SUMAR-PODEMOS

El PSOE presiona a Díaz para que lance su candidatura y ayude en las autonómicas

El propio Sánchez se muestra inquieto ante su tardanza porque si no llega a un acuerdo con Podemos la continuidad del Gobierno de coalición es casi imposible

En la dirección socialista creen que la organización territorial que conserva la formación morada puede ayudar a Díaz para que "no le pase como a Errejón"

Sánchez y Díaz

Sánchez y Díaz / José Luis Roca

El PSOE empieza a inquietarse ante la falta de concreción del proyecto político de Yolanda Díaz, de quien depende el reto de aglutinar el voto de la izquierda a la izquierda de los socialistas que permita reeditar el Gobierno de coalición. Sin una única lista en este espacio, optar a una segunda legislatura sería casi inalcanzable para Pedro Sánchez. Pero, a menos de un año para las elecciones generales y a cuatro de las municipales y autonómicas, la vicepresidenta segunda ni siquiera ha confirmado oficialmente que encabezará una candidatura.

Aunque, previsiblemente, podría hacerlo en los próximos días, su tardanza ha disparado la inquietud del PSOE que ni entiende el retraso ni sus reticencias a dar cabida en las listas a dirigentes de la formación morada. Con el arranque de 2023 el reloj ha comenzado a correr para Ferraz. A la dirección socialista le gustaría que, a estas alturas, no existiera tanto ruido a su izquierda y que Sumar -la plataforma política de Díaz- fuera ya una realidad en las autonómicas. Por eso, según ha podido saber este diario, las "presiones" sobre la vicepresidenta se han incrementado en las últimas semanas. Tanto para que dé ya un paso al frente como para que, a continuación, pacte con Podemos su participación en las listas.

Es un asunto que, explican fuentes conocedoras, "preocupa" a Sánchez y sobre el que pregunta de manera recurrente a la vicepresidenta. Pero esta urgencia para que lance su proyecto no procede sólo del PSOE sino de muchos otros entornos afines, interesados en la continuidad del Ejecutivo de coalición. Como publicó EL PERIÓDICO DE ESPAÑA, el propio ex presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, ha ejercido de mediador entre Díaz y Pablo Iglesias para que cierren un acuerdo.

Hay ansiedad en la Moncloa y en Ferraz sobre la posibilidad de que este entendimiento finalmente no se produzca y haya dos candidaturas -una de Díaz y otra que encabezaría Irene Montero- pero también sobre las consecuencias que el silencio de la vicepresidenta y las desavenencias con Podemos pueden tener en las autonómicas. En la dirección socialista mantienen que sus barones gozan de muy buena valoración en las encuestas pero temen que una bajada de los morados, de IU o de ambos si se presentan conjuntamente, haga peligrar una suma de la izquierda que sustenta la mayoría de sus gobiernos autonómicos

EL PRECEDENTE DE ERREJÓN

Por ello piensan que el impulso de la vicepresidenta podría ayudar a este espacio a conseguir un buen resultado en las autonómicas. Y también que la organización que Podemos aún conserva en los territorios ayudaría a Díaz en su proyecto para que, apuntan, "no le pase como a Errejón", en referencia a que pese a su popularidad sólo logró dos diputados por Madrid y uno por Valencia, éste gracias a la coalición con Compromís. Fuentes socialistas sostienen también, en línea con los planteamientos de Zapatero, que Díaz debe ser capaz de llegar a un pacto con Iglesias aunque eso suponga aceptar en su listas a personas que no le convencen. Esto es algo que sucede "siempre", destacan, "todas las personas de las candidaturas al Congreso no las pone Pedro Sánchez, él también tiene que ceder". 

Por el momento, Díaz está decidida a no hacer campaña en las autonómicas salvo en aquellos lugares donde existan acuerdos amplios y su pretensión parece ser esperar a que pase la cita de mayo para sentarse a negociar con Podemos. El propio Iglesias en la Universidad de Otoño del partido, se reveló contra ese calendario:  “En las municipales y autonómicas, hay quien piensa que es un buen momento para que Podemos e IU desaparezcan para así dejar campo abierto para una nueva izquierda. El nivel de ingenuidad de tal planteamiento es sonrojante”. 

MÁS DE UN AÑO DE PRESIONES

Las presiones a Yolanda Díaz para que acelere los acuerdos están presentes desde el mismo germen de su proyecto, en el acto de Valencia de noviembre de 2021 que fue adelantado por este medio. Pablo Iglesias, que se estrenaba por entonces como tertuliano, ya llamaba a la dirigente a “cerrar pronto” el papel de las distintas formaciones, con el objetivo de asegurar la preponderancia de Podemos en su plataforma. 

Pero, lejos de asumir estos consejos, la dirigente se mantuvo firme frente a las distintas exigencias de Podemos, que por entonces aún la consideraba su candidata. El punto de inflexión llegó en las elecciones de Andalucía, cuando Díaz se abogó por la candidata de IU frente a la pretensión de los morados de poner a uno de los suyos al frente de la lista. Después de fortísimas tensiones, ambas fuerzas alumbraron in extremis un acuerdo andaluz que se demostró fallido desde el primer momento y que agrandó la brecha entre Díaz y Podemos

Díaz comenzó en verano la construcción de su proyecto -el llamado ‘proceso de escucha’-, con una serie de actos que se extienden hasta ahora. Y mientras tanto, Podemos ha ido aumentando las condiciones para el acuerdo, exigiendo el modelo de una coalición con Sumar, exigiendo “respeto” y retirándole a Díaz el título de candidata mientras situaban a Irene Montero como posible alternativa. “La mejor candidata es la que garantice la unidad”, han defendido en las últimas semanas. 

El intento de los morados de aumentar su control sobre la eventual candidatura -y las listas electorales- ha aumentado las tensiones del espacio rozando el punto de no retorno. Incluso los sectores más próximos a Díaz le han reclamado acelerar sus pasos para evitar el choque de trenes con Podemos. Una empresa que tiene a Ada Colau a la cabeza, que trata de mantener los puentes entre ambas partes. En el PSOE existe mucho temor a que en cualquier momento Iglesias confirme a Montero como candidata y ya no sea posible llegar a ningún acuerdo.