CASTILLA Y LEÓN

El pueblo más longevo de España está en Segovia y tiene Centro de la Juventud: "Con 80 años ahora se es joven"

Los 15 habitantes empadronados en Ventosilla y Tejadilla tienen una media de edad de 75,10 años

En verano se juntan 300 personas en el pueblo, que tiene frontón, área recreativa, consultorio médico y Casa de la Cultura. "Aquí se está fenomenal"

Santa, de 82 años, fue alcaldesa de Ventosilla y Tejadilla hasta el año 2020.

Santa, de 82 años, fue alcaldesa de Ventosilla y Tejadilla hasta el año 2020. / EPE

Roberto Bécares

Roberto Bécares

A Félix Hernanz, 76 años, se le asoman las lágrimas al recordar a su padre, que vivió la hambruna de la dictadura y sacó adelante a la familia con su mujer en el pequeño pueblo de Ventosilla y Tejadilla (Segovia), al pie de Prádena, donde casi todos vivían de la agricultura y la ganadería. Los hijos, ya mayores, entre ellos Félix, salieron a buscar fortuna a la gran urbe, y el padre lo sintió mucho: "¿Y ahora os vais a ir?". "Yo le prometí que volvería, y lo hice, estuve trabajando fuera toda mi vida, 14 años en el País Vasco, pero volví y me construí una casa. Cumplí mi promesa", relata Félix, exfuncionario de PAS de universidad y que no puede evitar emocionarse. Por los recuerdos. Por el orgullo. Porque hay pocas cosas tan bonitas como volver a las raíces. Volver al pueblo.

Un obrero trabaja en la reforma del muro de una de las casas del pueblo.

Un obrero trabaja en la reforma del muro de una de las casas del pueblo. / EPE

Y éste, en concreto, tiene un encanto especial. "Estamos muy orgullosos de él". Ubicado en una zona verde de monte, entre enebros, sabinas y encinas, se divide en tres barrios, núcleos urbanos separados entre sí, pero unidos por una carretera y por un camino. Dice la leyenda que la primera familia que se instaló aquí tenía tres hijas que se llevaban mal y decidieron construir tres casas separadas (Casas Altas, Ventosilla y Tejadilla) para que no riñeran. Y las casas se convirtieron en pedanías. El Ayuntamiento, al que Félix ha venido esta mañana a hacer unas gestiones, está en Tejadilla. Parece nuevo. La fachada la arreglaron hace no mucho con un presupuesto de 6.000 euros. Así reza el cartel explicativo de la obra. 

Vista del Centro cultural y el Ayuntamiento de Ventosilla y Tejadilla.

Vista del Centro cultural y el Ayuntamiento de Ventosilla y Tejadilla. / EPE

Ya se ha adentrado en la península la que puede ser última ola de frío, pero cuando el sol se despoja de las nubes se está bastante a gusto. Dos obreros están arreglando el muro de una casa de madera. "Aquí poca gente vas a encontrar", advierten. En los tres diseminados hay coches, pero no se ve gente por la calle, hasta que llega Félix a eso de las 10.30 de la mañana: "Yo vengo al pueblo siempre que puedo, tengo animales, además".

Antigua fragua

El edificio pegado al Ayuntamiento es la Casa de la Cultura y un poco más allá, junto al frontón y la antigua fragua rehabilitada, está la Casa de la Juventud, un edificio que contrasta con el dato que arroja el último Padrón del Instituto Nacional de Estadística (INE) y que convierte a Ventosilla en el municipio más envejecido de España. Sus 15 habitantes empadronados (10 hombres, 5 mujeres) tienen una media de edad de 75,12 años. "Hay mucha gente empadronada que no vive aquí, en invierno vive poca gente de forma permanente, pero en verano igual nos juntamos 300 personas", cuenta Félix.

De los empadronados, varios viven en Madrid o Segovia durante el invierno y vienen cuando hace bueno, “cuando se despeja”, como dicen los oriundos, porque aquí, con el aire puro, se "está muy a gusto" y se duerme a pierna suelta. De los mayores la única que está todo el año es Santa Matesanz, que sale a recibirnos con un chambergo verde y unas botas de faena -hasta hace poco tuvo ganado con su marido, que también vive con ella en una bonita casa de piedra-. Santa tiene 82 años y hasta el año 2020 fue alcaldesa del municipio. “Aquí ha llegado a haber hasta 35 casas habitadas dedicadas a la ganadería o la labranza”, explica la jubilada, que asegura que sale del pueblo sólo cuando tiene que “hacer un viaje” porque “aquí se está fenomenal”.

