FÚTBOL

La emotiva carta de Endrick a su hermano antes de ir al Real Madrid: "No nacimos en la abundancia, nacimos por el fútbol"

El jugador pone en valor el esfuerzo de sus padres para que pudiera hacer una carrera que le llevará al equipo blanco

Endrick, durante el pasado amistoso entre Inglaterra y Brasil en el que anotó un gol.

Endrick, durante el pasado amistoso entre Inglaterra y Brasil en el que anotó un gol. / EUROPA PRESS / AFP7

Denís Iglesias

Denís Iglesias

Endrick crecerá una década de golpe en 2024. Tiene 17 años, pero los cambios que ha vivido y vivirá durante este año le harán madurar a la fuerza. El otro día logró su primer gol con Brasil y este verano llegará al Real Madrid. Son muchos los pensamientos que pasan por la cabeza del delantero que ha querido darle forma a todas estas reflexiones en una carta remitida a su hermano en The Players' Tribune.

Endrick, todavía jugador del Palmeiras, empieza su misiva con un "Querido Noah, te quiero. Esto es lo primero, por encima de todo lo demás". A partir de ahí desgrana lo que ha supuesto el fútbol en su vida y su primer vínculo emocional con el Real Madrid, que ha pagado por él 35 millones de base. Existe otro máximo de 25 en bonus.

"Estaba convencido de que sería futbolista"

Noah y Endrick se llevan 13 años. Cuando el hermano menor nació, el mayor estaba jugando un partido. "Nunca te he dicho esto, pero cuando estabas a punto de nacer, en realidad me esperaste para marcar un gol", cuenta el delantero de la 'Canarinha', que este martes se mide a España en el Bernabéu (21.30).

"No tenía dinero para comprar un juguete, pero te llevé el balón de oro del torneo. ¿Ves? En nuestra familia, no nacimos en la abundancia. Nacimos para el fútbol", relata el ariete. Endrick jugará a partir de verano en el equipo que siempre escogía en la PlayStation. Nunca quiso coches de juguete, él solo pedía la "bola, bola, bola" insistentemente. Su primer esférico estaba hecho de cinta aislante.

Endrick celebra su primer gol con la selección de Brasil.

Endrick celebra su primer gol con la selección de Brasil. / ALASTAIR GRANT / AP

"Lo llevamos en la sangre, hermano", insiste un futbolista que de pequeño se presentaba como "Endrick Felipe Moreira de Sousa, delantero". A la gente le hacía gracia, pero él tuvo muy claro desde que se puso en pie lo que quería ser. "Estaba convencido de que lo conseguiría y mamá todavía se emociona cuando lo recuerda", explica el brasileño. La figura materna de Cintia y la paterna, encarnada por Douglas, exfutbolista, son fundamentales en su historigrafía.

La conversación del sofá contada por Endrick

Endrick no oculta que "mamá comía el pan de hace dos días" o que "papá dormía bajo el cobertizo de las taquillas del estadio". No que ambos lloraban en el baño o en el sofá. Sabe perfectamente de donde viene y, por tanto, el esfuerzo que tanto él como su entorno han hecho para brindarle una oportunidad que espera aprovechar al máximo. Con todo, el futuro jugador del Real Madrid evita en su relato caer en la victimización.

"Dirán que todo era dolor y sufrimiento. Pero la realidad es que yo viví una infancia fantástica, gracias a Dios, gracias a todo lo que mamá y papá sacrificaron por nosotros. Y gracias al fútbol, evidentemente", afirma un jugador que quiere contarle a su hermano el por qué de su vida actual, alejada de Vila Guaíra, "donde no teníamos la nevera llena como ahora".

Endrick cumple con la vocación de una plataforma como The Players' Tribune, donde los jugadores cuentan en primera persona sus vidas, sin filtros o intermediarios. "Cuando crezcas, oirás esta historia sobre 'la conversación en el sofá'. Ya se habla de esto en Brasil, pero mucha gente lo ha entendido mal. En el plato siempre tuvimos suficiente de lo que necesitábamos. Pero no siempre tuvimos suficiente de lo que queríamos. ¿Entiendes la diferencia?", le explica a Noah.

"Sé que es duro imaginarte a mamá durmiendo en el suelo"

La 'conversación del sofá' es un episodio reveleador en el que un Endrick de 10 años le dice a su padre Douglas que no se preocupe, porque va a ser futbolista para conseguir una mejor vida para ellos, como efectivamente ha sucedido. "Andes de aquel día yo solo era un niño y el fútbol un juego. A partir de ahí el fútbol se convirtió en un pasaporte hacia una vida mejor", asumió un niño que se mudó a Sao Paulo para ir a la Academia del Palmeiras.

