el abono es gratuito, lo hacen más a menudo que antes. / Alba Vigaray


Jaime y León estudian en Valladolid y también se dirigen a Madrid. Jaime vuelve a casa —estudia fuera porque no le dio la nota— y León va a ver a unos amigos con los que saldrá por ahí. No saben si usarán más el abono. Lo que sí han pensado es en hacerse un 'tren de la fiesta', de los de ir por la noche y volver por la mañana de empalmada, entre Valladolid y Salamanca, ciudad de juerga universitaria por excelencia. Lucía y Berta, por su parte, tienen 18 años y viven en Valladolid con sus padres. Algunas de sus amigas se han ido a estudiar a Madrid, así que no es la primera vez que van a verlas en fin de semana. "Ya habíamos hecho este plan con el AVE, pero ahora que está el abono hemos decidido cogerlo", cuentan. Llegarán, saldrán por la zona universitaria de Moncloa y el domingo se montarán en un tren de vuelta.

Ampliación a 2023

Todos los consultados contaban con que la fiesta de los abonos gratuitos terminaría el 31 de diciembre de 2022, pero el Gobierno ya ha anunciado que los prorrogará durante todo 2023. Así está contemplado en los presupuestos generales, que destinarán 700 millones de euros a esta partida, aunque aún no se sabe si habrá que comprar nuevos abonos o valdrá con los ya expedidos. Los detalles aparecerán en la orden o decreto que publique el Ministerio, informan fuentes de Renfe.

Pese al entusiasmo del Ejecutivo y del Ministerio de Transporte —que han destacado medida como "positiva para ayudar a los bolsillos de las clases medias y trabajadoras" y fomentar la "movilidad sostenible"— la autoridad fiscal independiente (AIREF) le dio un reciente tirón de orejas al constatar que, como el descuento de los veinte céntimos de combustible, beneficia principalmente a las rentas altas. En este caso, porque las infraestructuras de transporte bonificadas se concentran en ciudades con mayor nivel de renta.

El Gobierno prorrogará los abonos gratuitos de Renfe durante todo 2023. / Alba Vigaray

Hasta la fecha, Renfe ha emitido 1,3 millones de abonos de Cercanías y más de medio millón de media distancia. En el Cercanías los abonos no requieren de un origen y destino fijos, sino que sirven para toda la red. Y la fianza solo es de diez euros. En la semana de su estreno, la demanda se disparó un 50% en la red de Cercanías de Madrid. En Barcelona, datos recogidos por La Vanguardia reflejan que, pese a la gratuidad, la red de Rodalies aún no ha recuperado la demanda de 2019 y que las rebajas en el precio del transporte público no están reduciendo el número de coches.

Los abonos gratuitos de Renfe están inspirados en el billete de nueve euros que ideó Alemania este verano y que servía para toda la red de tren regional. Pese a que los expertos suelen desconfiar de recetas de este tipo —está probado que no es el precio bajo lo que atrae a la gente al transporte público, sino su fiabilidad—, un análisis de la experiencia alemana sugiere que el país ha dejado de emitir 1,8 millones de toneladas de CO2 durante el verano gracias, precisamente, a la gente que ha dejado el coche en casa y se ha pasado al autobús y al tren. En España no se ha hecho aún un estudio global sobre los efectos de la gratuidad.

Durante el viaje de Valladolid a Madrid, un viajero adulto y frecuente bromeó con que los trenes gratis están muy bien, pero que lo más útil para que vayan llenos es poner buenos y suficientes horarios. La queja es habitual entre los usuarios de la red convencional, que a menudo ven cómo Renfe les quita servicios, degrada e incluso desmantela líneas regionales para favorecer al AVE. Cuando este periódico informó de que una artimaña con los abonos gratuitos estaba dejando sin plaza a los viajeros habituales, el portavoz de la asociación Tren Salamanca lo expresó de la siguiente manera: "La gratuidad es muy bonita, pero hay que verlo a largo plazo. Sería preferible tener más frecuencias y precios lógicos que cuatro meses gratis".

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