Opinión | ESPEJO DE PAPEL

Paco Ibáñez con los resistentes de Madrid

Paco Ibañez

Paco Ibañez / EPC

Paco Ibáñez, 87 años, hijo de vasca y valenciano, que nació a la música cantada en 1954, suena al teléfono como un trueno, aunque carraspee. El covid pasó por él, hizo un aterrizaje de amenaza en su casa de libros, discos y comidas (que cocina él) y se largó de inmediato, "como si nos tuviera miedo, al fin y al cabo soy hijo de vasca)". El plural es por Julia, su mujer, que se llama como la protagonista de aquella canción de José Agustín Goytisolo, un compadre que forma parte de los poetas de su vida.

Él recita una lista que es también la inspiración de sus conciertos. Blas de Otero, Rafael Alberti, Luis Cernuda, Miguel Hernández… Cuando los nombra le van saliendo de la voz las canciones que corresponden, así que dice, con ese sonido invariable, duro y tierno, como si llevara en la garganta una guitarra: A galopar, Ya no puedes volver atrás, Lo que tanto se sufre, Andaluces de Jaén, Un español habla de su tierra… Su cabeza y su memoria reproducen la historia triste de la guerra de España, a cuyas cunetas y olvidos ha dedicado la vida el muchacho reivindicativo que lleva dentro… Esa canción que viene de Cernuda, Un español habla de su tierra, se la pedía Gloria Fuertes, “y cuando acababa de escucharla siempre se ponía a llorar”.

Este lunes canta en Madrid, en el Coliseum, a las 20.30. Ni sabe qué va a cantar, pero ese repertorio seguro que cae… Porque lo que canta “es alta poesía; no sé si los profesores se sirven de estos poetas para dar sus clases, pero son canciones que llegan al infinito”. Madrid, qué bien resistes. La ciudad que más tardó en caer en manos de los fascistas. “Dijo el nombre de la ciudad, me viene adentro su historia, aquellos hijos de putas fascistas, la madre que los parió, y Madrid resistiendo. La última que cayó. No tienen sentido las guerras. Hechas para cumplir ambiciones de poder. Tan inhumano”.

Ucrania le duele, en esas canciones de la diáspora española, de las muertes en las cunetas y en las calzadas, está ese símbolo ahora quemado del que es precedente nuestra propia guerra. No, no ve las imágenes de Ucrania, no tiene televisión, “hijos de su madre bombardeando. Hasta de noche, durmiendo, tengo esa angustia como de España”. ¿Y el ánimo, Paco? “Intermitente, cabreado… La ilusión acompaña contra las nubes negras… Compongo canciones, y no cancioncillas, esa música que da pena, es horrible hoy lo que consideran canción… Y es horrible que Cultura y Deportes sean un ministerio, ¡se lo tengo que decir a Pedro Sánchez! Cultura es cultura, y deportes es eso que la gente ve sentada, ¡el puto fútbol, el puto equipo, el puto gol! Ahora en Madrid voy a revivir una canción del poeta Antonio Tejeiro”. Y la canta al teléfono, como si besara al que oye.

Cantar en Madrid le emociona. Cuenta que en París tenía un amigo madrileño, castizo, que era su compañero al mus. Bartolo. “Cada vez que se ponía brava la partida decía Bartolo, como madrileño, para amedrentar a los otros: 'Con agua fría estos pollos se pelan'. Cuando cante en Madrid este lunes le dedicaré a Bartolo el concierto. Hablando en castizo. Me encanta Madrid, disfrutar Madrid, esta ciudad que soportó heroicamente contra los fachas, contra los cardenales, contra el papa”. ¿Y qué canciones nos esperan? “Y yo qué sé. Nunca sé lo que voy a cantar con estos tiempos… Pero estoy tan bien en Madrid. Cuando voy a Italia el cuerpo se me pone feliz, y en Madrid eso me pasa también”.