PERFIL

Roberto Saviano, vida y obra en un ataúd

Su último libro, 'Los valientes están solos', es una novela sobre la figura del juez Giovanni Falcone, el mayor azote histórico contra la Cosa Nostra

El escritor italiano Roberto Saviano.

El escritor italiano Roberto Saviano. / JOSÉ LUIS ROCA

Sabíamos que volábamos a Roma a entrevistar a Roberto Saviano. No sabíamos nada más. Toda la organización corría a cargo de su nueva editorial, Feltrinelli, ergo Anagrama en español, verano de 2011. Un coche nos recoge en Fiumicino y atraviesa el pesado tráfico de la ciudad hasta depositarnos en un hotel de la glamurosa Via Veneto. ¿Iba a meterse el escritor perseguido en la madriguera del lobo? Eso parecía.

Varios litros de té después, en el hall del hotel se produce un enorme revuelo: una horda de sabuesos recorren sus más recónditas esquinas olfateando cortinas, ascensores, escalera de incendios y todo aquel reducto capaz de esconder a) un arma b) un sicario. Una buena hora después, un raudo despliegue policial hace su aparición a las puertas del hotel, la operación sabueso se repite y, enseguida, nos reclaman en el piso cuarto.

Una pléyade de hombres armados se apostan a lo largo del recorrido hasta la habitación, en cuya penumbra encontramos al escritor flanqueado por tres guardaespaldas. Durante una hora conversamos sobre los males que entonces aquejaban a su país, magistralmente diagramado en Vente conmigo.

Se cumplían apenas cinco años de su condena a muerte a manos de la Camorra napolitana después de que el 17 de septiembre de 2006, el entonces filósofo y periodista (27 años) se levantara ante el auditorio de su natal Casal di Principe en medio de la presentación de Gomorra (guía práctica y detallada de las mafias italianas) y apuntando con su dedo acusador a los capos allí presentes, les gritara: "¡Marchaos, no sois de esta tierra!".

Su condición burguesa salvó su infancia de caer en las redes del crimen que desde tan joven lleva destripando

Escribir como resistencia

Corría 2011 y Saviano aún hablaba con orgullo de su proeza: "La Mafia tiene miedo de mis lectores [10 millones de ejemplares había vendido aquel primer libro, traducido a 50 idiomas; película, serie, etcétera]. No han conseguido callarme, escribir es una acción de resistencia. La Mafia me odia por mi capacidad de contar: no soy un periodista especializado sino un pensador que escribe, y eso es lo que les molesta".

Hijo de un médico y una curadora de arte en Caserta, donde se crio (Nápoles, 1979), su condición burguesa salvó su infancia de caer en las redes del crimen que desde tan joven lleva destripando y sirviéndonos en bandeja con su buen hacer literario. Pero estos 18 años malviviendo con identidades falsas en cuarteles policiales, pisos francos, paraísos sin nombre ni coordenadas cartográficas le han creado una neurosis y un síndrome depresivo agudo.

Con no poca tristeza leo estos días las declaraciones vertidas en torno a su último libro, Los valientes están solos, novela sobre la figura del juez Giovanni Falcone, el mayor azote histórico contra la Cosa Nostra que no obstante, en 1992, voló por los aires junto a su esposa y escoltas propulsados por 1.000 kilos de explosivos, por orden directa de Salvatore Riina.

Media docena de veces han silbado las balas en sus orejas y han extirpado el veneno mortal de sus vísceras. El ataúd que lleva encima ha mermado visiblemente sus fuerzas: "Estoy al final, no puedo más. Y no, no ha merecido la pena: mientras exista el capitalismo, existirá la mafia", dice ahora.

'Los valientes están solos'

Roberto Saviano

Traducción de Juan Manuel Salmerón Arjona

Anagrama

592 páginas

24,90 euros