Opinión | MIRADAS

Hoy puede ser un gran día

Si se está en el mercado, siempre surgen oportunidades, hechos impredecibles

El libro 'El ojo mágico' llegó a vender 800.000 ejemplares en España

El libro 'El ojo mágico' llegó a vender 800.000 ejemplares en España / EPE

Hacia finales de 1993, en uno de los comités editoriales de Ediciones B, del Grupo Zeta, uno de los editores del Área Infantil y Juvenil presentó un libro rectangular en tapa dura. Se lo había ofrecido la Agencia Yáñez. Él no tenía del todo claro qué nos estaba presentando y sobre todo su posible comercialidad.

Queda mal decir que yo lo pillé al instante, pero no es mérito exactamente mío. Hay una explicación: en la librería Tocs -cerrada hoy, como muchas otras- de la calle de Consell de Cent de Barcelona, tenían a la venta unas láminas muy grandes para colgar y que se viera lo que escondían. Solo las vi allí, uno o dos meses antes. Es decir, ya estaba semienterado del quid de la cuestión.

Decía que en un comité editorial un editor nos presentó en enero de 1993 un libro rectangular titulado The magic eye, en traducción El ojo mágico. Solo había texto explicativo en la cubierta de cartoné brillante, el contenido de las páginas eran imágenes. Estaba previsto que nuestros ojos se dirigieran hacia un punto más allá de cada imagen y mirándolo fijamente (delante no tenías más que una serie de puntos y hologramas que no decían nada en sí mismos ) aparecía un dibujo nítidamente: o la Torre Eiffel, o un personaje de Walt Disney, o una cara, o una montaña, miles de imágenes en miles de páginas.

Cada página contenía una imagen, pero al ponerte a mirarla -por mucho que te hubieran persuadido- solo veías puntos y hologramas. Eso, claro está, la primera vez que mirabas. Y como la gente que te rodeaba estaba todo el rato exclamando "¡mira!, ¡qué bonito!, ¡alucinante!", acababas por volver a intentarlo. Cada uno veía la imagen en función de sus ojos y sus cualidades para parpadear o no. Pero, en unos cuantos intentos, todos alucinábamos.

Diversidad de opiniones

La verdad es que ese comité fue bastante loco, porque unos veían y otros no, unos decían que no se vendería y otros que sí, teníamos opiniones de todos los colores. Tanto Blanca Rosa, que era muy lanzada, como yo presionamos para contratarlo. Pasada la oferta para 3.000 ejemplares por parte del editor, llamé off the record a Montse Yáñez, con quién tenía muy buena relación humana, cosa que mantengo, y le dije que hiciera lo posible para que nos lo dieran, que le tenía muchas ganas. Y nos lo dieron.

Pero, claro, ante un libro al que le veía muchas posibilidades comerciales -no me pregunten por qué- no podía esperar mucho para publicarlo. Además, temía que otros editores extranjeros lo ofrecieran a otros editores españoles. Y quien da primero da dos veces, eso es así, aunque haya pasado mucho tiempo.

800.000 libros vendidos

La ventaja es que había poco texto para traducir y teníamos un departamento de producción que, si era necesario, trabajaba a toda máquina. Salimos a mediados de febrero con 6.000 ejemplares, ya que con la mitad no tenía ni para empezar a repartirlo por el país. En la editorial hicimos apuestas de si se vendería o no, y cuántos ejemplares.

Ya cercano Sant Jordi, la fiesta del libro en Catalunya, se me ocurrió hacerlo en catalán. Es decir, con portada y contra en catalán, ya que el interior no cambiaba; tenía poco que perder. Sospechaba que se podían vender unos cuantos… ¡Nunca pensé que serían 60.000!

Solo diré que en diciembre tuve que discutir con mi equipo comercial porque querían más reimpresiones para Navidad, y me negué. Pensé que sería lluvia de verano y que con más de 700.000 ejemplares vendidos y con 150.000 en los puntos de venta era suficiente. Que el fenómeno no traspasaría las fiestas. Y, además, Blume había aparecido muy retrasado con versiones similares. Fue uno de los libros que más nos devolvieron, casi 40.000 ejemplares, pero habíamos vendido más de 800.000 libros en un año

Escribo este texto para recordar, alentar y dar esperanzas a todos los editores. Si se está en el mercado siempre surge una oportunidad, siempre. El tema está en pillarla o dejarla escarpar. Pero estos fenómenos continúan hoy en día en nuestro impredecible sector. Ánimo editora. Ánimo editor. Quizá el próximo caiga en vuestras manos.