DOCUMENTAL

De Wiz Khalifa al Black Lives Matter: cómo internet cambió las reglas del hip hop

'It’s Yours: A Film on Hip Hop and the Internet', que se puede ver en la plataforma gratuita CaixaForum+, relata cómo un puñado de visionarios de este género urbano fueron los primeros en aprovechar todo el poder de los archivos de audio 'online' y las redes sociales para construir sus carreras de manera independiente

Wiz Khalifa, uno de los protagonistas del documental, durante un concierto.

Wiz Khalifa, uno de los protagonistas del documental, durante un concierto. / Cedida

En 2010, con solo 23 años, el rapero Wiz Khalifa le ganó la partida a la industria musical. De moverse en el underground pasó, en un pestañeo, a ser el artista revelación del año gracias al apoyo de sus fans, que habían establecido una relación parasocial online con él. Retransmitía horas y horas de su vida en streaming antes de que las estrellas de Twitch ni soñasen con serlo, y conquistó Twitter cuando la plataforma aún no se usaba masivamente. Khalifa entendió el juego de Internet y cambió las reglas de la promoción musical. En 2011, cuando lanzó su tercer álbum de estudio Rolling Papers con Atlantic Records, la discográfica ya tenía prácticamente hecha la campaña publicitaria. El single de presentación, Black and Yellow (el título hace referencia a los colores de los equipos de Pittsburgh, su ciudad natal), estuvo 28 semanas en el número uno y a día de hoy lleva 352 millones de reproducciones en Youtube gracias a su tremenda legión de seguidores. Es una máquina de generar dinero gracias a su talento como artista y como community manager.

Esta es una de las historias que Marguerite de Bourgoing relata en su documental It’s Yours: A Film on Hip Hop and the Internet, que se estrenó en 2019 y ahora se puede ver en España en la plataforma CaixaForum+. Además de esa versión original, también está disponible una actualización de 2021 en ArteTV. “En la versión actualizada analizo la aparición de Travis Scott en Fornite, las batallas Versus de Swizz Beatz & Timbaland en Instagram Live o las sesiones Quarantine de Erykah Badu”, dice la directora a EL PERIÓDICO DE ESPAÑA. “La pandemia demostró cuán fértil sigue siendo el hip hop en lo que respecta a tecnología”, sostiene.

Bourgoing trabajó durante casi una década y acumuló información en alrededor de 20 discos duros hasta terminar su documental. La idea no surgió de la nada: antes de plantearse hacer una película, la creadora ya había realizado entrevistas a diversos artistas de hip hop para su canal de youtube LASTEREOTV. Pero en 2010, después de mudarse de Francia a Los Angeles y en plena efervescencia de las redes sociales, vio claro el proyecto. Los artistas independientes ya no distribuían sus trabajos solo a través de street teams, mixtapes o venta directa en los conciertos, sino que Internet había pasado a ser una herramienta más. La más importante, de hecho.

El documental pone el foco sobre diferentes artistas y fenómenos que se vieron amplificados por su uso de las redes.

El documental pone el foco sobre diferentes artistas y fenómenos que se vieron amplificados por su uso de las redes. / Cedida

El mp3 fue el primer paso y, como suele suceder, las grandes compañías de la industria musical llegaron tarde. No reaccionaron hasta que las redes P2P de intercambio de archivos como Napster irrumpieron en la escena y los usuarios tomaron el control de los contenidos. Se vaticinó la quiebra del sector, que finalmente no fue así para las multinacionales aunque sí para otros actores. Por ejemplo, la tienda Fat Beats de Los Angeles, todo un emblema del hip hop, cerró tras dieciséis años de actividad. Allí no solo se vendían discos, sino que también se organizaban sesiones de música en directo y encuentros con los artistas. Era todo un símbolo y su cese fue el final de una era. Su dueño DJ Jab comenta en el documental que “quienes consumieron música en formato físico siguen pensando que es mejor, pero los jóvenes están en otra”.

