Repercusiones del choque institucional

La crisis judicial une al PSOE y afianza el apoyo de ERC a Sánchez

Los socialistas celebran que el conflicto con el Constitucional eclipse la polémica sobre la malversación | Sánchez agradece la mano tendida de los republicanos a la nueva ley que permitirá renovar el TC

Pedro Sánchez durante la sesión de control al Gobierno en el Senado, este miércoles.

Pedro Sánchez durante la sesión de control al Gobierno en el Senado, este miércoles. / DAVID CASTRO

Juan Ruiz Sierra - Pilar Santos

El PSOE considera que el inusitado choque entre el Poder Judicial y el Legislativo puede llegar a tener efectos beneficiosos. Ahora que el

Tribunal Constitucional

(TC) ha impedido que el Senado vote las nuevas condiciones para la renovación de los magistrados de este organismo, los socialistas hacen balance de daños. Están preocupados por el descrédito institucional que el conflicto trae consigo, pero al mismo tiempo creen que en términos electorales saldrán mejor parados que el PP. 

En la Moncloa y la dirección del PSOE ofrecen dos argumentos: el enfrentamiento político-judicial ha logrado dejar en un segundo plano la polémica interna por la rebaja de la malversación pactada con

ERC

, que estaba suscitando críticas no solo entre los barones del partido sino también en las bases, y al mismo tiempo ha permitido volver a unir el bloque de la investidura. La prueba de este último efecto se verá de forma inminente, cuando los socialistas y sus socios que hicieron posible la reelección de Pedro Sánchez registren una proposición de ley específica que recupere las enmiendas cercenadas por el Constitucional. 

Según las mismas fuentes, el rumbo que ha tomado el PP, negándose a renovar el Poder Judicial 

y “deslegitimando” al Parlamento, beneficiará dentro del espectro conservador a la extrema derecha de Vox. Pero no solo eso, continúan: también ha puesto de manifiesto que la labor de oposición en España, en realidad, está liderada por los seis magistrados conservadores del TC, que fallaron a favor de parar la votación en el Senado con el voto en contra de los cinco miembros progresistas del máximo intérprete de la Carta Magna, y no por

 Alberto Núñez Feijóo.

“Con lo bien que estaba Feijóo cuando el principal debate era la reforma de la malversación, intentando hacernos daño por no combatir con suficiente dureza la corrupción. Ese era un debate muy complicado para nosotros”, se felicita un ministro. 

En el PP, por supuesto, ven todo lo ocurrido de forma opuesta. Consideran que las prisas de los socialistas en el Congreso, con una reforma penal tramitada a la carrera a la que en el último momento incluyó la renovación judicial tumbada después por el TC, han inquietado a una parte del electorado de centro que no comparte la derogación de la sedición ni la reforma de la malversación. Los populares manejan datos demoscópicos que les colocan 4,4 puntos por encima del PSOE.

El entorno de Feijóo sostiene que con su recurso de amparo ha logrado estropear “el plan de Sánchez”. Según los conservadores, el presidente del Gobierno quería que las fiestas de Navidad diluyeran la polémica por la sedición, la malversación y los cambios de elección en el poder judicial y ellos lo han impedido. “Le hemos roto su hoja de ruta y se le ve claramente incómodo, con nuevas descalificaciones y acusando al TC, en sede parlamentaria, de ser una correa de transmisión nuestra”, señaló en el Senado un miembro del líder del PP.

Doble sesión de control

Ambas versiones se vieron las caras este miércoles por partida doble. El Gobierno se sometió a una sesión de control en el Congreso y a otra en el Senado. Por la mañana, en la Cámara baja, durante un debate menos crispado de lo habitual, algo paradójico dada la tensión de los últimos días, Sánchez acusó al PP de haber ido “demasiado lejos” con el recurso al Constitucional y agradeció a ERC la mano tendida para sacar adelante la norma ‘ad hoc’ sobre la renovación judicial, informa Miguel Ángel Rodríguez. En opinión del jefe del Ejecutivo, este respaldo supone una prueba de que el partido que gobierna la Generalitat ha “asumido” que los cambios se hacen “dentro de la legalidad” y no por la vía unilateral. “Si ustedes quieren presentar una ley aquí, háganlo, allí estaremos”, le había dicho justo antes el portavoz parlamentario de los republicanos, 

Gabriel Rufián.

Horas después, en el Senado, Sánchez y Feijóo se midieron por última vez este año. Ambos dirigentes, que no han mantenido ninguna conversación desde que comenzó el choque entre instituciones, escenificaron un diálogo prácticamente de sordos, con el presidente incidiendo en la anomalía que ha representado el bloqueo legislativo por parte del Constitucional y el líder del PP subrayando la presunta falta de credibilidad de su principal adversario.

“Han intentado enmudecer al Parlamento, pero el Parlamento va a hablar, alto y claro”, dijo Sánchez, en alusión a la inminente proposición de ley sobre la renovación del Constitucional. El jefe del Ejecutivo también retrató a Feijóo como un líder “dirigido” por otros poderes.

"Convoque usted elecciones y hablemos de verdad, sin límites", le contestó el líder del PP, pidiendo una vez más la celebración anticipada de los comicios generales, algo que no entra en los planes del secretario general del PSOE. “ERC ha pedido ya una consulta (…) ¿Tiene fecha ya para celebrarla?”, le preguntó a Sánchez, que optó por no contestar, un silencio que los parlamentarios populares interpretaron como la confirmación de que el Gobierno autorizará la consulta sobre la independencia que defienden los republicanos. Pero en la Moncloa aseguran que algo así no ocurrirá “en ningún caso”.