CONTAMINACIÓN

Una mosca se ha posado en mi comida: ¿debo tirarla?

Una pregunta que muchos nos hacemos cuando vemos a un insecto revolotear sobre nuestro plato

El invento para atrapar moscas que se ha viralizado

Así puedes ahuyentar las moscas este estío

Así puedes ahuyentar las moscas este estío / Pixabay

H.G.

Esta es una pregunta que muchos nos hacemos cuando vemos a un insecto revolotear sobre nuestro plato. ¿Qué riesgos hay de que nos contagie alguna enfermedad? ¿Es mejor desechar la comida o podemos seguir comiéndola sin problemas?

Lo primero que hay que saber es que las moscas son portadoras de muchos microorganismos, como bacterias, virus, hongos y parásitos, que pueden transmitirnos si entran en contacto con nuestra comida. Algunas de las enfermedades que pueden causarnos son la salmonelosis, la disentería, el cólera, la tuberculosis o la lepra, entre otras.

Sin embargo, no todas las moscas son iguales ni todas las comidas tienen el mismo riesgo de contaminación. Hay varios factores que influyen en la probabilidad de que una mosca nos enferme, como el tipo de mosca, el tipo de comida, el tiempo que la mosca estuvo sobre la comida, la temperatura ambiente y el estado de nuestra salud.

Las moscas domésticas, las más peligrosas

En general, se puede decir que las moscas domésticas (Musca domestica) son las más peligrosas, ya que suelen alimentarse de materia orgánica en descomposición, como basura, heces o cadáveres, y luego pueden posarse sobre nuestra comida y dejar sus excrementos, sus huevos o sus patas sucias. Estas moscas pueden transportar hasta 100 millones de bacterias en su cuerpo y hasta 6 millones en sus patas.

Por otro lado, el tipo de comida también influye en el riesgo de contaminación. Las comidas más húmedas, blandas y ricas en proteínas son las más propensas a albergar microorganismos y a favorecer su crecimiento. Por ejemplo, la carne, el pescado, los huevos, los lácteos o las frutas y verduras cortadas. Estas comidas deberían estar siempre refrigeradas o cubiertas para evitar el contacto con las moscas.

Cuanto más tiempo y más calor, peor

El tiempo que la mosca estuvo sobre la comida también es importante. Cuanto más tiempo esté la mosca, más posibilidades hay de que deje sus microorganismos. Según un estudio realizado por investigadores de la Universidad Estatal de Pensilvania, una mosca puede contaminar una comida en solo cinco segundos.

La temperatura ambiente también afecta al riesgo de contaminación. A mayor temperatura, mayor actividad de las moscas y mayor crecimiento de los microorganismos. Por eso, es recomendable evitar dejar la comida al aire libre en verano o en lugares cálidos.

Finalmente, el estado de nuestra salud también influye en nuestra capacidad de resistir a las infecciones. Las personas con el sistema inmunitario debilitado, como los niños, los ancianos, las embarazadas o las personas con enfermedades crónicas, son más vulnerables a los microorganismos que puedan transmitirnos las moscas.

En conclusión, si una mosca toca la comida, no hay una respuesta única. Depende de muchos factores y del nivel de riesgo que estemos dispuestos a asumir. Lo más seguro sería tirar la comida o al menos cortar la parte afectada. Pero si se trata de una comida seca, dura o cocinada y la mosca solo estuvo un instante sobre ella, quizás podamos seguir comiéndola sin mayores problemas. Lo importante es tener siempre unas buenas prácticas de higiene alimentaria y evitar el contacto entre las moscas y nuestra comida.