SERIES

Tim Robinson, el humorista que lleva la vergüenza ajena al límite y triunfa

I Think You Should Leave With Tim Robinson, la serie de los sketches más surrealistas y descabellados, acaba de estrenar en Netflix una tercera temporada repleta de estrellas

Escena de 'I Think You Should Leave With Tim Robinson'.

Escena de 'I Think You Should Leave With Tim Robinson'. / NETFLIX

El primer episodio de la tercera temporada de I Think You Should Leave With Tim Robinson, que se acaba de estrenar en Netflix, empieza con un sketch protagonizado por un presentador de un programa televisivo de debate. Al principio, explica que aplastará a sus invitados con sus argumentos implacables, pero que cuando no lo consiga se pondrá a mirar su móvil. Poco a poco, la historia deriva en el amor que el personaje profesa a su teléfono sin que la lógica opere en ningún momento. Es desconcertante y el espectador puede debatirse entre la hilaridad y la incomprensión. Sobre todo si es su primera vez con Robinson, y eso en España le puede pasar a mucha gente, ya que las dos primeras entregas de la serie pasaron casi desapercibidas aqui. Pero ahora, su grupo de fanáticos ha ido creciendo poco a poco –la cantidad de memes extraídos de ella que circulan por las redes sociales son un buen medidor de su popularidad–, y el público empieza a preguntarse quién es ese actor con pinta de persona normal que no lo es para nada.

Robinson es un antiguo miembro de esa fábrica de comediantes brillantes que es el show estadounidense Saturday Night Live, aunque su presencia ante la cámara duró apenas un año. Su trabajo cobró importancia en la sala de guionistas, donde conoció a Zach Kanin. Juntos crearon un combo de creatividad imparable, y aunque muchas de sus propuestas no llegaban a materializarse por ser demasiado disparatadas, todo el mundo reconocía su valía. Al final, salieron del entorno del famoso programa e hicieron varios intentos antes de conseguir que sus ideas se convirtieran en una serie consolidada.

Primero tuvieron un espacio en The Characters, una antología humorística creada por Netflix en 2016 en la que cada capítulo está protagonizado por un comediante diferente (además de Robinson también participaron otros como Lauren Lapkus o Paul W. Downs). Un año más tarde, estrenaron la serie Detroiters en Comedy Central sobre dos publicistas de Detroit con aspiraciones más allá de lo local. La cadena la canceló después de dos temporadas. Su último trabajo –en cuya producción participa el trío de comediantes The Lonely Island– ha conseguido superar ese reto temporal y si todo continúa como hasta ahora, posiblemente tenga aún más recorrido, aunque quizá nunca llegue a ser un éxito masivo.

“Daría cualquier cosa por vivir en un mundo donde esta serie tuviera la misma relevancia que Succession o Stranger Things, pero entiendo que su marca de comedia no es para todo el mundo… Si eres fan, eres fan”, dice el periodista y escritor Noel Ceballos. “Eres un fan obsesivo, además, porque es imposible amar I Think You Should Leave y no querer compartir tu entusiasmo, sobre todo a través de memes y referencias, con almas afines. Hay algo muy extraño y difícil de definir en ella que conecta con un determinado tipo de público y espanta a otro, pero me alegro de que su club de fans aumente con cada temporada”, sostiene.

El recorrido de Robinson es parecido al de otros muchos comediantes estadounidenses que también alcanzaron la fama (puede considerarse que él lo ha logrado aunque sea para un grupo selecto). Nació en las afueras de Detroit y pronto descubrió que los estudios reglados no eran para él y no siguió el camino del colegio a la universidad. Durante algún tiempo no tuvo mucha idea sobre qué hacer con su vida más allá de practicar trucos de skateboarding por Michigan, pero por suerte acabó encontrando su vocación. Fue en un espectáculo del famoso grupo de comedia de improvisación de Chicago Second City, por el que antes habían pasado grandes nombres como John Belushi, Dan Aykroyd, Gilda Radner o Bill Murray, que también recalaron más tarde en Saturday Night Live. Exactamente como hizo él.

