CHAMPIONS | INTER 1 - 0 ATLÉTICO

Las tres vidas de Llorente no compensan la falta de cerebro del Atlético ante el trabajado Inter de Inzaghi

El madrileño empezó jugando de delantero, pasó al centro del campo y terminó achicando balones atrás ante el Inter

El equipo de Inzaghi fue más incisivo y dejó escapar vivo al equipo de Simeone, que jugará el factor Metropolitano

CRÓNICA Atlético sale vivo de Milán pese a perder con el Inter y lo fía todo al Metropolitano (1-0)

Alessandro Bastoni, jugador del Inter de Milán, disputa un balón con Marcos Llorente.

Alessandro Bastoni, jugador del Inter de Milán, disputa un balón con Marcos Llorente. / LUCA BRUNO / AP

Denís Iglesias

Denís Iglesias

Decía Griezmann tras conocerse la eliminatoria entre el Inter y el Atlético que el partido de ida de los octavos de la Champions "iba a aburrir un poquito, porque son dos equipos iguales que trabajan mucho sin balón". El francés ofrecía esa reflexión desde la lógica mercantilista del fútbol por la que si no se ven goles y desajustes continuos el espectáculo ya desmerece. Para combatir esta idea de 'fast food' aclaraba: "Será un gran duelo para los que juegan y menos para lo que verán".

Tenía razón y le faltaba a la vez, porque el del Giuseppe Meazza fue un duelo que sedujo al espectador y del que el Inter salió victorioso con una renta menor a la que el 'big data' le habría dado. Porque generó mucho más y mejor que Atlético al que le faltó cerebro.

Rodrigo de Paul cuajó uno de sus peores partidos como rojiblanco y el 'Cholo' volverá a recordarle, como hizo en la Supercopa de Arabia Saudí, que vuelva a ser el futbolista capaz de dar un paso adelante. Justo al revés que ante el Inter, donde no mostró jerarquía y cometió un error con Reinildo que deshizo la eliminatoria, cambiando por completo su orientación.

Simeone, "optimista" con la vuelta y Griezmann

El mozambiqueño salió al final de la segunda parte y fue partícipe de un fallo que le costó a su equipo un gol en contra. Se suma a la mala hoja de calificaciones que obtuvo en otro partido de ida, esta vez de Copa del Rey, donde cometió un penalti absurdo que, al igual que en Champions, puede ser decisivo para el Atlético. Los rojiblancos tendrán que remar en ambos torneos mientras no pierden de vista la Liga.

Simeone es "optimista". Así se definió tras la derrota ante el Inter. "Tenemos la opción de poder competir. Sabemos a lo que no podemos enfrentar y cómo juegan. Esperamos llegar de la mejor manera y luchar como pide el torneo", defendió el argentino, quien mandó un mensaje de tranquilidad por la lesión de Griezmann. El francés se tuvo que retirar antes de tiempo, "pero su tobillo es flexible". Tampoco terminó Giménez el partido de Milán en lo que ya viene siendo una constante en su accidentada historia médica.

Simeone y Simone Inzaghi se conocen bien. Sobre todo como personas, porque ambos compartieron 70 partidos y 43 goles en una Lazio que ganaba títulos. El pequeño de los Inzaghi se ha convertido en el mayor en los banquillos. Es el comandante del subcampeón de la Champions y líder absolutísimo de la Serie A, algo que ha conseguido gracias a un estilo perfectamente reconocible. Mientras, Filippo no pasa de ser un técnico de segunda fila.

