UNIDAS PODEMOS

Yolanda Díaz afronta sin Podemos la recta final de la negociación para la reforma laboral

El partido morado mantiene mutismo absoluto y evita respaldar el texto, mientras retira el soporte comunicativo a la vicepresidenta segunda del Gobierno

Yolanda Díaz, este fin de semana en Cataluña.

Yolanda Díaz, este fin de semana en Cataluña. / EFE

Yolanda Díaz afronta en solitario la defensa y negociación de la reforma laboral que deberá ser aprobada en el Congreso de los Diputados el próximo miércoles 3 de febrero. Hoy se cumple un mes desde que el Consejo de Ministros diera luz verde a la medida estrella de la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, que a día de hoy todavía no cuenta con una mayoría para salir adelante.

La agenda frenética que mantiene estos días la dirigente para movilizar los apoyos a la reforma laboral contrasta con el mutismo de Podemos, que en las últimas semanas ha evitado respaldar un texto que algunos sectores del partido consideran insuficiente. Desde el partido morado también han retirado el soporte comunicativo a la dirigente, y ya no incluye en sus convocatorias las intervenciones de la vicepresidenta. 

A finales de diciembre Yolanda Díaz logró un difícil equilibrio entre patronal, sindicatos y Gobierno que ahora se ve amenazado por la hostilidad de los socios de investidura, que aspiran a enmendar el texto con unos cambios que ponen en jaque la continuidad de la CEOE en el acuerdo. En los últimos días de negociación, los morados han optado por mantener un perfil bajo, evitando cualquier intercesión con el resto de grupos para acercar su apoyo. 

Desde que se aprobó el real decreto el pasado martes 28 de diciembre se ha guardado un elocuente silencio en Podemos, donde huyeron de las muestras de entusiasmo hacia la reforma. "No es la reforma que haría Unidas Podemos de ser mayoría en el Gobierno y no acaba de ser del todo la que querrían los agentes sociales", resumió la portavoz adjunta del espacio en el Congreso, la diputada Sofía Castañón. De esta forma los morados, al tiempo que evitaban críticas abiertas a la vicepresidenta y ministra de Trabajo, se alineaban con las tesis de los socios de Gobierno, señalando las carencias del pacto frente a su política de máximos. 

A esto se suma el creciente alejamiento de Yolanda Díaz de Podemos; un distanciamiento que comenzó en octubre, conforme la futura candidata desvelaba sus planes de construir una plataforma ajena a partidos para las elecciones generales, un planteamiento que ha generado fuertes recelos en la organización de Ione Belarra. A raíz de esta idea, ha cristalizado también una nueva composición de alianzas dentro del espacio, con Ada Colau como principal aliada de la vicepresidenta y el renovado protagonismo de Izquierda Unida como valedor del futuro proyecto, en contraste con las reticencias existentes en Podemos. 

DÍAZ TOMA EL CONTROL

En un primer momento, tras anunciarse el acuerdo, Podemos salió a reclamar su papel en las negociaciones parlamentarias con el resto de grupos. El portavoz en el Congreso, Pablo Echenique, aseguró que llamaría de manera inmediata a sus homólogos de otros partidos para encauzar la negociación. “Confío en que la reforma laboral salga adelante, pero vamos a tener que dialogar con nuestros socios", aseguró en una entrevista en TVE a finales de diciembre, donde llamó a “llegar a acuerdos” con las formaciones nacionalistas, abriéndose así a la posibilidad de enmendar el texto. Después de aquella afirmación, fue Jaume Asens, presidente de Unidas Podemos y portavoz parlamentario de los comuns, principal aliado de Díaz, quien salió a rebajar las expectativas y alertó de que cualquier cambio amenazaría el pacto alcanzado. 

Pero las pretensiones de los morados fueron rápidamente sofocadas por el departamento de Yolanda Díaz, que tomó las riendas de la negociación, según indican fuentes del partido morado. Así, desde el Ministerio de Trabajo, con la vicepresidenta y su número dos, el secretario de Estado Joaquín Pérez Rey, al mando, se está “centralizando” la negociación, dejando fuera al resto de interlocutores del grupo. En las filas moradas señalan que esta directriz “se está respetando” y que “se está siendo más cuidadoso de lo habitual”, evitando cualquier alusión siquiera a la medida. Si Yolanda Díaz busca protagonizar en solitario la negociación de esta medida, también será quien se estrelle en caso de no sacarla adelante.

En las últimas semanas las únicas referencias de los morados a las negociaciones han ido encaminadas a rechazar cualquier apoyo de Ciudadanos. El ex vicepresidente y presidente de la fundación de Podemos, Pablo Iglesias, abanderó la idea de que los naranjas sólo querían socavar la mayoría de investidura, y la tesis ha sido asumida por toda la organización, dando cuenta del predicamento que aún cuenta el ex líder morado en sus filas. 

Desde el departamento de Yolanda Díaz siempre han desdeñado el apoyo de Inés Arrimadas a la medida, pero la presión de los morados contra la ‘vía Ciudadanos’ ha llevado a la dirigente a endurecer también su discurso contra esta opción. Así, defendió que esta opción “expulsa a las formaciones políticas que sustentan al Gobierno”, tal como aseguró en los micrófonos de la Cadena Ser este miércoles noche. 

SIN SOPORTE COMUNICATIVO


Esta intervención, como las decenas de entrevistas o actos protagonizados por la dirigente, han sido pasados por alto en Podemos, que ha retirado el soporte comunicativo a la gallega. A diferencia de lo sucedido con Iglesias, al que la organización continúa dando protagonismo, llegando incluso a pedir contribuciones económicas a la militancia para su programa de podcast La Base, Yolanda Díaz ya no cuenta con el respaldo público y la ventana de visibilidad a Yolanda Díaz.

Desde que se aprobó el real decreto de la reforma laboral en Consejo de Ministros, los morados han evitado dejar muestras públicas de apoyo a la reforma, y desde los canales oficiales de Podemos en las redes no se ha emitido ningún mensaje en referencia a la medida estrella de Yolanda Díaz o mención alguna a su principal impulsora. 

El último mensaje relativo al texto, en teoría una de las banderas del espacio, datan precisamente del 28 de diciembre, cuando fue aprobado. Desde entonces, no ha existido ninguna otra alusión, y la frialdad en la organización es más que patente. También de esa fecha data la última referencia a la vicepresidenta segunda en la cuenta oficial de Twitter de Podemos.

La misma situación se da a nivel comunicativo a la hora de informar sobre las convocatorias de los dirigentes más relevantes del espacio, y Cualquier acto o convocatoria de la vicepresidenta segunda es obviado por la formación morada, que también ha retirado de su agenda sus actos. La última aparición de Díaz en la agenda enviada por el partido a los medios de comunicación data del 17 de diciembre, cuando se reunió con Podemos Euskadi en un acto al que también acudió Ione Belarra. 

Desde entonces, la dirigente ha protagonizado decenas de actos, encuentros y reuniones con organizaciones y sindicatos. Ninguna de ellas ha sido incluida en la agenda de previsiones del partido morado, bajo el argumento de que se trata de la agenda oficial del Ministerio de Trabajo, y no propiamente de la organización. 

Sin embargo, también se ha excluido de la agenda mediática las entrevistas de la gallega en los medios de comunicación, a diferencia de otros dirigentes de Unidas Podemos en el Gobierno, como Enrique Santiago, del PCE, cuyas apariciones en medios sí están incluidas en la agenda oficial pese a no pertenecer en las filas moradas.