FÚTBOL E IGUALDAD

Por qué España no puede vestir la bandera LGTBI en el Mundial de Qatar aunque quisiera, como reclama Errejón

La estricta normativa sobre camisetas de la FIFA obliga a las selecciones participantes a lucir un máximo de cuatro colores, dos de ellos claramente predominantes

El capitán del combinado nacional tampoco podría llevar la enseña arcoíris en su brazalete, ya que el organismo mundial es quien los suministra en fases finales de torneos

Todas las jugadoras de España lucieron un brazalete arcoíris en su amistoso del pasado sábado frente a Australia.

Todas las jugadoras de España lucieron un brazalete arcoíris en su amistoso del pasado sábado frente a Australia. / RFEF

Sergio R. Viñas

Sergio R. Viñas

Este martes se hicieron virales unas supuestas declaraciones de un portavoz indeterminado del Mundial de Qatar, asegurando que la exhibición de la bandera LGTBI durante la gran cita futbolística que se celebra entre noviembre y diciembre sería castigada con "entre siete y once años de cárcel".

Esa presunta afirmación homófoba ha resultado ser falsa, lo que no es óbice para que la organización del Mundial en la dictadura del Golfo Pérsico sea más que cuestionable, dado su escaso compromiso con los derechos humanos y, en particular, con los de las mujeres y el colectivo LGTBI. En este último apartado, ya en diciembre un portavoz (esta vez real) del comité organizador dijo que los homosexuales serían bienvenidos, siempre que fueran "pudorosos y conservadores" con sus orientaciones sexuales. Que es aceptable que lo sean, pero que no lo exhiban, vaya.

Declaraciones de este tipo convertían en verosímiles las finalmente desmentidas sobre amenazas de prisión. Por ello, desde la política reaccionaron (ahora se sabe que de forma precipitada) ante ellas. El más contundente fue el líder de Más País, Íñigo Errejón, que lanzó una idea a la RFEF: "Me gustaría que nuestra selección, la selección española, fuera un ejemplo y vistiera, aunque solo fuera en el primer partido, los colores del arcoíris, de forma simbólica, demostrando que en España sí se defiende la libertad, que estamos orgullosos de defenderla y no nos plegamos al fanatismo de ninguna dictadura religiosa".

La idea de Errejón tuvo críticas favorables y contrarias, pero todas ellas obviaron una realidad previa: España (o cualquier otra selección del mundo) no puede lucir distintivos arcoíris en el Mundial aunque quiera. Y no por el hecho de que sea un símbolo del colectivo LGTBI, sino por la normativa de la FIFA sobre lo que los combinados nacionales pueden y no pueden vestir durante una cita como esta.

El reglamento

La FIFA cuenta con un Reglamento de Equipamiento de 104 páginas, muy detallado y exhaustivo, en el que se recogen todas las normas que deben cumplir las camisetas, pantalones, medias, brazaletes y demás prendas que luzcan las selecciones nacionales en diferentes contextos, específicamente en los partidos de fases finales y preliminares de torneos organizados por FIFA, tanto masculinos como femeninos.

Empecemos por las camisetas. Según reza el mencionado reglamento, "ninguna prenda del uniforme que vista un jugador de campo o guardameta podrá combinar más de cuatro colores", lo que ya de entrada impide a una selección vestir en un momento dado con una camiseta con la bandera arcoíris, compuesta por seis colores en su versión más tradicional y extendida.

Además, la FIFA especifica que uno de los colores debe ser claramente predominante, salvo en casos puntuales en los que la tradición es vestir a rayas (Argentina o Paraguay), a cuadros (Croacia) o con alguna franja (Perú), a quienes se les autoriza ese equilibrio entre dos tonalidades. Ocurre lo mismo con las camisetas de los porteros, de ahí que ya no se vean diseños extravagantes como los que popularizaron en los años 90 guardameta como el mexicano Jorge Campos.

