REAL MADRID

Ancelotti, tras perder a Carvajal por expulsión y a Camavinga por protestar: "Lo hablaré a nivel personal con los jugadores"

El italiano no podrá contar con ellos ante el Sevilla tras las dos amarillas que recibió el lateral derecho blanco en dos minutos y la quinta que vio el mediocentro en el partido ante el Rayo Vallecano

El ritmo 'bukanero' del Rayo electrocuta a Modric y despierta a Joselu

Carlo Ancelotti en el partido ante el Rayo Vallecano

Carlo Ancelotti en el partido ante el Rayo Vallecano / Manu Fernandez / AP

Isabel Guillén

Isabel Guillén

En el partido ante el Rayo Vallecano de este domingo en el que el Real Madrid no pudo pasar del empate (1-1), el mayor problema no fueron los dos puntos que se dejaron los blancos, sino los jugadores que pierden de cara a la próxima jornada. Por si no fuera suficiente con el esguince de Bellingham, la lesión muscular de Rüdiger y las de largo alcance de Alaba, Militao y Courtois, Camavinga vio en Vallecas su quinta amarilla y Carvajal fue expulsado en dos minutos por dos faltas absurdas.

A su entrenador no le gustó lo que vio sobre el terreno de juego y así lo hizo saber en rueda de prensa. "Lo hablaré a nivel personal con los jugadores. Fue un partido con muchos duelos, mucha pelea. Se puede entender un poco de protesta...", dijo Ancelotti, con rostro serio y un gesto que alentaba a pensar que el italiano no estaba muy contento.

Carvajal, a la calle en dos minutos

En el minuto 75 saltó al campo Dani Carvajal por Lucas Vázquez para tratar de desatascar la banda derecha y revertir el empate. Sin embargo, no solo no tuvo incidencia ofensiva en el juego, sino que vio dos amarillas absurdas que dejaron a su equipo con uno menos en Vallecas. Ya en el descuento, vio la primera por protestarle a Muñiz Ruiz una jugada en la que los madridistas pedían córner tras un balón que había tocado Arda Güler.

Carvajal es expulsado por Muñiz Ruiz en el descuento

Carvajal es expulsado por Muñiz Ruiz en el descuento / LAP

Dos minutos después, robó una pelota a Kike Pérez evitando el peligro del Rayo, pero soltó el brazo atrás y terminó golpeando en la cara al jugador. No había aprendido Carvajal de su compañero, Camavinga, al que Ancelotti sacó del campo, precisamente, tras recibir la quinta amarilla, también por protestarle al árbitro un empujón no señalado.

Sobre el colegiado, el italiano había pedido en numerosas ocasiones tarjeta también por el empujón que reclamó Camavinga y por un forcejeo con Modric, aunque aclaró que el trabajo de Muñiz Ruiz le había parecido el adecuado: "Para mí son todas tarjetas, me ha explicado que no siempre los agarrones son cartulina y he aceptado la explicación. Para mí el partido del árbitro ha sido bueno".

Un partido "distinto"

Pequeño no es siempre sinónimo de fácil, se dan cuenta todos los clubes visitantes cuando saltan al césped de Vallecas y le ha pasado al Real Madrid este domingo. "No es fácil, tienes que acostumbrarte a este campo, es más corto, más pequeño. Hay que jugar un partido distinto. Hemos empezado muy bien, pero el penalti lo cambió todo", reconocía Ancelotti.

Además, el italiano ha señalado que los continuos 'rifirrafes' en el campo del Rayo han sido lo que ha dinamitado el partido de su equipo: "Ha sido un partido distinto que a nosotros no nos gusta jugar, con pelea y con interrupciones". No se cansó de repetirlo el italiano, que tras reconocer que "el Rayo ha jugado muy bien", dejó una 'pullita' a los de Íñigo Pérez: "Les ha salido un partido muy intenso, interrumpiendo el juego".

Así abandonaba el Real Madrid el barrio madrileño de Vallecas, ante un Rayo que ha conseguido sacarle las cosquillas en los dos partidos en los que se ha enfrentado a los blancos esta temporada. Los deberes, de aquí en adelante, como dice Carletto, pasan por pedir "calma, tranquilidad y preparar bien el próximo partido".

Y ha recalcado lo de "prepararlo bien" porque, en el caso de que Rüdiger pueda regresar, son seis bajas lo que tiene el italiano para la próxima jornada ante el Sevilla: Militao, Courtois, Alaba, Bellingham, Carvajal y Camavinga. Y todo por protestas que, siendo honestos, se podían haber evitado y que dejaron un final polémico y, sobre todo, accidentado.