Cintia acompañó a Endrick y llegó a vivir en un piso compartido junto con otros compañeros del equipo verdiblanco. "Sé que es duro para ti imaginarte a mamá durmiendo en el suelo, pero es la verdad", desvela el internaconal brasileño. La situación se volvió crítica. El dinero que enviaba Douglas no alcanzaba para mantener a Endrick y a su madre.

"Ella se puso de rodillas y pidió ayuda a Dios. Cogió la bolsa de la silla y sacó todo lo que había hasta el fondo. Encontró dos reales. Algo de cambio, un regalo. Compró un poco de pan de hace dos días. Dice que el hambre es una sensación muy extraña que convierte el pan duro en una delicia", describe Endrick, quien pide a su hermano que le de un abrazo y las gracias a su madre, "porque sin sus sacrificios no tendríamos la vida que tenemos hoy".

El padre de Endrick fue operario de limpieza en el Palmeiras

Las historias que relata el futuro jugador del Real Madrid las conoció recientemente. Cintia intentó hacerle la vida agradable en todo momento. Se escondía en el baño para llorar y después de cada jornada escuchaba atentamente los relatos de todos los goles que había metido Endrick. Douglas acabó por mudarse a Sao Paulo para apoyar a la familia. Se fue al Palmeiras y preguntó al club si había cualquier trabajo para él.

Entró como operario de limpieza del estadio. Trabajó allí durante tres años. Primero, recogiendo la basura de los alrededores del campo y después "subió de categoría" hasta llegar a limpiar el vestuario del primer equipo. Un día, Jailson, portero del Palmeiras, se dio cuenta de que Douglas no paraba de adelgazar. Se dio cuenta de solo comía sopa en el comedor que compartía con los jugadores.

Cuando era niño, el padre de Endrick se quemó la mano con una barbacoa. Tan grave fue que casi pierde la mano. Por culpa de la medicación se le acabaron debilitando los dientes, por eso solo podía comer sopa. Entre todos los jugadores del Palmeiras le pagaron una dentadura.

Endrick: "Será bonito ver lo majestuoso que es el Bernabéu"

Endrick, durante un partido con Brasil. / AP

Endrick admira Cristiano, Modric y Benzema

Douglas tuvo unos orígenes todavía más humildes que los de su hijo. Cuando tenía 15 años se fue a Sao Paulo haciendo autostop para hacer las pruebas de acceso en todos los clubes del país. Llegó a dormir debajo de un árbol en un parque. La precaria vida que llevaba le impedía llegar a tiempo y en forma a los entrenamientos. Una noche la pasó en e cobertizo que hay al lado de las taquillas del estadio del Palmeiras, donde luego trabajaría y vería brillar a su hijo.

"Cuando volvió a Brasilia, jugó en las 'várzeas' para subsistir. ¿Conoces las 'várzeas'?, ¿verdad? Allí no te pagan ningún salario, hermano. Se juega por pura pasión. Juegan por un poco de ‘ayuda’, si es que reciben algo. Papá jugaba para pagar la factura de la luz, o por una pequeña bolsa de arroz", detalla Endrick, quien logró ser profesional con 15 años en el Palmeiras. "Pude comprarle una casa a mamá y sacar a nuestras abuelas de Chaparral, una zona muy peligrosa", relata un jugador que experimentará una revolución en los próximos meses.

Será parte del Real Madrid, el equipo al que veía en el móvil de su madre. "Estaba obsesionado con la plantilla de la 2013/14 en la que estaban Cristiano, Modrić y Benzema. Esta fue mi puerta de entrada a la historia de este club. Empecé entrando en YouTube y aprendiendo de ‘los Galácticos’, y profundicé más y más: Puskás, Di Stéfano.. Ya verás como en Madrid oirás hablar de esos nombres muy pronto", narra Endrick.

El futbolista termina la carta a su hermano con una reflexión. "La gente siempre me pregunta por el Real Madrid y por la selección nacional. Me preguntan cómo creo que irá mi carrera. Pero ¿sabes cuál es la verdad? Simplemente no lo sé. Nunca sabemos lo que nos va a traer la vida mañana. Ni siquiera sabemos en realidad si habrá un mañana. Todo lo que podemos hacer es dar gracias a Dios por todo lo que nos ha dado". 

Endrick celebra su primer gol con la selección de Brasil.

Endrick celebra su primer gol con la selección de Brasil. / ALASTAIR GRANT / AP