MÚSICA

Brillante, el festival que se ha hecho gratuito para sobrevivir a la burbuja de la música en directo

La cuidada cita musical que se celebra en la Sierra de Madrid este fin de semana se adapta a las dificultades invirtiendo en futuro. En su cartel, un amplio abanico de estilos en el que caben clásicos y modernos, pero con el descubrimiento de nuevos artistas por bandera

El Festival Brillante en su primera edición, la de 2021, cuando todavía tuvo que celebrarse con el público sentado.

El Festival Brillante en su primera edición, la de 2021, cuando todavía tuvo que celebrarse con el público sentado. / Sharon Lopez

Jacobo de Arce

Jacobo de Arce

Hace solo unas semanas, a finales de agosto, el equipo que está detrás del Festival Brillante, la cita musical que se celebra este fin de semana en Chapinería, se plantó ante una realidad complicada: sus expectativas de venta de entradas no se habían cumplido. Hasta antes del verano todo había ido razonablemente bien, pero las previsiones fijadas para la recta final quedaban muy lejos. La famosa burbuja de la música en directo, la inflación rampante y el temor a la crisis que se anuncia para el otoño parecían los culpables. La solución más lógica habría sido cancelar, pero optaron por otra salida: reducir el festival de tres a dos días y hacer la entrada gratuita hasta completar aforo. Así, quien quiera podrá acercarse este sábado y domingo a este pueblo de la Sierra madrileña y disfrutar de las actuaciones de artistas como Amaia, Nacho Vegas, Julieta Venegas o Alondra Bentley, entre muchos otros, sin pagar un céntimo.

“Cancelar nunca estuvo en nuestros planes. Por no dejarnos tirados a nosotros mismos y tampoco a la gente que había comprado una entrada o a la que iba a trabajar en el festival: los músicos, el equipo que lo hacemos…", comenta Nacho Ruiz, uno de los fundadores y directores del festival. "Así que tratamos de ser un poco creativos y dijimos: vamos a intentar no mover las fechas y que lo que ocurra sea algo beneficioso para la gente, en la medida de lo posible. Convertirlo en gratuito fue la manera que se nos ocurrió para poder cumplir esos requisitos”. A quienes ya tenían sus entradas se les ofreció devolverles el importe o bien canjarlo por un pack que incluye merchandising, consumiciones y el servicio de autobús de ida y vuelta al festival desde el centro de Madrid. Muchos han optado por esta última opción.

Acortar el festival, del que se ha eliminado la jornada del viernes reubicando a los artistas que se ha podido, ha ayudado a reducir los gastos de producción. Además, algunos de los que actúan se han ofrecido a rebajar sus cachés. Pero la pregunta es cómo se hace rentable un festival cuando se renuncia a una fuente de ingresos, la de las entradas, que representa una parte importante de estos. “Nos lo hemos planteado como una inversión. No hemos conseguido patrocinios extra más allá de los que teníamos, ni de marcas ni de administraciones -explica Ruiz-. Así que la idea es reforzar el proyecto. Tuvimos que elegir entre tener algo a medio gas, con las entradas que habíamos vendido, o que hubiera más gente y se abonase el terreno para el futuro. De esta forma esperamos tener más consumo, que se deje más beneficio en el pueblo, y también que haya más gente que lo viva y quiera repetir el año que viene”.

Saturación de oferta

Lo que le ha pasado a Brillante no es algo raro en un contexto, como el de este año, que ha visto una avalancha de festivales y conciertos abarrotados pero también unos cuantos que han tenido que cancelarse o han sufrido problemas importantes. Ellos dicen a las claras lo que otros han ocultado: que no han vendido lo suficiente. "Yo creo que está bien que hablemos de esa realidad que es la sobreabundancia de festivales y eventos. Porque este problema de expectativas de ventas los han tenido prácticamente todos los que no tenían entradas arrastradas desde antes de la pandemia -sostiene Nacho Ruiz-. Por esa sobreabundancia de oferta, pero también, después del verano, por este miedo a la temporada otoño-invierno que nos están metiendo: la inflación, las restricciones energéticas, Macron diciendo que es el fin de la era de la abundancia... Muchos dicen que han cancelado por problemas logísticos, problemas de producción... que no dudo que en algun caso sea así. Pero está bien que se digan las cosas con más sinceridad".

No es la primera vez que los organizadores del festival Brillante van a la contra. En plena pandemia, cuando prácticamente todos los escenarios del país estaban todavía cerrados y casi nadie se atrevía a hacer conciertos, ellos decidieron montar una programación en dos teatros madrileños por los que, entre diciembre de 2020 y marzo de 2021, pasaron casi treinta artistas, de Rigoberta Bandini a Oscar Mulero, de Kiko Veneno a Triángulo de Amor Bizarro. En medio del desierto musical que era por entonces la capital, aquel Madrid Brillante fue un éxito luminos, y eso les animó a celebrar una edición veraniega y al aire libre en Chapinería, la localidad a poco más de 30 minutos de la capital a la que vuelven este fin de semana. El primer Festival Brillante, uno de los pocos que se celebraron en el verano de 2021, aún con el público sentado, volvió a saldarse con un triunfo.

El festival se reparte por diferentes rincones del pueblo de Chapinería, en la sierra madrileña.

El festival se reparte por diferentes rincones del pueblo de Chapinería, en la sierra madrileña. / Sharon Lopez

Además, Brillante no es un festival al uso. Aquí priman el entorno -un pueblo de verdad rodeado de naturaleza y no una de esas localidades-dormitorio que enladrillan la Sierra- y el descubrimiento de nuevos artistas, aunque estos compartan cartel con algunos nombres de sobra conocidos. Es, además, un festival diurno y donde los niños son bienvenidos. El sábado los conciertos se prolongan, como mucho, hasta las 12 de la noche. El domingo, hasta las diez. La integración con Chapinería y sus habitantes es fundamental, y el festival está diseñado para que sea beneficioso para la localidad, generando ingresos para los vecinos sin causar demasiadas molestias. Esa 'sostenibilidad' se plasma en cifras: si el año pasado los asistentes fueron unos 1.500 por jornada, este año no se debería superar en ningún caso el doble de esa cantidad. Unas dimensiones razonables.

El cartel de Brillante parece un enorme collage en el que se recogen todos los estilos posibles. Hay flamenco a cargo del cantaor Israel Fernández. Un grupo de guitarras casi post-rock como Viva Belgrado. Drill, la variación más oscura del trap, de la mano de La Xinni. Un cantautor consagrado como Nacho Vegas y una reina del pop latino como Julieta Venegas. El reguetón de Lil Ella y el "pop fino y cristalino" de Eterna Joventut. La electrónica primaria y surrealista de Mainline Magic Orchestra y la más arty y berlinesa de Sofia. Y luego una reina absoluta, Amaia, que llega a la sierra madrileña después de sumar un éxito tras otro en los últimos meses. "Intentamos ser creativos en el cartel, contando con artistas grandes pero que no son los que más se han repetido este verano, y al mismo tiempo dando la oportunidad a artistas más pequeños. Siempre con la intención de que te encuentres con algo un poco distinto. Incuso en los horarios. En los festivales españoles lo normal es que el cabeza de cartel toque a las 2 de la mañana. Bueno, aquí Israel Fernández es uno de ellos y actúa a la una de la tarde". Un rasgo de personalidad más en un festival que se esfuerza en ser diferente.

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