Vista de una de las cruces del calvario de Ventosilla y Tejadilla.

Vista de una de las cruces del calvario de Ventosilla y Tejadilla. / EPE

Es media mañana y llega la furgoneta de venta ambulante de comida, que tiene desde leche a merluza congelada. Dice Santa que ha sido “muy feliz” siendo alcaldesa, porque ha tenido secretarias “maravillosas”, aunque admite que ha tenido “altibajos” y quebraderos de cabeza, como cuando los más jóvenes hacían gamberradas -“Te cogían los bancos y te los llevaban a otro lado”- o cuando una persona llevó a juicio al Consistorio por una finca, y el Ayuntamiento acabó ganando: “Al final fue una alegría”.

Durante sus mandatos -estuvo 20 años en el Consistorio, cuatro de mano derecha del alcalde- se hicieron obras en las fosas de agua sucia, en el vertedero municipal, se reformaron las calles y se instaló la purificadora. También se realizaron las grandes obras, como la reforma de los edificios municipales, que muchos se caían a cachos, o el área recreativa, que tiene juegos para los más pequeños y aparatos para que los mayores hagan ejercicio. “He trabajado mucho por el pueblo”, concluye Santa.

Fibra óptica

En el pueblo la cobertura va a ratos y muchos lamentan que la fibra óptica esté extendida por el municipio, pero no puedan entrarla a las casas todavía por “no sé qué problema dicen que hay”, explica Raquel, la hija de Santa, sobre uno de los debes del pueblo, que llegó a tener cerca una mina de arena silicia, y hasta un minicampo de golf con varios hoyos. “El dueño quería que se lo diéramos todo hecho y ahora está abandonado”, aseguran en el pueblo, que espera con entusiasmo el Día de la Matanza, que se celebra este mes a al que vienen a la antigua fragua “unas 150 personas”, miembros de la Asociación amigos de nuestra tierra, a comer “morro, panceta y chuletas”, cuenta Félix.

Félix y Faustina posan en su pueblo, Ventosilla y Tejadilla.

Félix y Faustina posan en una calle de su pueblo, Ventosilla y Tejadilla. / EPE

Aunque hoy cuesta encontrar a vecinos, el pueblo se llena de bullicio en verano, cuando el centro cultural de la asociación funciona como bar - "se paga 15 euros al año de cuota, una ridiculez", dice Félix-, y los más mayores juegan la partida y se organizan actividades culturales, como “obras de teatro”. Aun así, una de las cosas que más vida da es que “hay mucho porcentaje de jóvenes en verano”. Paran mucho en la Casa de la Juventud, donde tienen hasta una mininevera “y un futbolín”.

Hay centro médico, pero el doctor viene una vez al mes porque, claro, en invierno no suele haber nadie. Si hay urgencias hay que ir a Sepúlveda o Segovia. “A mí no me interesa empadronarme la verdad porque si lo de los médicos está mal en Madrid imagínate aquí”, cuenta Faustina, que tiene 78 años y viene “temporadas largas” al pueblo, que es el de su familia. “Si es que me he gastado el dinero aquí”, razona socarrona.

Vista del área recreativa, el frontón y la Casa de la Juventud.

Vista del área recreativa, el frontón y la Casa de la Juventud. / EPE

“Cada dos por tres vuelve a Madrid a pagar los gastos y ver si me han destrozado la casa”, vuelve a bromear la mujer, que preguntada por el récord de edad de los vecinos, no le sorprende. “Antes con 70 años eras viejo, pero ahora con 80 eres joven”, suelta mientras llama a su perro, un bodeguero, con el que sale a hacer su paseo matinal. El atractivo del pueblo, que tiene incluso un calvario -conjunto de cruces que rememora el 'vía crucis'- atrae incluso a gente que no tiene sus raíces aquí. Hay tres casas rurales y familias de Madrid que se han hecho casa, como Dolores y Miguel. “Lo conocimos hace 20 años de rebote, y nos gusta mucho. En verano tiene mucho ambiente”, aseguran en la vuelta de su paseo matinal.