7 vinos raros, raros, que deberías probar

El mundo de los vinos es inabarcable: por mucho que pensemos que sabemos sobre ellos, siempre hay referencias dispuestas a sacarnos de nuestra zona de confort y dejarnos rascándonos la cabeza. Esta lista que ofrecemos es perfecta para asombrar a cuñados y otras criaturas veraniegas con botellas que les volarán la cabeza.

Terna 2022 (Vi de la Terra de Mallorca)

Vamos con uno de esos vinos mestizos, que camina sobre el alambre. A la pregunta de ¿eres más de tintos o de blancos? una respuesta que puede descolocar es: ‘lo que me gustan a mí son los vinos naranjas’. Lo que se hace con los ‘orange wines’ es fermentar las uvas, giró blanco y premsal en este caso, con las pieles durante 10 días. El resultado da ese colorín anaranjado que ya predice el nombre de la categoría. La nariz es muy frutal y la acidez está controlada. Con marisco y arroces combina muy bien.

Precio: 22 euros.

Canasta Williams & Humbert Edición Lola Flores (DO Jerez)

Entre los vinos de Jerez unos de los menos consumidos (aunque en Reino Unido opinen lo contrario) quizá sean los ‘cream’. Estos olorosos dulces pueden descolocar a muchos que no sabrán si tomarlos con un plato de carne o con un postre de chocolate. Funciona en ambos casos.

El Canasta de Williams & Humbert edición Lola Flores, que homenajea a la artista en el centenario de su nacimiento, aporta un punto más de curiosidad, convirtiéndolo en una pieza para coleccionistas.

Precio: 7,77 euros.

Tussio 2021 (Vino de la Tierra/Cantabria)

Jumilla, Bierzo, Cebreros… la cantidad de regiones vinícolas que antes ni nos sonaban y que ahora forman parte del día a día de un aficionado es enorme. En España ya se hace vino en casi todas partes. Y muy bueno. Un ejemplo es este blanco que se produce en Cantabria, muy cerquita del mar, en la localidad de Ruiloba. Juega a mirar a un lado y a otro del norte con una mezcla muy especial de las variedades hondarrabi zuri y albariño. Tiene personalidad propia y no es ni un blanco gallego ni un txakoli. Perfecto para el arte del aperitivo.

Precio: 11 euros.

Dorado de Bodegas Alberto (DO Rueda)

El que piense que Rueda es solo tierra de verdejos fresquitos anda muy pero que muy equivocado. Bodegas de Alberto lleva elaborando desde los años 40 el dorado de Rueda, nacido bajo un método de crianza oxidativa en damajuanas expuestas al sol y que envejece posteriormente en un sistema de soleras.

A pesar de su color oro hay que decir que la uva sigue siendo cien por cien verdejo, aunque su elaboración lo convierte en una bomba donde aparecen desde toques a frutos secos hasta vainilla. Es capaz de armonizar con anchoas, quesos curados y hasta foie.

Precio: 25 euros.

La Raya 2018 (Vino de la Tierra de Extremadura)

España y Portugal comparten una larga frontera que la bodega Palacio Quemado se encarga de difuminar con un proyecto que pone en primer plano precisamente esa “raya” que conecta ambos países. Este es un vino hecho en Extremadura a partir de variedades tintas propias de los amigos lusos: Trincadeira, alicante bouschet, garnacha y syrah. El resultado es un vino con eso que se llaman perfil “atlántico”.

Es decir, un tinto sumamente agradecido en cuanto a los aromas, donde aparecen notas balsámicas, especiadas y minerales. Tomarlo con carnes ibéricas sería lo suyo pero funciona bien con platos de bacalao y hasta con recetas a base de verduras con cierta enjundia.

Precio: 21 euros.

Le Naturel Pet Nat (DO Navarra)

Aunque el método ‘champenoise’ sea el más conocido con mucha diferencia para la elaboración de espumosos, hay más formas. Un ejemplo es el método ancestral, que deja que sea el propio mosto el que termine la fermentación en la botella si necesidad de azúcares añadidos.

Un ejemplo de esta recuperación la encontraos en Le Naturel Pet Nat (‘pétillant naturel’ o ‘naturalmente espumoso’), elaborado en Navarra para contentar a todos aquellos que buscan burbujas finas y con aromas y sabores brutales. Un vino para tomar en cualquier momento, desde en aperitivos alargados hasta con tablas de quesos.

Precio: 8,75 euros.

Terrenal d’ Aubert Ranci (DO Tarragona)

Lo de “rancio” puede sonar mal, pero en el caso de este vino son buenas (buenísimas) noticias. Los vinos rancios son aquellos que experimentan una crianza oxidativa, lo que, como ocurre con este blanco de la bodega Vinyes del Terrer, lo convierte en toda una experiencia. Su color casi rojizo ya anticipa que aquí hay aromas que sorprenden: desde naranja a barniz… Elaborado a partir de macabeo, sauvignon blanc, garnacha y cabernet sauvignon es un vino que va mejorando con los años y que funciona muy bien con platos de ave pero también puede ser perfecto para una sobremesa.

Precio: 20 euros.