EUROVISIÓN 2022

¿Debería Ucrania ganar Eurovisión 2022?

Casi toda Europa se ha volcado con Ucrania desde la invasión rusa; un apoyo extrapolable a Eurovisión, donde la canción ucraniana es la máxima favorita

Kalush Orchestra, el grupo ucraniano candidato para Eurovisión 2022

Kalush Orchestra, el grupo ucraniano candidato para Eurovisión 2022 / EUROVISIONWORLD

Héctor González

Héctor González

Desde hace poco más de dos meses, Europa vive sumida en una crisis bélica, política, social y económica que hasta hace nada parecía cosa de un pasado terrible pero lejano. La invasión rusa de Ucrania ha despertado los fantasmas olvidados del cruento siglo XX, aunque también ha renovado el espíritu de unidad y solidaridad de una Unión Europea volcada con el pueblo ucraniano. En este contexto, el festival de Eurovisión 2022 se presenta como una cita que excede lo meramente musical para convertirse en un refugio cultural en medio de la barbarie.

El próximo sábado 14 de mayo tendrá lugar la final del Festival de la Canción de Eurovisión en el Pala Olimpico de Turín, Italia, y Ucrania parte como la gran favorita en todas las quinielas para hacerse con el micrófono de cristal. En un principio, el dúo italiano Mahmood y Blanco era el mejor situado para ganar el concurso, pero la contienda ha provocado un vuelco en las previsiones, aupando hasta la primera posición a la banda de rap ucraniana Kalush Orchestra, liderada por Oleh Psiu.

En concreto, las casas de apuestas dan un 34% de probabilidades de victoria a Ucrania, notablemente por encima de Italia (17%). La canción con la que compiten es 'Stefania', un tema compuesto íntegramente en ucraniano por Kalush Orchestra. El quintento, formado hace poco más de un año, comenzó haciendo hip hop, para después evolucionar hacia una fusión experimental de rap y folk ucraniano. La pieza es una oda a la maternidad, personificada en Stefania, madre del vocalista.

¿Debería 'Stefania' ser la canción ganadora de Ucrania 2022?

Eurovisión nació como un proyecto apoyado por la OTAN para reunificar Europa a través de la música y la cultura tras la Segunda Guerra Mundial. Un objetivo que la Unión Europea de Radiodifusión (UER) siempre ha intentado disfrazar de apolítico, conminando a los participantes a evitar cualquier tinte político en sus actuaciones y votaciones. Sin embargo, los acontecimientos de este año hacen muy complicado que el show no quede impregnado por la situación geopolítica.

Para empezar, Rusia está expulsada de la 66º edición del festival desde poco después del inicio de la invasión de Ucrania. Para continuar, está el propio periplo vivido por la candidata ucraniana. En la preselección realizada en el país, la ganadora fue Alina Pash; sin embargo, cuatro días después de la gala, trascendieron unas fotografías de la cantante con la bandera rusa y el rumor de que había viajado a Crimea, lo que desembocó en su renuncia y la elección de Kalush Orchestra. Desde entonces, la banda se ha convertido en la gran favorita para ganar Eurovisión; una decisión que, aunque no esté exenta de política, parece razonablemente justa.