INFORMACIÓN

El otro Alicante en el metaverso

Empresas alicantinas empiezan a invertir en la compra de parcelas en el entorno virtual para ofrecer sus servicios

Los expertos alertan de la falta de seguridad jurídica ante situaciones que pongan en peligro estas adquisiciones

Una aplicación de móvil que permite la compra de suelo virtual en la ciudad de Alicante.

Una aplicación de móvil que permite la compra de suelo virtual en la ciudad de Alicante. / JOSÉ NAVARRO

J. A. Martínez

J. A. Martínez

El Metaverso se está confirmando como un lugar virtual en el que el usuario puede comprar parcelas en la Explanada, asistir a un concierto de un cantante de moda, o a algún congreso que se celebra en la ciudad. Un espacio en el que algunas de las grandes empresas entienden que deben estar, aunque los expertos alertan de que falta regulación.

Comprar una parcela virtual en la Explanada, en el Castillo de Santa Bárbara o abrir una delegación de una empresa donde ofertar productos dentro de la comunidad digital. En los últimos años, una tendencia revolucionaria ha tomado fuerza en el mundo digital: la compra de terrenos digitales en este entorno informático. Esta innovadora práctica ha generado un interés creciente entre inversores, empresas de la provincia de Alicante y entusiastas de la tecnología, pero los expertos alertan de la falta de una regulación que dé seguridad jurídica a estas inversiones. 

Grandes firmas nacionales ya empiezan a ver como una necesidad el tener presencia en el metaverso y así en este entorno virtual han ido desembarcando grandes firmas como Metrovacesa, el Banco de Santander, Inditex o Mercadona. Pero también hay buena representación del tejido de la provincia alicantina, donde podemos encontrar a Aguas de Alicante, la oficina de gestión tributaria Suma, la patronal del metal Fempa, o incluso despachos de abogados. Algunas de estas aplicaciones recogen recorridos virtuales por municipios punteros dentro de la industria turística, como Benidorm y otras dan la oportunidad de comprar parcelas en zonas de la recreación de la ciudad en ese entorno digital. 

Imagen de un mundo virtual donde se compran parcelas virtuales donde trabaja la empresa VersaSky.

Imagen de un mundo virtual donde se compran parcelas virtuales donde trabaja la empresa VersaSky. / PILAR CORTÉS

Todas ellas funcionan con criptomonedas y tecnología blockchain y cada plataforma suele contar con su propia divisa digital. Como en el mercado inmobiliario real, las zonas del centro y lugares emblemáticos son los más demandados. Una de estas plataformas que busca la recreación virtual de todo el planeta con las fotografías aportadas por todos los usuarios, ofrece la posibilidad de comprar parcelas con forma hexagonal en el mapa de la ciudad. Como en la realidad, casi todas las parcelas de la Explanada y la Rambla están vendidas y las pocas que quedan están a un precio que dobla a las del resto de la ciudad. Los precios no son desorbitados, cerca de 30 euros por hexágono en el centro y quince en otras zonas, según el cambio que tiene el token OVR.

Al metaverso se puede ir como visitante, pero aquel que quiere tener presencia en el entorno debe comprar uno de estos terrenos, aunque también existe la posibilidad de alquilar. A golpe de click, un edificio nuevo puede aparecer o desaparecer en cuestión de segundos. Para Joaquín Pedreño, creador de VersaSky, empresa especializada en construcción de espacios en el metaverso, la tecnología todavía está lejos de permitir la recreación exacta de una ciudad en el plano digital y uno de los entornos donde trabaja es en la plataforma Decentraland que son entornos digitales creados por los usuarios. «Tendrán como 99.000 parcelas. Hay diferentes tamaños, el 1x1 es el más pequeño. Por 400 dólares puedes comprar un terreno, pero por menos de 1.200 dólares hace dos años no encontrabas nada», explicó. Con el nacimiento del metaverso, hubo un boom inicial en el que los precios se dispararon y llegaron a alcanzarse cantidades desorbitadas. Hasta más de un millón y medio de dólares llegaron a pagarse por algunas parcelas. Los precios luego bajaron y hoy ya están en fase de estabilización.

