Entrevista

Beatriz Álvarez, presidenta de la Liga Profesional de Fútbol Femenino, lo tiene claro: "Los que aplaudieron a Rubiales deben dimitir"

"El problema es el clientelismo y el servilismo que impera en la estructura federativa, hay que romper con eso"

Beatriz Álvarez.

Beatriz Álvarez. / EP

Javier Sámano Lucas

Beatriz Álvarez (Oviedo, 1983) lo ha sido casi todo en el mundo del deporte, más en concreto del fútbol femenino. Fue jugadora del Oviedo Moderno, club que presidió tras retirarse, y ahora lidera la

Liga Profesional de Fútbol Femenino (Liga F)

. Entremedias, de 2019 a 2022, fue directora general de Deporte del Principado. Dado su cargo actual, el "caso Rubiales" le toca muy de cerca.

Empecemos por lo más reciente. José Ramón Cuetos Lobo, presidente de la Federación Asturiana, acaba de anunciar que no dimitirá de su cargo, a pesar de haber apoyado la continuidad de Luis Rubiales.

Como presidenta de la Liga F, creo que debemos ser contundentes con las personas que legitimaron a Rubiales con sus aplausos después de su discurso delirante del viernes. Estas personas deben dimitir. Como responsables institucionales, debemos ser consecuentes con nuestros actos.

La FSA solicitó su cese al frente de la Federación.

Estoy orgullosa de que el partido de gobierno en Asturias haya actuado con esta contundencia. Creo que fuimos la primera comunidad que habló alto y claro y condenó Rubiales y apoyó a

Jenni Hermoso

. Ojalá todas las comunidades fueran tan rotundas para con sus respectivas Territoriales. El problema es el clientelismo y el servilismo que impera en la estructura federativa, eso es con lo que hay que romper.

Usted ha tenido que trabajar codo con codo con Rubiales en diversas cuestiones. ¿Cómo ha sido su trato con él?

La Liga F nace (en 2022) con un informe desfavorable de la Federación respecto a la creación de nuestra Liga profesional. Eso marcó desde el principio la línea de actuación de la Federación, que nos fue poniendo trabas e inconvenientes. En lo personal, el inicio de mi relación con Rubiales fue difícil. Yo acababa de ser madre, y por un tema de conciliación, con mi bebé aún en periodo de lactancia, le pedí que nuestras primeras reuniones fueran por videoconferencia. Él no puso ninguna facilidad y tuvo la torpeza de dejar escrito en un correo que me envió que debía ejemplo y dedicarme a la crianza de mi hija y que delegase mis funciones como presidenta en otra persona.

¿A qué propuestas planteadas por ustedes se ha opuesto la Federación?

Nos reuníamos con la presencia y mediación del

CSD

, y veíamos que teníamos posturas contrarias y opuestas en casi todo. Cada cosa que tratábamos de impulsar para mejorar y profesionalizar la competición nunca tenía el respaldo de la Federación. El último ejemplo, muy grave, fue la resolución del Secretario de Estado, algo sin precedentes en el fútbol y en general en el deporte, en la que obliga a la Liga F, una competición con solo un año de recorrido, a pagar el 20% de nuestros ingresos comerciales a la Federación, la más rica de Europa, con unas cuentas que presentan superávit. Lo hemos denunciado y es la evidencia de que la Federación no apuesta por la profesionalización del fútbol femenino. El CSD resolvió la cuestión a través de esta resolución, pero la Federación pedía mucho más, el doble; buscaba boicotear la competición y contradecía la apuesta del Gobierno por el fútbol femenino.

En la foto de la asamblea del pasado lunes solo aparecen hombres sentados a la mesa.

Las estructuras federativas en su conjunto, no solo en el fútbol, están muy masculinizadas, no hay paridad. Es evidente la necesidad de un cambio de modelo, esto no va solo de reprochar a Rubiales, que también, sino que debe suponer un antes y un después.

¿Qué le pareció el comunicado surgido de dicha asamblea?

Está bien, pero soy escéptica porque son los mismos que antes aplaudieron a Rubiales y tenemos que esperar a que esas palabras pasen a ser hechos.

¿Se producirá ese cambio profundo que usted demanda o la cuestión se resolverá con la marcha de Rubiales?

Lo que ha pasado debe hacernos reflexionar como sociedad y como deporte. No sé qué planteamientos tendrá el señor Rocha para el futuro, pero quiero esperar a ver realidades, quiero empezar a ver que se produce un cambio.

¿Deben dimitir también Luis De la Fuente y Jorge Vilda por sus aplausos a Rubiales?

Es tan inadmisible la actitud del presidente como la de todas esas personas que no lo condenaron e incluso se levantaron a aplaudirle.

Yolanda Díaz planteó una equiparación salarial entre fútbol femenino y masculino.

Me reuní con ella. Ese debe ser su trabajo como ministra de Trabajo, buscar la equiparación salarial en todos los ámbitos de la sociedad, y por qué no también en el fútbol. Pero la industria masculina y femenina es muy diferente. Ellos reciben dos mil millones de euros en derechos audiovisuales, mientras que nosotras nos llevamos siete. Nuestro producto crece poco a poco, la Liga F solo lleva un año de andadura y tenemos que crecer todas de la mano, no podemos hacer explotar nuestro producto. A corto plazo es imposible e inviable alcanzar una igualdad salarial. Lo que trasladaba Yolanda Díaz es reducir la brecha en el salario mínimo para que fuera una diferencia justificable.

¿En qué están trabajando ahora desde la Liga F para mejorar las condiciones de las jugadoras?

Llevamos solo un año y hemos tenido la tramitación del convenio colectivo paralizada por la cuestión del salario mínimo y las interferencias de la Federación. Nos supone 3 millones de euros pagar a los árbitros. Eso, más los 1,6 millones del 20% de ingresos, supone que le pagamos unos cinco millones a la Federación solo en estos conceptos. Ahora nuestro objetivo es profundizar en los derechos de las futbolistas: la Liga F tiene que ser vanguardia en cuestiones como maternidad, conciliación laboral e igualdad de derechos.

Usted jugó durante muchos años en el Oviedo Moderno. El fútbol femenino ha experimentado cambios profundos desde su época como futbolista.

Muchísimo. Cuando empecé no había prácticamente equipos de chicas en el fútbol base, tardamos años en ver las primeras escuelas que acogían clubes y en las que las niñas tenían espacio para practicar con normalidad el deporte que les gusta. Afortunadamente, eso ha cambiado mucho, y ahora en cualquier patio hay niños y niñas jugando juntos. En ese sentido, aunque queda muchísimo por mejorar, la sociedad ha dado un giro, por no hablar de la profesionalización, aunque fue un camino muy largo, queda muchísimo por mejorar.

¿Sufrió episodios de sexismo?

A mí, afortunadamente, mi entorno me apoyó siempre para que jugase. Aunque tuve que escuchar gritos desagradables de la grada, cosas así… Incluso ya en cargos institucionales he sentido que me ninguneaban por ser mujer. Recuerdo que, en mi época, alguna jugadora tenía que engañar a su familia para ir a entrenar.