EUROLIGA

Las 10 claves de la histórica serie Real Madrid-Partizán

El equipo de Chus Mateo logró darle la vuelta una eliminatoria histórica, marcada por la pelea en el segundo partido y la remontada en el quinto y decisivo duelo en el Wizink

Sergio Rodríguez y Mario Hezonja celebran una canasta en el quinto partido entre Real Madrid y Partizán.

Sergio Rodríguez y Mario Hezonja celebran una canasta en el quinto partido entre Real Madrid y Partizán. / Juanjo Martín / Efe

Juanjo Talavante

Juanjo Talavante

La serie a cinco partidos que ha enfrentado al Real Madrid y al Partizán de Belgrado ha sido histórica. Por primera vez un equipo en la Euroliga remonta un 0-2 en la serie, pero incluso si la victoria hubiera caído del lado serbio, también se había producido un hecho sin precedentes en la competición, al vencer un equipo en el quinto y decisivo partido en pista contraria.

Los cinco encuentros del play-off se han caracterizado, más allá del resultado final en cada uno de ellos, por una gran intensidad, con más acierto ofensivo que defensivo, algo de ansiedad en el lado del Real Madrid por momentos, y una competitividad superlativa que ha deparado grandes escenas para el recuerdo, aunque también alguna que ha ensombrecido la competición y la imagen de jugadores, clubes y competición. Una serie para la historia, con muchas claves que descifrar. Estas son 10 de las principales que han determinado el play off.

La pelea

Trascendental y determinante por las consecuencias que acarreó, <strong>la monumental tangana</strong> que tuvo lugar en el segundo partido a falta de un minuto y cuarenta segundos para la finalización del tiempo de juego, llevó al trío arbitral a suspender el choque tras descalificar a un total de 21 jugadores entre ambos equipos. <strong>La nada edificante acción de Yabusele sobre Exum</strong>, que recordó a una terrorífica llave de judo, quedó como muestra gráfica de la violencia que se vivió en la cancha en una batalla que comenzó cuando Punter se encaró con Llull tras recibir de este una falta antideportiva. <strong>Las sanciones de la Euroliga</strong> apartaban a Yabusele de la competición durante cinco partidos. Punter fue sancionado con dos encuentros, y Lessort y Deck con uno. En el lado serbio consideran que la pelea cambió el rumbo de la serie, y que les perjudicó.

La enorme tangana entre el Real Madrid y el Partizan que obligó a los árbitros a pitar el final del partido

Así se vio desde la grada la enorme tangana en el último cuarto del Real Madrid - Partizan de Belgrado en el WiZink Center. / T.C.

Zeljko Obradovic

El técnico serbio, con nueve copas de Europa a sus espaldas, dio una lección de mesura, deportividad y sentido común nada más acabar el segundo partido. En rueda de prensa, en la capital de España, ya pedía calma a la afición de Belgrado y respeto para el Madrid en su visita a la ciudad serbia, algo que secundó el presidente del club a las pocas horas. También aquí cabe preguntarse qué habría sucedido si el excepcional entrenador del Partizán hubiese adoptado una posición diferente y hubiese optado por caldear el ambiente para aumentar la presión sobre un Real Madrid que, pese a la ausencia de incidentes, inició el tercer partido con un 12-0 en contra.

Las imágenes de la brutal tangana del Real Madrid-Partizan

Zeljko Obradovic. / Juan Carlos Hidalgo

Walter Tavares

Monumental, el gigante caboverdiano ha sido el dueño y señor de la zona cuando ha estado en cancha. Enfrente tenía al francés Lessort, máximo reboteador de la Euroliga, pero el dominio del espacio cerca de la canasta y su poder de intimidación obligaron casi siempre a los serbios a depender de su juego exterior. <strong>Sus dos actuaciones en Belgrado fueron superlativas</strong>, con 41 de valoración (26 puntos y 14 rebotes) en el tercer choque y otros 30 (15 puntos y 7 rebotes, con 11 faltas recibidas) en el cuarto. Obradovic era consciente de la importancia de sacarlo de la zona.

Dante Exum, jugador del Partizan, ante Walter Tavares, del Real Madrid.

Exum ante Tavares. / Efe

Alen Smailagic

Precisamente para sacar a Tavares de ‘sus casillas’, el técnico del Partizán realizó un movimiento magistral, casi ajedrecístico, en la apertura de la serie, dejando por sorpresa a Lessort en el banquillo y alineando de inicio a Alen Smailagic, un pívot serbio con números discretos en la competición que aprovechó su oportunidad y ‘clavó’ tres triples consecutivos forzando al ‘rey’ madridista a un sobreesfuerzo defensivo sobre el tablero de juego. Ese día Smailagic firmó 11 puntos, anotó otros siete en el segundo choque y se fue hasta los 15 en el tercero. Su tarea de desgaste a Tavares y a la defensa blanca surtió efecto en Madrid.