Inversión y especulación

El director de la cátedra de Metaverso de la Universidad de AlicanteAurelio López-Tarruella, aseguró a este diario que a la hora de plantearse entrar en el Metaverso, «hay algunas empresas que lo ven como una inversión porque es un sitio en el que hay que estar y eso le da publicidad positiva, reputación. Por otro lado, hay especuladores que buscan hacer negocio con la compra de parcelas virtuales, esperando beneficios cuando se revalorice. Y hay una tercera categoría que son los desarrolladores de mundos virtuales, les va bien porque hay muchas empresas que quieren tener su representación. Ahí es donde creo que les va bien porque es por donde se mueve el mercado».

Estos entornos se convierten en excelentes escaparates donde algunas firmas pueden vender sus productos, que van desde lo físico a moda lo virtual para los avatares de Internet, e incluso eventos, desde como congresos y conciertos. Para las nuevas generaciones se trata de conceptos que tienen más que asumidos.

Recreación virtual de una oficina de Suma por VersaSky una plataforma del metaverso.

Recreación virtual de una oficina de Suma por VersaSky una plataforma del metaverso. / EPE

Uno de los aspectos que preocupa es la falta de seguridad jurídica ante posibles reclamaciones. López-Tarruella considera que Decentraland está basada en blockchain, «lo que implica que todas las adquisiciones de tierras virtuales quedan anotadas y eso permite también su transferencia y su venta a terceras personas. Es inmutable, no se puede hackear. Pero tiene la desventaja de que detrás de Decentraland no hay una empresa. Hay una fundación que se ha creado para gestionar las decisiones que toman los participantes de la plataforma». Esto supone la desventaja de que si hay algún problema, el usuario no tiene a quién reclamar. Al contrario de lo que ocurre en las plataformas de grandes corporaciones, como puede ser Meta en Facebook, donde sí que hay una empresa que responde, pero tiene el inconveniente de que es ésta la que marca lo que se puede hacer o no y controla todos los datos del usuario, explica.

La llegada de una celebridad como Neymar a una zona de estas comunidades virtuales o la apertura de la sede de una gran empresa bancaria puede hacer que el precio de ese suelo se revalorice porque va a suponer un aumento de las visitas a dicha área, explicó Pedreño. Dentro de los servicios que presta su empresa estás el asesorar a los que acuden hasta ellos sobre cómo pueden desarrollar su actividad en el metaverso y definir su modelo de negocio. «En Estados Unidos ya están más asentados estos conceptos y suelen venir con unas ideas claras de lo que quieren y cómo lo quieren», añadió. 

El riesgo del hackeo

Los expertos en Derecho consideran que el auge del metaverso requiere que se aborde un marco jurídico que ampare las operaciones que se llevan a cabo en este mundo virtual. Según Remedios Guilabert, profesora doctora de Derecho Civil de la Universidad Miguel Hernández de Elche, experta en asuntos jurídicos relacionados con las nuevas tecnologías, la compra de fincas digitales en el metaverso no existe una regulación específica para estas transacciones, lo que deja a los compradores expuestos a riesgos significativos, como el hackeo de cuentas o la falta de protección legal en caso de que se produzca el cierre del servidor o que el usuario sea baneado de la plataforma porque se considera que ha incumplido lar normas.

Remedios Guilabert dice que hay un lado oscuro del metaverso.

Remedios Guilabert dice que hay un lado oscuro del metaverso. / AXEL ÁLVAREZ

Dudas que el reciente Reglamento Europeo sobre inteligencia artificial no ha aclarado.Guilabert incidió en que no todo lo relacionado con el metaverso es lúdico y alegre, hay una cara más oscura que incluye el ser utilizado para actividades ilícitas como el lavado de dinero.

En parecidos términos opina el abogado José Barragán, experto en asuntos digitales, que considera que de momento en esta provincia «no es una cosa que no se está haciendo de forma habitual o asidua, por desconocimiento. Es como con las criptomonedas, hay quien quiere adelantarse a la novedad tecnológica antes que la normativa y quieren aprovecharse del tema. Pero olvidan que la falta de información puede hacer que un comprador sin el asesoramiento adecuado pueda ser víctima de estafas. Es como comprar un juego de Los Sims», dijo.