DOCUMENTAL

La desgarradora travesía de los refugiados norcoreanos que huyen de su país

'Beyond Utopia', la cinta de Madeleine Gavin premiada en Sundance, consigue mostrarnos de cerca la odisea y los peligros a los que se enfrentan aquellos que deciden escapar de Corea del Norte. También de los que esperan en el lado sur de la frontera

La familia Roh, que escaparon de Corea del Norte en busca de una vida mejor.

La familia Roh, que escaparon de Corea del Norte en busca de una vida mejor. / Cedida

Resulta curioso pensar que lo primero que nos viene a la mente cuando pensamos en Corea del Norte es exactamente lo que el régimen de Kim Jong-un quiere que veamos: los misiles nucleares, los grandes desfiles y esa deificación emocional y alarmantemente hortera que los habitantes del país expresan hacia la saga familiar que gobierna el país desde los años 40.

No obstante, resulta obvio que ese entusiasmo con el que vemos que los coreanos del norte adoran a su régimen, no es del todo real. A menudo, pensamos en los norcoreanos como figuras robóticas y sin voluntad que glorifican a su gobierno ciegamente y se mueven todos al unísono –ya sea con un fusil en la mano o con una de las piezas de los enormes mosaicos colectivos que muestran imágenes alegóricas de su supuesto paraíso utópico–. Hace tiempo que sabemos, sin embargo, que el país está sumido en una profunda crisis económica desde mediados de la década de los 90, cuando la caída de la URSS puso a los norcoreanos cara a cara con su aislamiento y su falta de recursos. Eso y la apuesta por parte de sus gobernantes por destinar todos los recursos a armarse nuclearmente, ha dejado a su economía exhausta y devastada.

Es por ello que, cada año, una cifra desconocida de norcoreanos intenta escapar hacia Corea del Sur. Desconocida porque muchos son detenidos antes de conseguir su objetivo, tanto dentro de sus fronteras como ya en China, el país al que suelen cruzar atravesando el río Yalu, que marca la frontera norte entre ambos estados, y que no duda en repatriar a todos los que detiene, enviándolos a un sombrío destino. Solo unos 34.078 han conseguido su objetivo entre 1998 y 2023 según datos del gobierno de Seúl.

Más allá de la utopía

A pesar de su magnitud, el drama de las personas que intentan escapar de Corea del Norte no es algo de lo que se hable todos los días en los informativos. Más bien, no se habla nunca: permanece oculto y desconocido para la mayoría de occidentales y por eso resulta tan importante el estreno en nuestro país de Beyond Utopia, un documental dirigido por Madeleine Gavin (a la que algunos quizá conozcan por su película City of Joy, donde retrataba un centro que ayudaba a recuperarse a mujeres violadas en el conflicto del Congo), y que ganó el Premio del Público en el Festival de Sundance y ha sido nominado en los Bafta.

El documental nos sumerge en dos historias de huída que tendrán finales muy diferentes. Por un lado la de la familia Roh, cuyos cinco miembros —entre ellos dos niñas y una anciana— se embarcan en un complicado viaje que atraviesa China, Vietnam, Laos y Tailandia, para llegar finalmente a su destino, y también la de Soyeon Lee, una madre que consiguió escapar años atrás y que sueña con reunirse con el hijo que tuvo que dejar allí.

El nexo común que une estas historias, más allá del drama de todo un pueblo, es la figura del Pastor Kim, sacerdote y uno de los miembros más importantes del “Ferrocarril Subterráneo”, una organización que trata de ayudar a los norcoreanos a llegar hasta Corea del Sur.

Los Roh, en su camino de huída.

Los Roh, en su camino de huída. / Cedida

Gavin explica que las productoras del proyecto, Jana Edelbaum y Rachel Cohen, contactaron con ella tras hacerse con los derechos del libro La chica con siete nombres de Hyeonseo Lee, una mujer que huyó del país hace unos veinte años y que desde entonces ha dedicado su vida a denunciar las atrocidades del gobierno norcoreano. “Inicialmente dije que no creía ser la persona adecuada para hacer esta película”, confiesa la directora. “No tenía ninguna conexión personal con Corea del Norte. Pero ellas me animaron a investigar más y me impactó mucho lo poco que se conoce de esta historia en el mundo occidental. Pronto me convencí de que se trataba de una película necesaria”.

Ningún otro documental había tenido nunca acceso a esa realidad de la manera en que nosotros pudimos hacerlo”

Madeleine Gavin

— Directora de 'Beyond Utopia'

Tras entrevistar a Hyeonseo, alrededor de la cual iba a girar el documental inicialmente, el equipo viajó a Corea del Sur, donde conocieron la labor del Pastor Kim, lo que cambió radicalmente el enfoque previsto. A partir de entonces, se centraron en las personas a las que él estaba ayudando en ese mismo momento. “Nos llevó muchos meses conocerlo y ganar su confianza”, explica la directora. “Una vez que eso sucedió, sin embargo, el documental adquirió una dimensión inimaginable. Él nos dio la oportunidad de integrarnos y documentar dos intentos de deserción. Ningún otro documental había tenido nunca acceso a esa realidad de la manera en que nosotros pudimos hacerlo”.