Hanga defiende a Smailagic durante el quinto partido entre el Real Madrid y el Partizán.

Hanga defiende a Smailagic durante el quinto partido entre el Real Madrid y el Partizán. / Europa Press

Kevin Punter

Eléctrico, con una suspensión endiablada y un tiro de tres demoledor, el jugador nacido en el Bronx se ha mostrado como un auténtico francotirador, un jugador indomable, descarado, atrevido e imparable. Suyo fue el triple que dio la victoria a los serbios en el primer partido con una soberbia canasta a falta de cuatro décimas para la conclusión del juego. Anotó 26 puntos ese día, y otros 28 este miércoles en el quinto choque. Ha sido un bombardero desde la lejanía para una defensa blanca que no podía contenerlo. Su baja por sanción es una de las explicaciones del pase blanco a la Final Four. Sus siete triples en el quinto partido estuvieron a punto de cambiar el sino de la serie.

Kevin Punter celebra la canasta ganadora del primer partido de la serie ante el Real Madrid.

Kevin Punter celebra la canasta ganadora del primer partido de la serie ante el Real Madrid. / JUAN CARLOS HIDALGO / EFE

La debilidad defensiva del Madrid

El talón de Aquiles de los blancos durante buena parte de la serie. El equipo que dirige Chus Mateo encajó 26 puntos en el último y decisivo cuarto del primer partido, recibió 31 en el cuarto de arranque en el segundo encuentro y se fue al descanso del definitivo quinto partido con 55 puntos en contra. Esa vulnerabilidad, sobre todo para defender los tiros exteriores, es un factor a corregir si quiere tener alguna posibilidad en Kaunas.

Tobey, en una acción del segundo partido ante Partizan.

Tobey, en una acción del segundo partido de la serie. / Efe

Rudy, Llull y Chacho

O lo que es lo mismo, la vieja guardia, la ‘old school’: Rudy Fernández (38 años), <strong>Sergio Rodriguez</strong> (36) y Sergio Llull (35) pusieron sobre la cancha su experiencia y su gen competitivo en el quinto y decisivo encuentro en el Wizink justo cuando parecía producirse un eclipse total para los blancos. En especial, el base canario tomó las riendas del encuentro, fantaseó, marcó el ritmo del juego y cambió de marcha para acelerar y culminar una remontada épica. La actuación del ‘Chacho’, la explosividad mágica de antaño con que volvió a emplearse anoche, complica sobremanera hallar una explicación racional a un factor que quizá sólo sea capaz de explicar y definir él mismo.

Sergio Rodríguez celebra una canasta, en la victoria del Real Madrid contra el Partizán.

Sergio Rodríguez celebra una canasta, en la victoria del Real Madrid contra el Partizán. / Efe

Los triples

Otra debilidad para el Madrid en el intercambio de golpes. En el primer partido los serbios anotaron 13 de 26 intentos, un portentoso 50% de acierto que aún mejoraron anoche con un 15 de 29 (51,7%). El porcentaje, sin la participación de Punter, cayó en el tercer partido del play off al 34% y al 26% en el cuarto. En la remontada blanca del quinto partido, los triples fueron la clave. Los de Sergio Rodríguez, Hezonja y Llull en el último cuarto certificaron el billete a la Final Four y desataron la locura en el Wizink, firmando colectivamente un 10 de 20 desde más allá de los 6,75 metros que acabó con la esperanza serbia.

El Real Madrid firma una remontada épica ante el Partizán y se cita con el Barça en la Final Four

Mario Hezonja celebra una canasta en el quinto partido. / Efe

Chus Mateo

Un entrenador que se estrenaba en la Euroliga ha sido capaz de llevar a los suyos a una remontada histórica teniendo enfrente al gran maestro de los banquillos europeos. Parte del mérito le corresponde.

Chus Mateo, entrenador del Real Madrid, tras perder el segundo partido de la serie contra Partizan.

Chus Mateo, entrenador del Real Madrid. / JUAN CARLOS HIDALGO / EFE

El gesto de Llull y Punter

Con el pulso acelerado, en un momento de máxima tensión, cuando los dos equipos se lo jugaban todo, los dos protagonistas de la acción que provocó la tangana del primer partido estrecharon sus manos con una sonrisa en sus rostros en pleno juego tras un triple del estadounidense contra tablero. Fue, de alguna manera, el epílogo de una serie y también un gesto que servía de antagonismo al peor episodio y la peor clave de esta serie de la Euroliga. Un gesto de complicidad y reconocimiento que saca a relucir lo mejor del baloncesto.

Kevin Punter, del Partizán de Belgrado, y Sergio Llull, del Real Madrid, se levantan la mano.

Kevin Punter, del Partizán de Belgrado, y Sergio Llull, del Real Madrid, se levantan la mano. / JUAN CARLOS HIDALGO / EFE