La Real atasca al Madrid y hace campeón de invierno al Barça

El Barcelona es campeón de invierno gracias a Remiro y una Real Sociedad que supo aguantar el asedio madridista en una noche en la que los blancos ofrecieron una de sus mejores actuaciones. Un partido con más fútbol que goles, un duelo en el que solo faltaron los tantos. Merecieron más los de Ancelotti, pero no desmerecieron los donostiarras por el esfuerzo coral de su muchachada.

Imanol y Ancelotti son dos técnicos que destilan naturalidad en la gestión del grupo. Dos tipos elegantes que se comportan en el banquillo como en su vida. El italiano aplica su inteligencia emocional para hacer milagros con una plantilla que lleva varias temporadas desequilibrada. Duele ver a Nacho en el lateral derecho y a Camavinga en el izquierdo, pero no se fía Carletto de la cantera por el salto abismal que hay entre el Castilla y el primer equipo. Por su parte Alguacil, que podría utilizar como coartada la plaga de lesiones que asola al vestuario realista, jamás descarga responsabilidad sobre otros y siempre tiene un discurso positivo para los suyos. Y sus equipos son fiel reflejo de sus entrenadores. La Real es atrevida, como el de Orio, y el Real es paciente, como el italiano.

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Música clásica vs jazz

Illarramendi dio el primer aviso serio en una jugada que evidenció que los donostiarras saltaban al Bernabéu sin miedo, involucrando a muchos jugadores en ataque y apretando muy juntos. Esta dinámica Real tiene automatismos que hablan de lo bien trabajada que está. Una Sinfónica de música clásica perfectamente afinada. El Madrid es puro jazz, un grupo heterodoxo que interpreta la pieza que pide cada partido. Un grupo el que todos improvisan con oficio y se van sumando al concierto.

El Madrid comenzó más brioso de lo habitual con Vinicius venenoso y Valverde conectado. Imanol tomó nota del derbi de Copa y trató de monopolizar la pelota ante los de Ancelotti, que tienen dificultades para recuperar balones. Pero los blancos dominaron posesión y territorialidad, algo que encendía al técnico txuri-urdin, que veía cómo Remiro trabajaba ante disparos de Kroos, Valverde, Benzema, Vinicius… Al descanso se llegaba sin goles, pero con las expectativas cumplidas en un partido de ritmo alto entre dos equipos de la aristocracia liguera.

En la segunda parte amaneció al ritmo de un Ceballos que atraviesa por su mejor momento en el club blanco. Su irrupción en Villarreal le abrió la puerta del once y se ha ganado ser un fijo en este equipo. El de Utrera hizo trabajar a Remiro a los pocos segundos de reanudación. Luego fue Vinicius. Un par de minutos después Rodrygo… El partido era un asedio, con una respuesta visitante aislada de Sorloth. Un Madrid notable obligaba a hacer cambios a Imanol, que tiraba del descaro de Pablo Marín y Navarro para ganar protagonismo ofensivo.

Aguantaba el chaparrón ante un Real Madrid que desplegaba un fútbol vistoso que no encontraba premio porque tenía delante un rival que sabía contener el arsenal ofensivo rival. Ancelotti paseaba inquieto por la zona técnica a la hora de partido esperando que los suyos concretasen el dominio cuando Kubo apretó las bisagras a Courtois, que sacó una mano majestuosa abajo. La Real afiló sus garras con los cambios y el partido tenía aún más ida y vuelta. Al Madrid le empezaba a pesar la prórroga de Copa y Kubo flotaba en los espacios a la espada de Camavinga. A los de Carletto, que solo les había faltado el gol, comenzaba a faltarles oxígeno. Aunque los blancos no dejaban de crear oportunidades en las que se topaban una y otra vez con un Remiro imperial. 

Al Madrid se le empezaba a notar la prórroga de Copa y Kubo flotaba en los espacios a la espada de Camavinga. A los de Carletto, que solo les había faltado el gol, comenzaba a faltarles oxígeno. Los blancos no dejaban de crear oportunidades en las que se topaban una y otra vez con un Remiro imperial. Intentó afilar Ancelotti su ataque con Asensio y Modric por Ceballos y Valverde, algo que no dio resultado.

El Madrid, un equipo acostumbrado a vivir de su pegada, no ganó a la Real Sociedad la noche que mejor jugó al fútbol porque le faltó gol. La Real, por su parte, supo nadar y guardar la ropa ante un adversario mayúsculo y se encomendó a su portero. Y si esa mano de Courtois a Kubo... Un empate sin goles pero con mucho fútbol. Un partido con mucho frío en el termómetro y en el marcador, pero mucho calor en el césped. El partido en el que el Madrid hizo campeón de invierno al Barcelona al no poder derrotar a la Real Sociedad.