La obsesión francesa con el supuesto dopaje de Nadal: de los guiñoles a la difamación de una ministra

Guillaume Martin, ciclista francés, asegura que "se vende a Nadal como a un héroe" por soportar el dolor cuando utiliza "sustancias para soportarlo"

Una ministra de Deportes fue condenada a pagar 10.000 euros por difamación

Un guiñol que representa a Rafael Nadal firma con una jeringuilla en Canal + Francia

Un guiñol que representa a Rafael Nadal firma con una jeringuilla en Canal + Francia / CANAL + FRANCIA

En la tierra batida de Roland Garros, Rafael Nadal tiene una escultura que le reconoce como el campeón más importante en los más de 100 años de existencia del torneo. Sin embargo, el domingo, tras levantar por decimocuarta vez el trofeo, en Francia volvieron a salpicar al tenista más laureado de la historia con unas nuevas sospechas de dopaje. Unas acusaciones que se repiten prácticamente cada vez que el español se impone en el torneo parisino, donde lleva ganando casi cada año desde 2005.

La obsesión de quienes no soportan que el manacorí se imponga allí edición tras edición les ha llevado a intentar desprestigiarle de todas las formas. En 2013, por ejemplo, cuando Nadal se recuperó de la tendinitis que le impidió estar en los Juegos Olímpicos de Londres, aparecieron los guiñoles. Un recurso satírico empleado en Canal + Francia que tuvo versión también en España y que presentó al balear en forma de muñeco extremadamente musculado y que portaba una jeringuilla en sus manos. 

Ese año, ajeno al ruido que se provocó, Rafa levantó su octava Copa de los Mosqueteros, superó a Chris Evert como el campeón más importante de la era Open del torneo y empató con el francés Max Décugis, que hasta entonces era el que más trofeos de Roland Garros había levantado aunque fuera en el formato de Campeonato de Francia.

Ahora, nada más levantar por decimocuarta vez el trofeo, las acusaciones han vuelto a aparecer a raíz de la forma en que ha calmado el dolor por la lesión crónica que arrastra durante los últimos años. Ese dolor en el pie con el que el tenista ha admitido convivir a diario le ha llevado a que, para poder competir, haya tenido que anestesiarlo con un tratamiento legal.

El hecho de que el tratamiento para infiltrarse esté permitido por la legislación no ha impedido, por ejemplo, que L’Equipe haya hecho planear la sombra de la duda una vez más. Y lo ha hecho, por ejemplo, con una entrevista a Guillaume Martin, ciclista del equipo Cofidis, que ha asegurado que los tratamientos con agujas, que llevan prohibidos en el ciclismo desde 2011, suponen una mejora del rendimiento.

“Si estás enfermo o lesionado, no corres, no compites, eso es lo que tiene sentido para mí”, ha asegurado el francés. “Si un ciclista hiciera lo mismo todo el mundo le tildaría de ir dopado. Mientras tanto, la gente alaba a Nadal por ser capaz de soportar el dolor. Creo que Ibrahimovic también habló sobre las inyecciones en la rodilla. Pasan por héroes porque dicen que soportan el dolor, pero en realidad se valen de sustancias para aguantarlo, y creo que eso está muy al límite”.

Una ministra condenada por difamación

En 2016, sin embargo, las insinuaciones desde Francia se convirtieron en acusaciones directas. Y no de un medio de comunicación u otro deportista, sino de la exministra de Deportes Roselyne Bachelot, quien, a raíz del positivo de Maria Sharapova, habló sobre el dopaje en el mundo del tenis y sobre la falta de transparencia al respecto.

“No desvelan los controles que dan un resultado positivo. Simplemente, nos enteramos curiosamente de que un jugador tiene una lesión que le mantiene alejado de las pistas durante meses. Sabemos más o menos que la famosa lesión de Rafael Nadal que le mantuvo siete meses sin competición fue seguramente debida a un control positivo”, aseguró Bachelot.

“Fatigado” por las sospechas y las acusaciones directas, Nadal optó entonces por ir a los tribunales, donde la Justicia le dio la razón y condenó a la ministra francesa a pagar 10.000 euros que se destinaron a causas sociales por un delito de difamación.