La llegada de los blogs clavó una estaca en otra industria, la de los medios. Algunos artistas, que ni siquiera sabían qué narices era un blog, se hicieron famosos gracias a su aparición en webs como Nah Right, ONSMASH o 2DopeBoyz. Eran los nuevos prescriptores musicales, los sitios a donde se acudía a descubrir nueva música y los sellos tuvieron que dirigirse a ellos para dar visibilidad a su catálogo. Muchos creadores aprovecharon la popularidad de este formato para romper sus contratos, como el rapero de Nueva Orleans Currency. Después de cinco años en una discográfica, se hizo independiente y consiguió nuevas audiencias al subir su música gratis a la red. En esa lista de pioneros también tendría que estar Soulja Boy, pero Marguerite de Bourgoing no consiguió dar con él. “Él inició todo el movimiento hip-hop en Internet. Me hubiera encantado homenajearle como es debido, pero no es fácil encontrarle”, explica. “Es raro que los artistas digan que no quieren aparecer en el documental, pero a menudo puede resultar muy complicado localizarlos si no te conocen”.

Una de las biografías artísticas más notable es la de Syd, la única chica del colectivo Odd Future, liderado por Tyler, The Creator, una estrella rutilante de la escena del hip hop actual. No solo es la única mujer de dicho grupo, sino que es una de las pocas en un género claramente masculinizado. “No tengo ningún artista favorito en la película, pero de quien estoy más orgullosa es de Syd”, explica la directora. “Ella es un emblema del espíritu de mi trabajo. Tuve la suerte de tener acceso a ella durante algunos años y presenciar su transición de ingeniera de sonido de Odd Future a ser la líder de su propia banda”, comenta.

La carrera de esta artista comenzó en el estudio que había montado en su propia casa con apenas un ordenador, un editor de sonido, un micro y algo de espuma en la pared. Todo el trabajo de Odd Future se gestaba allí y después se subía a internet. Después montó la banda The Internet, en donde además de componer y producir también canta, y además ha desarrollado su propia carrera en solitario. Su último álbum es Broken Hearts Club (Columbia Records, 2022). “Sienta bien tener a una mujer, en una industria dominada por hombres, transmitiendo el mensaje de la película”, afirma Marguerite de Bourgoing.

Las dos caras de la red

Las redes sociales sirvieron, además de para distribuir trabajos musicales, para apoyar causas como el Black Lives Matters. En 2014 tuvo lugar el asesinato de Michael Brown, un chaval afroamericano de Missouri, tiroteado por el policía Darren Wilson. El suceso abrió un gran debate sobre la discriminación racial en Estados Unidos pero las posiciones políticas de los medios comprometían la veracidad de la información. Gracias a la presencia de artistas como Tef Poe en el lugar de las protestas los vídeos de los manifestantes se viralizaron y la reivindicación de justicia se hizo global.

El cartel de la película.

El cartel de la película. / Cedida

Pero Internet también hizo que los emprendedores blancos de la tecnología quisieran hacerse con un trozo del pastel del hip hop. En agosto de 2009, Tom Lehman, Ilan Zechory y Mahbod Moghadam montaron Rap Genius, una especie de repositorio musical online para el que consiguieron una inversión inicial de 15 millones de dólares en capital de riesgo que se amplió hasta los 45 millones. Fue uno de los intentos de empresarios ajenos a la escena de monetizar el contenido gratuito valiéndose del trabajo de otros. Como respuesta surgieron iniciativas como The Bronx Community Foundation, que lucha contra la escasa representación de las minorías en la industria tecnológica. Saber crear plataformas y cómo ganar dinero con ellas es clave para tener el control de las obras, como ha hecho Jay Z con Tidal, por ejemplo.

Otra consecuencia negativa de la evolución frenética de las redes sociales es que los artistas cada vez tienen más difícil el visibilizar su trabajo, en especial los independientes. El algoritmo manda y el ritmo de producción debe ser vertiginoso. “En un panorama cada vez más saturado, cuidar y mantener a tus fans es más importante que nunca”, sostiene la documentalista. “Las mujeres han comenzado a dominar más las listas, lo que creo que también es una consecuencia de Internet, y la partida se juega en el streaming”.

Después de este documental, Marguerite de Bourgoing creó y produjo una serie web para la televisión pública estadounidense (PBS) titulada Hip-Hop & the Metaverse. Aunque resulta difícil hacer predicciones, prevé que la realidad aumentada o la realidad virtual se convertirán en formatos habituales de relación con la música y la Inteligencia Artificial se incorporará a la producción musical. “Todavía no sabemos cuál será la próxima versión de web3 y NFT, pero pase lo que pase, los artistas intentarán tener acceso directo a su comunidad y poseer su trabajo, mientras que los grandes sellos intentarán controlarlo todo”, aventura la experta.