LA LIGA

Las claves del descenso del Valladolid: mala defensa, malos fichajes y demasiadas lesiones

Tras el empate a cero ante el Getafe en el José Zorrilla, el equipo presidido por Ronaldo Nazario volverá a Segunda la próxima temporada, su segundo descenso en los cinco años del brasileño como propietario

El presidente del Real Valladolid, Ronaldo Nazario, en la rueda de prensa tras el descenso

El presidente del Real Valladolid, Ronaldo Nazario, en la rueda de prensa tras el descenso / Nacho Gallego/ EFE

Álvaro Escorial

Álvaro Escorial

El Real Valladolid será equipo de la Liga Smartbank en la temporada 2023/2024. Un año y una semana después de volver a la élite, el club de Ronaldo Nazario volverá a competir en la Segunda División después de ser incapaz de ganar al Getafe en el José Zorrilla. Es el quinto descenso en este siglo de un club que cierra un año terrible, donde ni entrenadores, ni plantilla ni la directiva han estado a la altura del reto que supone competir en Primera División ni de la historia del que todavía continúa siendo el decimotercer equipo histórico de LaLiga.

Ronaldo llegó en 2018 a Valladolid como una especie de "Mr. Marshall", prometiendo un proyecto de Champions en un plazo de cinco años. Un lustro después de su llegada, y un año y una semana después del último ascenso, el club regresa a la Segunda División por segunda vez en apenas tres años. El Real Valladolid ha pasado de soñar con Europa y grandes triunfos, a convertirse en un club ascensor. La entidad castellana hoy es un equipo crispado, que por culpa de este último descenso sufre el riesgo de perder a una masa social cada vez más crítica, enfrentada entre sí y que se siente desengañada con la labor del brasileño durante su etapa. Y estos son los motivos deportivos que han llevado al Real Valladolid de vuelta al infierno un año después de tocar el cielo frente al Huesca:

Los jugadores del Valladolid lamentan el descenso del equipo. 

Los jugadores del Valladolid lamentan el descenso del equipo.  / R. García/EFE

Un equipo que se ha desangrado atrás

El Real Valladolid firma números de descenso con todas las de la ley. El equipo, primero bajo la mano de Pacheta y después bajo el mando de Pezzolano, ha encajado nada menos que 63 goles en contra. Números que solo empeoran un Almería que se salvó inextremis y los dos equipos que le acompañan a Segunda División: Espanyol y Elche. Ni los espectaculares números de un Cyle Larin que firmó 8 goles y 3 asistencias en 19 partidos de Liga evitaron un tristísimo balance de 33 goles a favor. 

20 derrotas en 38 jornadas

El Real Valladolid era un equipo recién ascendido, esa era su realidad. Pero goleadas como las de San Mamés, Vigo, Civitas Metropolitano o Santiago Bernabéu fueron impropias de un club que aspiraba a competir con los mejores. Eso, unido a noches clave donde el equipo no dio la talla como Vallecas, Cádiz o este misma última final ante el Getafe hacían prever que era un milagro que un equipo así salvase la categoría. A pesar de las 11 victorias conseguidas en total, el club pucelano solo sumó tres victorias fuera de casa (Getafe, San Sebastián y Villarreal) y de 38 jornadas, ha perdido 20. Números que solo vuelve a empeorar un Elche descendido desde hace semanas. 

Pezzolano, insuficiente

Escrito queda, este es el segundo descenso con Ronaldo al mando del club. La primera vez, fue en la temporada 2020-2021, la de la pandemia, en la que se acusó al brasileño de haber mantenido al por entonces entrenador, Sergio González, hasta el final y no haber buscado un cambio de rumbo. Esta vez, Ronaldo si lo hizo. Destituyó a José Rojo, Pacheta, míster del ascenso, tras caer humillado en el Santiago Bernabéu por 6-0 en la jornada 27, pero su apuesta por Paulo Pezzolano tampoco le ha servido

Pacheta cometió errores, el primero fue la gestión de un vestuario que necesitaba un cambio de rumbo. Fue una decisión arriesgada, porque a pesar de los malos síntomas que venía arrastrando el equipo, pero el entrenador de Salas de los Infantes dejaba al club fuera de descenso. Ronaldo apostó por un total desconocido para la Liga, Paulo Pezzolano, quien ya había ascendido al otro club propiedad del ex delantero, el Cruzeiro brasileño. Pero el ímpetu y discurso 'canchero' inicial se lo llevó el viento y al entrenador se le vio perdido, más pendiente de los árbitros que de buscar alternativas en un equipo que se metió en una espiral negativa que tampoco supo levantar. 

José Rojo Martín "Pacheta"

El ex entrenador del Real Valladolid, José Rojo Pacheta durante su último partido en el Santiago Bernabéu. / Agencias

Un mercado de verano terrorífico y jugadores que no han dado la talla

El ascenso suponía un gran reto para Fran Sánchez. El ex arquitecto del Granada de Europa League asumía su segundo año a orillas del Pisuerga en primera y con tiempo para planificar tras el ascenso directo. Fichajes como el de Gonzalo Plata o Sergio Asenjo ilusionaron, pero en ninguno de los dos casos marcaron la diferencia, especial decepción la del último, quien regresaba a casa. Otros como Feddal, Malsa o Narváez salieron por la puerta de atrás en enero.

También asumió el riesgo de dejar la plantilla con dos delanteros para la recta final del campeonato (Sergio León y Larin) tras las salidas de Guardiola y Weissman. Queda por ver qué pasará con nombres como el de Machís (contrato hasta 2026) o Amallah (2027), que si fueron aciertos invernales, pero que son demasiado potentes para seguir en Segunda y tanto club como jugadores tendrán que negociar una solución. La falta de inversión en jugadores diferenciales es otro de los aspectos que se achacan a la gestión de Ronaldo, ya que el Pucela baja con nueve jugadores en plantilla que ya eran parte del equipo en la temporada 2020-2021.

Equipo físicamente al límite

Las lesiones han masacrado al equipo esta temporada, especialmente a final de temporada. Pezzolano aumentó la intensidad de las cargas de entrenamiento y las bajas fueron sumándose una detrás de otra. Lesiones como las de Masip o Amallah se produjeron por golpes con rivales, pero hombres como Darwin Machís o El Yamiq o Javi Sánchez sufrieron varias lesiones musculares en la recta final dejando al equipo en cuadro en muchas convocatorias.