EL DEBATE

¿El ecologismo solo es de izquierdas?: "La polémica del filete de Garzón fue patética"

Nueve de cada diez españoles están preocupados por el cambio climático, según el CIS.

EL PERIÓDICO DE ESPAÑA habla con dos expertos acerca de los riesgos de la polarización política en el tema medioambiental.

Manifestante exhibe un cartel con el lema 'El planeta antes que el beneficio"

Manifestante exhibe un cartel con el lema 'El planeta antes que el beneficio" / MARKUS SPISKE

Alberto Muñoz

Alberto Muñoz

Uno de los principales peligros a los que se enfrenta la emergencia climática se podría resumir en un chuletón: el que se comieron multitud de líderes y simpatizantes de la derecha española como contestación a la recomendación del ministro de Consumo, Alberto Garzón, de reducir el consumo de carne. El debate acerca de la crisis medioambiental, que ya preocupa a nueve de cada diez españoles independientemente de su ideología según el CIS, corre el riesgo, sin embargo, de contagiarse de la corriente de polarización en los discursos políticos. ¿Puede sobrevivir nuestro planeta si el tema se percibe como una cuestión exclusivamente de izquierdas? ¿Podemos hacerlo nosotros?

EL PERIÓDICO DE ESPAÑA habla con dos expertos con puntos de vista completamente diferentes, pero con un interés común: la necesidad de hacer frente a la crisis medioambiental. Ambos coinciden en que se trata de un problema transversal a la ideología política, pero eso no quiere decir que coincidan en las soluciones, ni, por supuesto, en qué espectro político debe reclamar para sí una bandera que ha estado tradicionalmente “en manos de la izquierda”.

"La polarización en la política es negativa siempre, pero es injusto, y además, deshonesto, decir que el ecologismo solo puede ser de izquierdas. Compartimos la preocupación por el medioambiente con ellos, lo único es que quizás diferimos en la forma de afrontar esta crisis", asegura a este periódico desde Londres Luis Quiroga, fundador de Oikos, un think tank dedicado a defender que las soluciones contra la emergencia climática también pueden llegar desde el espectro del centroderecha.

"Podemos hablar de una coalición entre la gente que está comprometida con la búsqueda de soluciones, pero me parece que si pensamos que las respuestas las va a dar el capitalismo estamos completamente equivocados. Como modelo económico no ha hecho nada por sí mismo en este sentido en los últimos 30 años, así que todo va a tener que partir de nosotros, de la gente, para forzar a los que tienen el poder y el dinero a cambiar las cosas", dice por su parte Troy Vettese, historiador especializado en economía medioambiental e investigador postdoctoral en la Universidad de Harvard hasta el año pasado.

Troy Vettese, autor de Half-Earth Socialism./ LIU XINYUE

Esos planteamientos que hace Vittese, dice Quiroga, sostienen su tesis de que "la narrativa sobre el cambio climático está dominada fundamentalmente por la izquierda", y eso hace que en el debate sobre la crisis medioambiental parece que solo puedan tener legitimidad las ideas que llegan desde ese lado del espectro político. De hecho, dice, "la izquierda sigue acusando a la derecha de ser negacionista cuando es algo que no pasa ni siquiera en Vox". Los datos, en este caso, le dan la razón, por lo menos en cuanto a los estudios que se han realizado últimamente entre los votantes de la derecha española.

La polarización no llega al votante

Según el barómetro de septiembre del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), la preocupación por el medioambiente ya es el quinto problema más citado por los españoles, y nueve de cada diez, independientemente de su ideología, aseguran que el tema les preocupa mucho o bastante.

La concienciación, eso sí, es mayor entre los que votaron a Unidas Podemos en las elecciones de 2019 (97,2%) y al PSOE (94%), pero en el PP (85,9%) y Ciudadanos (83,1%) también es mayoritaria. Solo en Vox la estadística se descuelga un poco más y llega hasta el 74,8%, pero sigue haciendo referencia a tres de cada cuatro de sus votantes.

A pesar de esta sensación de consenso con respecto a la existencia de un problema importante, la crisis medioambiental sigue siendo utilizada como arma arrojadiza entre los dos espacios políticos como ocurrió, por ejemplo, cuando Alberto Garzón, ministro de Consumo recomendó reducir el consumo de carne para tener una alimentación más sostenible.

"La polémica del filete fue bastante patética, la verdad. Cualquiera que trabaje sobre el terreno te va a decir que comemos demasiada carne, pero parece que eso es de lo que trata la política hoy, ¿no? Especialmente cuando hay gente que sabe que si nuestro modelo de sociedad cambia va a perder mucho, y no solo los que tienen el poder, sino también la gente de a pie. Si les decimos que coman menos carne o que viajen menos es normal que lo vean como una amenaza a su estilo de vida", explica Vettese, que se reunió la semana pasada con Garzón con motivo de la publicación de su último libro, Half- Earth Socialism.

Conducir un SUV y comer solomillo cada día

"Muchas de las soluciones que da la izquierda son inútiles, o, cuanto menos, poco efectivas. Y sobre todo esa idea que tienen de que las sociedades van a aceptar una merma de sus estándares de vida. No, el 'decrecimiento' no es la solución, y tampoco lo son las propuestas gestuales como los modelos de ciudad de 15 minutos. Cambiar los coches por bicicletas o reducir la movilidad no va a generar un gran impacto si de aquí a 20 años todos los coches van a ser eléctricos como queremos que sean", apunta el fundador de Oikos, que es además socio de una gestora de fondos especializada en transición energética en la que se manejan más de 1.000 millones de euros de capital.

"Bueno, si la derecha cree que va a vivir en un futuro en el que conduzca un SUV y en el que pueda comerse un solomillo cada día pues bien, cosa suya. Te pones a hacer las cuentas y no te salen. ¿Cuánta tierra necesitas para sostener ese estilo de vida? ¿Cuántas especies se van a extinguir por ello? ¿Cuántas emisiones a la atmósfera se van a producir? Ésa es la clase de debates sobre nuestro futuro que deberíamos estar teniendo en este momento", lamenta el investigador, que se define a sí mismo como socialista.

Sin embargo, y a pesar de que critica el "tono catastrofista que suele tener la izquierda en sus diagnósticos", Vettese no cree que la especie humana se vaya a extinguir por la emergencia medioambiental. "Morirá mucha gente y se perderá mucho por el camino, pero encontraremos la solución. La duda está en saber cómo llegaremos a ella", apunta.

Quiroga, por su parte, dice tenerlo más claro: "Con el capitalismo, claro, es que es el único modelo capaz de resolver esto. Llevará varias generaciones, pero la inversión privada está muy comprometida y, con la ayuda de la regulación de los gobiernos, porque nosotros no somos libertarios, se podrá encontrar una salida a esta crisis".