Chistes que sonrojan


La esencia de la comedia de I Think You Should Live reside en gran medida en el uso de la vergüenza ajena como palanca de activación de la risa. Robinson no es el primero que utiliza dicha fórmula, por supuesto: ahí está Larry David llevando a su público al límite en Curb Your Enthusiasm, Steve Carell en The Office o incluso Javier Gutiérrez en la serie llamada, precisamente, Vergüenza. Cada uno a su manera y con niveles diferentes, aunque todos provocan ganas de esconder la cara en un cojín al ver como se avecina el desastre a base de meteduras de pata.

“Creo que el humor de la serie nace de un sentimiento muy humano: el pánico a no encajar, a quedar mal delante de amigos o compañeros de trabajo, a que tus peores pesadillas relacionadas con el pánico social se hagan realidad de repente”, declara Ceballos acerca de I Think You Should Leave. “Muchos sketches comienzan presentando una situación aparentemente cotidiana que no tarda en descarrilar, momento en que sus personajes protagonistas inician una huida hacia adelante. Es como si los pilares de la civilización estuvieran siempre a un desliz de saltar por los aires”, afirma.

Uno de los sketches más famosos y que más repercusión ha tenido en las redes sociales es el del coche con forma de perrito caliente que se estrella en una tienda de ropa. Tim Robinson sale vestido también de perrito caliente, así que está claro que es él quien ha provocado el accidente pero, en lugar de reconocerlo, intenta convencer a los presentes de que no ha sido él y el verdadero culpable está en la sala. Poco a poco su discurso deriva en cómo el consumo de pornografía ha pasado del ordenador al teléfono móvil, todo mientras coge ropa de la tienda con intención de robarla. Todos le miran entre incrédulos e hipnotizados hasta que llega la policía. Nada tiene sentido pero es muy gracioso. O no.

“Lo interesante es que, en muchas ocasiones, una simple disculpa o paso atrás solucionaría el momento incómodo, pero los personajes de Robinson no son capaces de reconocer algo así. Prefieren seguir cavándose su propia tumba antes de reconocer algo así, lo cual creo que refleja muy bien ciertas actitudes que observamos cada día en redes sociales”, explica Ceballos. Por ejemplo, en el episodio protagonizado por Fred Armisen, un padre pone a sus hijos un vídeo protagonizado por él mismo con el objetivo de meterles en vereda. En la grabación, el adulto tiene una discusión con un niño que le insulta por la calle y lo que parece que va a ser un ejemplo de cómo mostrar respeto acaba convirtiéndose en un corto de serie Z que sus descendientes no se creen. Es algo tan ridículo que no tendría que haber sucedido pero ahí está la clave.

Armisen, protagonista de series como Portlandia y también miembro del enorme elenco de Saturday Night Live, es solo uno de los invitados a la serie, que también cuenta con los cameos de Julia Butters, Jason Schwartzman, Andy Samberg (The Lonely Island), Bob Odenkirk o Steven Yeun, entre otros. Además y aunque no lo parezca, la música ocupa un lugar importante en la serie. Friday Night, una de las canciones creadas para un scketch, fue incluida en la lista de Mejores 25 canciones de 2019 elaborada por Rob Sheffield para Rolling Stone y en la última temporada, la banda de hardcore Turnstile –con el nombre ficticio de Everything-You-Knows– pone banda sonora a una de las piezas con un tema titulado Listening (parece ser que Robinson es fan).

El protagonista de I Think You Should Leave tiene una capacidad para la transformación física que también contribuye a agudizar las sensaciones que provoca su comedia. De prototipo de hombre blanco de mediana edad norteamericano de clase media, con el pelo cortado correctamente y la camisa planchada, pasa a ser una amalgama de gestos, tics y ruidos exagerados que casi le deshumanizan. Nadie se espera que una cara tan anodina a primera vista pueda abrir los ojos de una manera tan desorbitada como la suya, que pueda provocar a la vez risa y compasión, hilaridad y bochorno. Sin embargo, Robison demuestra que es posible en cada una de sus actuaciones, y es así como hace crecer su selecto pero entregado grupo de fans.

TEMAS