LOCURA EN GÉNOVA TRAS EL 28M

El PP enfila el camino a Moncloa: "Es un KO a Sánchez. Ni sus barones le pudieron salvar"

Las elecciones municipales y autonómicas de este 28M, en directo

Feijóo: "Hemos recuperado la mejor versión del partido"

PI Studio

Paloma Esteban

Paloma Esteban

El PP se vio arrollado en la noche del 28 de mayo con una fuerza superior a la que el partido esperaba. Los resultados —claro vencedor de las elecciones autonómicas y municipales, con dos mayorías absolutas en Madrid y La Rioja, cerca en la Región de Murcia y amplias victorias en Comunidad Valenciana, Aragón, Baleares y Cantabria; además de casi un empate en Extremadura, donde podrá gobernar también con Vox) ilustran un éxito rotundo de los conservadores y el estrepitoso fracaso para el PSOE. 

La lectura en la calle Génova, bien entrada la noche, era incontestable: “Estamos ante un cambio de ciclo absoluto. Es un KO a Pedro Sánchez. No hay duda”, decían fuentes de la dirección nacional. Los objetivos se cumplieron por encima de lo marcado: ser la fuerza más votada y arrebatar alguna plaza importante para los socialistas. Al final fueron varias, aunque sobresalen la de la Comunidad Valenciana, convertida en la joya de la corona de estas elecciones; y Extremadura, la gran sorpresa de la noche.

Lo fue también para los principales dirigentes. Algunos no lo escondían cuando el escrutinio estaba ya casi terminado. “Lo de Extremadura no nos lo podemos creer”, decían miembros de la dirección mientras subían y bajaban las escaleras de una sede, la de Génova, que ayer vivió una fiesta como pocos recuerdan. Más allá de la victoria (son las primeras elecciones que el PP gana en siete años), lo de anoche fue una cura interna definitiva

En la cúpula conservadora recuerdan que hace poco más de un año la situación dentro del partido era catastrófica. En el mes de abril se cumplió un año del congreso que aupó a Alberto Núñez Feijóo presidente del partido. En ese momento era imposible vaticinar que un año más tarde el PP podría estar como está hoy.

El equipo del líder conservador mantuvo la prudencia incluso cuando el éxito era rotundo. Pero los principales dirigentes, que califican el 28M como un cambio de era, miran ya a la Moncloa. El comité de dirección del PP se reúne este lunes por la mañana para los primeros análisis. El martes tendrá lugar la junta directiva nacional, máximo órgano entre congresos. Y allí Feijóo se dirigirá a los suyos. Pero el diagnóstico, coinciden distintas fuentes populares, está encima de la mesa: fue un voto anti Sánchez, contra su Gobierno, su coalición y sus alianzas parlamentarias.

En el entorno más próximo a Feijóo lo decían ayer en la sede: “Sánchez se empeñó en hacer una campaña en primera persona. Obligó a Feijóo a hacer la suya. Y por esto esto ha sido como una primera vuelta. Los resultados son suyos”. El PP está convencido de que los socialistas no supieron leer lo que ocurría en la calle y lo que la sociedad venía tiempo queriendo expresar: un rechazo total a leyes como la del ‘solo sí es sí’ y a los pactos de Sánchez a nivel nacional. “Ni sus barones le pudieron salvar. Ya no queda nada”, advertían.

Los populares vieron la campaña del PSOE “absolutamente errática”. Primero, por no ser capaces de separarse de la polémica de EH Bildu, al que creen además que Sánchez “ha blanqueado” permitiendo que alcance unos importantísimos resultados en el País Vasco y Navarra (primera fuerza en Vitoria y segunda en Pamplona, con un concejal menos que UPN y por delante del PNV). Después, por haber perdido “toda credibilidad” con anuncios millonarios (también durante la precampaña, por ejemplo, en materia de vivienda) que los ciudadanos “no terminaron de creerse”. Y por último, reconocen, la polémica de la compra de votos en distintos puntos de España, y especialmente en Andalucía, “les dio la puntilla” desmovilizando a la izquierda y afianzando a la derecha.

Más allá del periodo de campaña, los populares insisten en que esta victoria “lleva mucho tiempo cocinándose” por el fuerte rechazo que ha ido provocando Sánchez en la ciudadanía. Es cierto que el escenario seguía muy abierto hasta hace pocos días, porque aunque la victoria del PP estaba clara, las sumas de los bloques eran determinantes. De hecho, la casi desaparición de Podemos arrastró al PSOE, incapaz de retener sus principales bastiones excepto Asturias y Navarra, donde María Chivite podrá volver a gobernar sin ganar las elecciones.

En el lado contrario, la derecha ahora luce una fortaleza indiscutible. El PP tuvo resultados muy superiores a lo que creía, pero Vox se consolidó también como tercera fuerza política, con una fuerte presencia en lugares como Murcia (8 diputados autonómicos, a pesar de que el PP se quedó solo a dos de la absoluta) o la Comunidad Valenciana (los populares alcanzaron la cifra de 40 escaños, que no salía en ninguna encuesta) sumada a los 13 de Vox. Juntos están en los 53 diputados, tres más de lo que marca la mayoría absoluta.

Feijóo salió con una euforia incontenible a su primer balcón de Génova anoche, junto a Isabel Díaz Ayuso y José Luis Martínez-Almeida, ambos con sus mayorías absolutas confirmadas. Allí auguró que había ganado “otra forma de hacer política” y reivindicó un PP “ancho” para un nuevo ciclo político. La imagen, de nuevo, resultó curativa para muchos tras pensar en el mismo balcón hace dos años, en 2021, cuando el líder nacional era otro y la situación no podía ser más distinta.

Ayuso, este lunes, volvió a hablar sobre sus aspiraciones nacionales en ‘Onda Cero’: “Yo solo sé que Feijóo se va a presentar por Madrid y que tiene a la gente detrás. No sé cuántas veces más he de decir que sé cuál es mi sitio”, zanjó. El de ahora es el de la mayoría absoluta, de nuevo en la Comunidad de Madrid para el PP. No ocurría desde 2011. La otra lectura interna es inevitable: la madrileña mira de tú a tú a Juanma Moreno, que también consiguió su histórica mayoría absoluta en Andalucía el año pasado. Los dos grandes líderes por debajo de Feijóo.