Mejor visibilidad

Todas estas normas se aplican pensando en la correcta visibilidad de los equipos a través de televisión y en generar la menor confusión posible entre los rivales de un partido. De hecho, aunque no es ley, en los últimos años la tendencia es que cada vez más selecciones jueguen con camiseta y pantalón del mismo color en segundas y hasta en primeras equipaciones (caso de Francia o Italia).

La FIFA tampoco autoriza serigrafiar o vestir emblemas diferentes de los propios de las federaciones de fútbol y de sus países y algunos de los propios de los diferentes proveedores técnicos (Adidas, Nike, New Balance...), además de las enseñas de campeón del mundo y de trofeos continentales.

La normativa en un Mundial sobre los brazaletes es todavía más restrictiva que la de las equipaciones. En otras competiciones, cada federación tiene bastante libertad para elegir el distintivo de su capitán, pero en las grandes citas es la FIFA la que controla ese aspecto. "En los partidos de las competiciones finales se deberá utilizar un brazalete de capitán suministrado exclusivamente por la FIFA. La FIFA podrá suministrar dos brazaletes de capitán de colores contrastantes o dos tipos diferentes de brazaletes", recoge el reglamento.

Eso significa que una iniciativa como la de llevar un brazalete con la bandera LGTBI solo podría llevarse a cabo mediante iniciativa de la propia FIFA. Algo similar ocurre, sobre el papel aunque no en la realidad, con la UEFA, que en su normativa de vestimenta se reserva el derecho de "proporcionar brazaletes de capitán para algunos partidos de competiciones en apoyo de campañas de UEFA", si bien el organismo europeo ofrece más libertad en ese aspecto, como ha quedado demostrado.

Manuel Neuer, capitán de Alemania, con el brazalete arcoíris en la pasada Eurocopa.

Manuel Neuer, capitán de Alemania, con el brazalete arcoíris en la pasada Eurocopa. / Archivo

Bueno, o no tanto. Durante la Eurocopa celebrada el pasado verano, el portero y capitán de Alemania, Manuel Neuer, decidió portar un brazalete arcoíris en defensa de la colectivo LGTBI, iniciativa a la que también su sumó su homólogo inglés, Harry Kane, durante el partido de octavos de final que enfrentó a ambos combinados.

El capitán de Países Bajos, Giorginio Wijnaldum, también decidió llevar un brazalete especial en su partido de octavos de final, disputado en la Budapest del ultraderechista Viktor Orbán, en su caso con la inscripción 'One Love'.

"Una buena causa"

Cuando llegaron esos partidos, la polémica ya había amainado, pero la primera reacción de UEFA fue abrir una investigación a Neuer. El procedimiento, no obstante, fue cerrado enseguida. "La UEFA examinó el brazalete que lleva el jugador en cuestión y, considerando que estaba promoviendo una buena causa, es decir, la diversidad, el equipo no se enfrentará a un proceso disciplinario", argumentó el organismo en una nota pública.

Eso abre la puerta a que FIFA pudiera autorizar o al menos tolerar iniciativas de este tipo en el Mundial, si bien su normativa, como ha quedado explicado, es mucho más restrictiva que la de UEFA. Y, por descontado, la posición de UEFA en la Eurocopa puede servir de precedente ético, pero en absoluto vinculante, dado que son dos organizaciones diferentes.

Caso distinto es el de los partidos amistosos, donde hay una mayor manga ancha para que las diferentes selecciones vistan de manera diferente a la habitual. La demostración más clara fue la que protagonizó la selección española femenina el pasado sábado. En su partido de preparación contra Australia, todas las jugadoras entrenadas por Jorge Vilda lucieron un brazalete arcoíris en apoyo el colectivo LGTBI.

¿Puede, por tanto, vestir España de arcoíris en el Mundial? No. ¿Puede llevar Sergio Busquets un brazalete arcoíris como capitán de España en el Mundial? No. ¿Puede hacerlo en los partidos amistosos preparatorios para esa cita? Al menos en lo relativo al brazalete, cuando él y la RFEF quieran.