Entrevista

Fito Páez: “Por primera vez en la historia mundial, hay un ataque al lenguaje musical”

El músico argentino publica ‘Futurología Arlt’, un álbum instrumental, grabado con la Orquesta Sinfónica Nacional Checa y basado en la novela de ‘Los siete locos’, de Roberto Arlt, que constituye la segunda entrega de una trilogía y que presentará el 5 de mayo en el Wizink Center de Madrid y el 7 de mayo en el Auditori del Fòrum de Barcelona

Fito Paez, fotografiado en Barcelona.

Fito Paez, fotografiado en Barcelona. / Ricard Cugat

¿Qué tienen las trilogías para dar forma a unidades conceptuales para ustedes, los artistas?

En este caso representa una república anárquica en la que valía todo: estábamos en pandemia, con tiempo disponible y la máxima libertad para jugar. Pero la trilogía la fui descubriendo en el andar. Tenía dos discos compuestos, uno con la banda (‘Los años salvajes’, 2021), otro con la orquesta (‘Futurología Arlt’, 2022), y noté que me faltaba algo. Pensé que un disco de piano solo podía ser un gran cierre, y de ahí salió ‘The golden light’, que ya está grabado y mezclado. El viaje tiene un final bucólico.

Tres discos que reflejan perfiles distintos de su lenguaje musical.

Porque la música es un terreno inconmensurable, y se puede jugar y hacer cualquier cosa. Hagámoslo, pues, y no nos olvidemos de que la música está allí y que nos permite entrar en ella. Me parece que ahora estamos en un momento en que la música está tan pasteurizada, que ya no sabes quién canta el mismo tema, y este disco creo que va a llamar la atención ‘per se’.

¿A qué se refiere?

A que hoy todos los temas son iguales. Hay un ‘pattern’ (patrón) que se repite. Parece que ahora hay una música popular antimusical.

¿La industria cree haber encontrado los patrones del éxito comercial?

Claro, y por primera vez en la historia mundial hay una degradación, un ataque al lenguaje musical, una humillación de parte de los humanos. “Esto me sirve para hacer dinero y no me interesa nada de lo que suceda allí adentro”. En los 60 y 70, la música popular del mundo eran los Beatles, que eran monumentales, o la bossa nova, o Piazzolla, o Charly García. Ha habido fenómenos populares extraordinarios, como Prince. Ahora parece que la música es solo un instrumento para ser violado.

"La palabra de moda en la industria: “necesitamos contenido”. Ellos necesitan el máster, y cuanto menos dinero te puedan pagar por ello, mejor"

¿No ve innovación en figuras comerciales jóvenes como una Billie Eilish?

Veremos. Se habla y se postula mucho, y se olvida muy fácilmente para volver a postular. Hay un terreno inmenso de mujeres compositoras en Estados Unidos, y Billie está bien, la queremos, pero hay que ver si eso conduce a una renovación.

Ahora, la música es un contenido.

La palabra de moda en la industria: “necesitamos contenido”. ¡El contenido que ellos quieren! Ellos necesitan el máster, y cuanto menos dinero te puedan pagar por ello, mejor. Lo necesitan porque tienen muchas plataformas y deben seguir ganando dinero. Pero me preocupa más el fenómeno antropológico: cómo la humanidad ha generado una música al límite de la alienación, con un distanciamiento del fenómeno musical, que es profundo y tiene que ver con el cuerpo y el espíritu.

Y en este momento tan estimulante, usted va y publica un disco instrumental.

Que paradójicamente es el que más suceso ha causado en los últimos 20 años de mi vida. Quizá sea por eso, porque el álbum salta por contraparte. Llama la atención: “¿qué es esto?”. Pero hay un público para las cosas que son hermosas y que se hacen por amor.

‘Futurología Arlt’ se basa en la novela ‘Los siete locos’, publicado por el escritor argentino Roberto Arlt en 1929. Música orquestal, pero el tango está ahí. Incluso el bandoneón. 

En 1929 el tango estaba en plena acción. En el tema ‘Buenos Aires 20/30’, al final cruzo la orquesta ‘piazzolliana’ con la ‘troiliana’, y se arma una especie de rayo mágico, donde puedes ver que está Troilo y la contemporaneidad representada por Piazzolla.

¿Astor Piazzolla, Aníbal Troilo y quizá algo de Osvaldo Pugliese flotando?

Por supuesto. Los ‘riffs’ de Pugliese, pero tocados a la manera de Astor. Hay muchas cosas en el disco que pasan subterráneamente.

Después de la pandemia, o todavía en ella, nos encontramos con la guerra de Ucrania. ¿Cree que el disco conecta con la actualidad de un modo que no esperaba?

Arlt era como un profeta: te contaba lo que iba a pasar en un siglo. La llegada del peronismo en Argentina, o lo que está representado en el tema ‘La toma del mundo’, con las prácticas de guerrilla. Previó la guerra química. Es muy fuerte. Habla de pestes y de pandemias, y habla de guerra, como si fuera una condición natural.

"La guerra está escrita en el ADN humano, y cuanto más la neguemos, y más pensemos que es algo que hacen los otros, los malos, va a ser peor"

Usted ya vivió, en su primera juventud, la guerra de las Malvinas.

Soy muy fan de Clausewitz, cuyo libro ‘De la guerra’ he leído varias veces. Él decía que la guerra es algo inherente a la condición humana, y que la política es la guerra a través de otros medios. Hay algo ahí que vemos siempre como un problema del ‘otro’, cuando los motivos son siempre multifactoriales. Todos estamos demonizando a Putin, pero también hay que pensar cómo se ha preparado para que pasara esto. Yo no justifico por igual cuando veo un cuerpo muerto, pero sí me parece que la guerra está escrita en el ADN humano, y que cuanto más la neguemos, y más pensemos que es algo que hacen los otros, los malos, va a ser peor.

Netflix prepara una serie sobre su vida, basada en el libro de memorias que escribió en el confinamiento. Los ‘biopics’ deben tener un punto de conflicto: ¿cuál es el suyo?

Todo es un conflicto detrás de otro, por eso será entretenida: la muerte de mi madre, la de mi padre, la vida en Buenos Aires, los excesos… Escribir el libro fue una experiencia alucinógena, una montaña rusa. Mucho respeto a todos los que escriben autobiografías. Es un libro sobre las primeras veces, un tema que a todos nos interesa. Netflix decidió hacer un ‘biopic’ de ocho capítulos, y he estado bastante metido en los guiones. La serie te obliga a comprimir, pero está bien, es divertida.

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