Dos historias con un final muy diferente

Los Roh huyeron de Corea del Norte atravesando una de las rutas más habituales para salir del país: cruzando el río Yalu y refugiándose en la Montaña Changbai que se levanta a su lado. “Deambularon por ella durante cinco días sin tener idea de dónde estaban ni hacia dónde iban”, relata Gavin. “Por casualidad, se encontraron con un granjero que estaba relacionado con la red del Pastor Kim, que decidió financiar el intento de escape de la familia. Como siempre, fue una misión muy peligrosa, aún más complicada debido al hecho de que era un grupo de cinco entre los que había una anciana y dos niñas”. Finalmente, más de cincuenta personas estuvieron involucradas en la escapada que atravesó varios países hasta llegar a su destino. Un camino que, de hacerse sin ayuda, está lleno de peligros ya que en muchas ocasiones los refugiados, especialmente las mujeres, suelen caer en manos de redes de prostitución o de tráfico de drogas.

También a través del Pastor Kim, la directora conoció a Soyeon Lee, una madre que cruzó a China —y eventualmente llegó a Corea del Sur— con la esperanza de ganar dinero y de traerse después consigo a su hijo y a otros miembros de la familia. “Se trata de una historia típica, mucho más normal que la de los Roh”, aclara Gavin. “También respecto a su final, ya que el hijo de Soyeon fue detenido tras cruzar el río y las noticias sobre su destino fueron volviéndose más y más devastadoras conforme pasaban las semanas. No hay palabras adecuadas para expresar el sufrimiento por el que ha pasado y continúa pasando Soyeon”.

Soyeon Lee, la madre que trata de sacar a su hijo de Corea del Norte.

Soyeon Lee, la madre que trata de sacar a su hijo de Corea del Norte. / Cedida

Trabajar duro para conseguir un vaso de agua

Nunca hasta este documental había podido grabarse el proceso de huir de Corea del Norte tan de primera mano como lo vemos con la familia Roh en Beyond Utopia. Las directoras han recurrido a imágenes de archivo, animaciones y entrevistas con los huídos una vez a salvo. Pero también hay vídeos de cámara oculta e imágenes que se tomaron clandestinamente en el interior del país comunista. "Encontré un montón de vídeos en Internet de un hombre llamado Jiro en Japón. Había infiltrado cámaras en Corea del Norte desde los tiempos de la hambruna, en los años 90. También la red de colaboradores del Pastor Kim había infiltrado cámaras en el país. Es un material grabado por norcoreanos tremendamente valientes que pusieron en riesgo sus vidas para mostrarle al mundo la realidad de su país", explica Gavin.

Todo este proceso, más allá de las dificultades, también tiene una parte de descubrimiento. Resulta chocante ver cómo los miembros de la familia, una vez que consiguen llegar a un piso franco en Vietnam, se asombran al ver comodidades tan comunes para nosotros como el agua corriente o la electricidad. “En el norte tienes que trabajar todo un día para conseguir un vaso de agua”, explica en un momento de la pieza el padre de la familia.

La familia Roh, durante un momento del rodaje una vez instalados en Vietnam.

La familia Roh, durante un momento del rodaje una vez instalados en Vietnam. / Cedida

Los Roh exploran su habitación como si fueran extraterrestres llegados a la Tierra por primera vez, confundiendo la televisión con una pizarra. La organización del Pastor Kim es la responsable de explicarles cosas tan básicas como el funcionamiento de los cajeros automáticos y otras más complejas, como la democracia o que los norteamericanos no los quieren matar. “A los norcoreanos se les dice desde muy temprana edad que los estadounidenses quieren hacerles daño”, explica Gavin. “Gran parte de la identidad norcoreana está basada en este miedo y demonización de los estadounidenses. Cuando conocí a la abuela Roh, podía sentir claramente su conflicto interior. Nosotros estábamos siendo amables con ella, pero durante los últimos 80 años le habían dicho que éramos el enemigo. Por un lado, su afecto hacia nosotros crecía pero, por otro lado, se preguntaba si en realidad todavía querríamos intentar matarla. Poco a poco, a medida que se iba desarrollando el viaje, comenzó a darse cuenta de cuánto había distorsionado la realidad el régimen y de las manipulaciones psicológicas que había sufrido. Ver a alguien de su edad, una persona que amaba tanto a su país, conseguir ir más allá de lo que siempre había conocido, fue muy poderoso y emocionante”.

Los ciudadanos de Corea del Norte están tan aislados que no pueden ni imaginar que exista otra vida fuera de la que siempre han tenido. 26 millones de personas siguen a día de hoy viviendo bajo ese régimen y no son robots: tienen sus deseos, sus miedos y sus puntos de vista, como todos nosotros y, tal y como nos muestra Beyond Utopia, todos deberíamos tenerlos presentes y preocuparnos por ellos.