OPINIÓN

La transformación de la banca andorrana

El sector financiero aporta el 15% del PIB de Andorra y el 5% del empleo tras un largo proceso de adaptación al entorno. El principado dejó de ser un paraíso fiscal y los bancos se internacionalizaron

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Banca Mora

Banca Mora

El sector financiero ha sido tradicionalmente un sector clave de la economía andorrana, y hoy en día todavía representa alrededor del 15% del PIB y el 5% del empleo, lo que le convierte en un sector estratégico para el país. En de los últimos años el sector bancario de Andorra ha experimentado una transformación radical.

Si nos retrotraemos al año 2005, el sistema entonces estaba compuesto por cinco bancos: Crèdit Andorrà (CA), con el 40% de cuota en recursos gestionados; Banca Mora (BM), con un 26%; Andbank, un 21%; Banca Privada d’Andorra (BPA), un 9%; y Banc Sabadell d’Andorra (BSA), el 4% restante. Una parte muy importante de estos recursos eran de fuera de balance (fondos de inversión, carteras administradas, etc.). Al mismo tiempo, los recursos de los no residentes tenían un peso muy considerable del total. Como sabemos, Andorra fue durante tiempo un paraíso fiscal, que atrajo capitales de no residentes. Para los españoles tenía la ventaja del idioma y la proximidad, lo que les permitía acercarse a revisar el estado de sus cuentas con suma facilidad.

Comisiones sin reparos

La banca privada off shore resultaba muy rentable, ya que permitía cargar a los clientes unas comisiones y unos gastos que éstos asumían sin demasiados reparos, dado que les compensaba la ventaja fiscal de no tener que declarar sus plusvalías ni sus patrimonios. Por tanto, había mucho interés en captar recursos de no residentes, dada la rentabilidad que éstos reportaban. Gracias a ello, entre 2005 y 2007 la banca andorrana alcanzó un nivel de beneficios anual de cerca de 300 millones.

La banca comercial manejaba menos recursos que la banca privada, y reportaba menores márgenes. Además, el mercado de banca comercial era, era y es, un mercado pequeño, maduro y con una gran fidelidad de los clientes. Debido a ello se hacía muy difícil incrementar la cuota de mercado en banca doméstica. Prueba de esto es que BSA, a pesar de la potencia de tener a Banco Sabadell detrás, en 21 años sólo llegó a conseguir una cuota en Andorra del 10%.

En resumen, la banca doméstica no crecía o crecía muy poco, la banca privada para no residentes no paraba de recibir recursos del exterior, que se gestionaban de forma opaca al fisco, y los bancos no se internacionalizaban, ya que no les hacía falta.

De cinco a tres

Hoy en día, la situación es muy distinta. En lugar de cinco bancos hay solo tres, dado que en el 2021 BM adquirió BSA y CA compró Vallbanc (entidad continuadora de la BPA). Andorra, desde 2017, dejó de ser un paraíso fiscal, por lo que carece de la principal ventaja competitiva de la que disfrutó durante tiempo. Actualmente las entidades bancarias están obligadas a compartir la información fiscal con otros países, han desaparecido las cuentas numeradas y se ha puesto coto al blanqueo de capitales. Debido a la pérdida de las ventajas fiscales, los clientes son hoy más reacios a pagar las comisiones.

Actualmente todos los bancos se han internacionalizado. Gracias a ello el 60% de los recursos gestionados por la banca se captan fuera de Andorra. Andbank es la entidad que más ha incrementado su actividad en el exterior, sobre todo en España, Luxemburgo y Mónaco, lo que le ha permitido ser el líder en cuota de recursos gestionados (un 50%). No obstante CA sigue dominando el mercado de Andorra, tanto en recursos, como en inversión crediticia.

Por otro lado, la ratio de solvencia del sector sigue siendo elevada, por encima del 17%, superior a la media de los bancos europeos, y desde el 2018 existe un fondo de garantía de depósitos que proporciona una mayor seguridad al dinero que los clientes tienen en cuentas bancarias. Un reciente estudio entre la población andorrana concluye que el nivel de confianza con las entidades financieras del país es 3,9 sobre 5.

Con respecto a la actividad de banca privada, los tres bancos hoy existentes se han granjeado una buena reputación, gracias a su profesionalidad, su seriedad y su buen trato, lo que les permite competir en igualdad de condiciones con las mejores entidades de banca privada de otros países.

La gran transformación experimentada es debida tanto a factores internos como externos. Por lo que respecta a los internos, en primer lugar, el afán de crecimiento de dos entidades que se encontraban en el tercer y cuarto puesto del ranking por tamaño, es decir, Andbank y BPA. Dada la dificultad de aumentar su cuota de recursos en Andorra, ambas entidades iniciaron un intenso proceso de internacionalización. En el caso de Andbank con adquisiciones y crecimiento orgánico, y en el caso de BPA a través de adquisiciones (Banco de Madrid, y las gestoras Nordkapp y Liberbank Gestión). 

La estrategia de expansión internacional permitió a Andbank convertirse en el 2012 en el líder en recursos gestionados, y a BPA aumentar su cuota del 9% al 18%. No obstante, la rápida trayectoria ascendente de BPA se vio truncada en el 2015, cuando la Autoritat Financera Andorrana (AFA), a petición de la división de crímenes del Tesoro de EEUU, intervino la entidad y sustituyó a su primer ejecutivo por presuntas malas prácticas en materia de blanqueo de capitales. Con todo, esta crisis reputacional no repercutió en la actividad de los clientes, ya que entre 2015 y 2016 los recursos gestionados totales de la banca no descendieron.

En cuanto a los factores de carácter externo, el más importante fue la entrada en vigor en el 2017 del intercambio automático de información fiscal entre Andorra y la mayoría de los países (anteriormente, la amnistía fiscal del 2015 del exministro Montoro ya supuso un reto y una amenaza para la banca off shore). Existía una gran incertidumbre sobre cuál iba a ser la reacción de los no residentes. Con todo, las consecuencias finales no resultaron tan negativas para el sistema como se preveía. Si bien es cierto que entre el 2015 y el 2018 los recursos gestionados en Andorra disminuyeron en unos 5.000 millones (un 20,3% del total), este descenso se vio compensado, en parte, por un incremento de unos 2.000 millones de recursos obtenidos fuera de Andorra.

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Otro factor externo ha sido la actuación de la AFA, que ha obligado a mejorar la gobernanza de los bancos, de sus consejos de administración y de los equipos de dirección y ha vigilado que las entidades calibraran al máximo sus riesgos. Por otro lado, la Unitat d’Intel·ligència Financera d’Andorra (UIFAND) ha sido también un organismo clave para controlar el blanqueo de capitales.

Retos superados

En resumen, los bancos andorranos han superado adecuadamente los importantes retos que se les han ido presentando a lo largo de los años, y ahora, ya transformados, y con la ayuda de unos tipos de interés positivos, pueden retomar la senda del crecimiento y de la rentabilidad.