Diego Pablo Simeone, entrenador del Atlético, durante el partido contra el Inter de Milán-

Diego Pablo Simeone, entrenador del Atlético, durante el partido contra el Inter de Milán- / DPA / EUROPA PRESS

El Inter multifuncional de Simone Inzaghi

La propuesta del Inter dista mucho de ser "aburrida". De hecho es una de las más atractivas del planeta, con una movilidad única y mil registros. Un jugador que evidencia este despliegue es Nicolò Barella, un mediocentro que jugó tirado a banda, desde donde filtró balones como un mediapunta y llegó como un extremo. Es la realidad multifuncional de un Inter movido por Calhanoglu, la gran creación de Inzaghi. No solo ha logrado que sea el mejor generador de juego, hasta le ha sorbido la sangre fía que le perseguía en anteriores etapas.

No por contada resulta peor la historia de Lautaro Martínez, generador de mil ocasiones desde todos los puntos del ataque. No pudo culminar ninguna, como sí hizo Arnautovic después de fallar lo impensable. Pero el Inter puede permitirse el lujo de brujulear con los 'expected goals' que tanto obsesionan a los técnicos actualmente, porque concede muy poco atrás. Hasta el punto de que es el equipo de las grandes ligas que menos ha encajado.

"El secreto es que todos trabajamos para conseguir lo mejor para el Inter. Estamos haciendo grandes partidos, ahora estamos a un gran nivel. Hay que seguir por este camino", explicó Lautaro Martínez, el capitán de un equipo que lleva nueve victorias consecutivas. Y las que vendrá si siguen jugando con una propuesta de juego inteligente que saca lo mejor de cada futbolista.

Simeone e Inzaghi son un calco emocional. A los dos les sobra el abrigo desde el principio. El argentino, de regreso al templo 'interista' en el que fue feliz, sacó un planteamiento conservador. Es la imagen de partida de una eliminatoria larga que el 'Cholo' concibe como un único partido. Reincidió con Llorente arriba -autor de un doblete frente a la UD Las Palmas-, combinándolo con Griezmann, equiparando la electricidad de la dupla formada por Lautaro y Marcus Thuram. Una de las más letales del 'Viejo Continente', que se enfrentó a un trío formado por Witsel, Giménez y Hermoso.

Witsel, jugador del Atlético, cabecea un balón ante Lautaro Martínez, del Inter.

Witsel, jugador del Atlético, cabecea un balón ante Lautaro Martínez, del Inter. / AP

Koke sigue siendo el ejemplo para el resto

Está siendo un auténtico quebradero de cabeza para el Atlético tener una lista fija atrás. De los que empezaron solo terminó uno, Witsel, a pesar de los golpes que se llevó. Los rojiblancos siguen cometiendo errores que se pagan caros en un nivel de exigencia tan alto. Simeone corrigió tantas veces su esquema que Llorente empezó de delantero, pasó al centro del campo cuando entró Morata y terminó de lateral derecho.

Arriba no logró conectar con Griezmann, atrás achicó espacios como ninguno y en el centro del campo no pudo compensar la falta de materia gris de los rojiblancos. La que debían aportar hombres como De Paul porque con Saúl, a pesar de ser titular, el Atlético no cuenta para estos partidos grandes. El ejemplo sigue siendo Koke, el inicio y el final de cada jugada. Sin embargo, para una competición como la Champions los de Simeone necesitan crecer en bloque. Y un punto añadido de ambición que faltó también en la resaca de Simeone, obcecado en que las eliminatorias duran 180 minutos.

"Buscar el 1-1 era importante, la tuvimos. No pudimos concretarla. Estaba el partido muy apretado. Ellos trabajan bien a la contra y no había que irse de la eliminatoria. Está tan difícil como la de Bilbao. A ver si alguna de las dos la podemos acomodar". Fue más franco en su conclusión Witsel. "Es una pena el gol que hemos encajado al final, porque hicimos una buena primera parte. Pero es cierto que en los últimos quince o veinte metros nos ha faltado claridad", dijo el belga, quien espera "un ambiente de locura" para la vuelta en el Metropolitano.

Koke, jugador del Atlético, disputa un balón con Nicolo Barella, del Inter.

Koke, jugador del Atlético, disputa un balón con Nicolo Barella, del Inter. / AP