ESPACIO DE IZQUIERDAS

Yolanda Díaz visita al Papa Francisco a la caza de 13 millones de católicos no practicantes

La vicepresidenta segunda del Gobierno busca ampliar su espacio electoral y da especial importancia a esta bolsa de votantes, que supone el 37,9% del censo

Pablo Iglesias ya intentó reunirse con el Papa Francisco a los comienzos de Podemos, cuando el partido era un proyecto transversal, pero no lo consiguió

Yolanda Díaz, vicepresidenta segunda del Gobierno

Yolanda Díaz, vicepresidenta segunda del Gobierno / EFE

Yolanda Díaz consolida su apuesta por la transversalidad con un guiño al catolicismo. La vicepresidenta segunda del Gobierno acudirá este sábado a El Vaticano para reunirse con el Papa Francisco; un encuentro que no es casual y que responde a su apuesta por ampliar horizontes electorales más allá del espacio que ocupa la izquierda española. Un intento, en definitiva, por superar esa "esquinita" a la izquierda del PSOE, tradicionalmente hostil hacia la Iglesia Católica. 

La dirigente, que aspira a ser candidata para las elecciones de 2023, ya está trazando su hoja de ruta política, que pasa por desprenderse de los clichés hasta ahora asociados al espacio a la izquierda del PSOE, y con este objetivo trata de aproximarse a los católicos, que en España suponen el 56,8% del censo electoral, según el último CIS; una cifra que se traduce en 19,6 millones de españoles creyentes

Sin embargo, el público al que se dirige Díaz está mucho más acotado, y es que dos terceras partes de este total de católicos son votantes que se definen como ‘no practicantes’. Este colectivo engrosa la bolsa electoral más numerosa del país, en cuanto a creencias religiosas se refiere, y se presenta como un objetivo electoral para la vicepresidenta del Gobierno. 

Según el último barómetro de noviembre del Centro de Investigaciones Sociológicas, el 18,9% del censo se considera católico practicante, mientras que el 37,9% se define como católico no practicante, una cifra muy superior al resto: el 13% es agnóstico (“no niega la existencia de Dios pero tampoco la descarta”, apunta el organismo), el 14,2% es ateo (niega la existencia de Dios), el 12,1% es “indiferente, no creyente” y el 2,2% se considera creyente de otra religión. 

Los católicos no practicantes se corresponden en España con un total de 13,1 millones de electores a quienes Yolanda Díaz aspira a interpelar con su visita, aunque desde su equipo niegan cualquier intención electoral. Las principales razones, apuntan otras fuentes conocedoras, son precisamente el volumen de este colectivo (casi un 40% del censo) y la- buena imagen de la que goza en este sector. Si bien la valoración de este colectivo hacia la dirigente gallega no es mala -tiene un 4,5 acercándose al aprobado, según el CIS-, existe un importante margen de mejora que, en último lugar, podría traducirse en miles de votos.

Esta valoración mejora en el caso de creyentes de otra religión (5,1) y entre los agnósticos y ateos, donde obtiene una nota del 5,6. Entre los católicos sí practicantes, en cambio, la valoración cae ostensiblemente hasta el 3,9

Entre los no practicantes, además, la valoración de Díaz ha experimentado un crecimiento constante desde hace meses, según los estudios publicados por el organismo de José Félix Tezanos. Así, en julio la vicepresidenta obtenía un 4,13; un 4,3 en septiembre, y un 4,4 en octubre. En el mes de noviembre esta valoración se sitúa en el 4,48, confirmando esa progresiva tendencia al alza. Una mejora que va de la mano con el nivel de conocimiento de la política en este colectivo: si en septiembre la conocía un 87%, ahora es reconocida por un 91,5% de los católicos no practicantes.

Caso distinto es el fenómeno que se produce entre los católicos sí practicantes, el único grupo donde la valoración a Díaz presenta una tendencia a la baja respecto a barómetros anteriores: en el mes de octubre, por ejemplo, obtenía un 4 frente al 3,75 de noviembre. 

A esto se suma, además, otro factor a tener en cuenta en el equipo de la vicepresienta: la menor popularidad de la que goza Papa Francisco entre el sector más ortodoxo de la Iglesia, representado en los católicos practicantes. El perfil del líder eclesiástico genera cierta división dentro de la institución, y algunas de sus propuestas han sido asociadas en España con medidas planteadas por formaciones de izquierda. Una atribución que choca con la tendencia ideológica de los sí practicantes, más escorados a la derecha.

INTENTO FALLIDO DE IGLESIAS

El ex vicepresidente de Gobierno, Pablo Iglesias, ya ha expresado en numerosas ocasiones su simpatía hacia el Papa Francisco, con quien también intentó reunirse en los primeros compases de Podemos, cuando el partido aún conservaba su proyecto de transversalidad. Sin embargo, aquella petición nunca fructificó y tampoco se insistió por parte del entonces líder morado. 

Ahora, Díaz consigue el que fuera uno de los objetivos de Iglesias, y conseguirá la deseada foto con el líder eclesiástico. La reunión del sábado irá encaminada a abordar temas sociales, un ámbito muy tratado por el jefe de El Vaticano, y en el que se encuentra especialmente cómodo. Así, según fuentes de la Vicepresidencia Segunda, los dirigentes se han emplazado a dialogar “sobre algunos retos comunes de la Humanidad como la crisis sanitaria y social de la COVID-19”. 

Prevén abordar, asimismo, asuntos relativos a materia laboral que recaen en las competencias de la dirigente en el Gobierno, como “la importancia del Trabajo decente” o “abordar la precariedad y desigualdad social creciente”, así como otros puntos como la crisis climática o las amenazas contra la democracia y los derechos humanos.

LOS NO PRACTICANTES, EN EL CENTRO

En términos ideológicos, también hay una diferencia ostensible entre católicos practicantes y no practicantes. Los primeros están más escorados hacia la derecha, siempre según el último CIS (consultar aquí), que sitúa a este colectivo en el 5,6, siendo el 1 la extrema izquierda y el 10 la extrema derecha.

Mientras, los no practicantes pertenecen al centro casi perfecto, y se sitúan en el 5,02, justo en la mitad de esa escala izquierda-derecha. Se sitúan más a la izquierda los creyentes de otras religiones (4,39) y los ateos y agnósticos (3,7). Unos sectores más convencidos entre quienes Yolanda Díaz tiene un menor margen de crecimiento. 

Estas tendencias ideológicas se confirman en otros de los puntos del CIS: y es que entre los católicos practicantes, la opción preferida para presidir el Gobierno es Pablo Casado (22,9%), la segunda es Pedro Sánchez (16,7%) y la tercera, Santiago Abascal, con un 11,2%, mientras que sólo el 5,1% opta por Yolanda Díaz. Entre los practicantes, además, el PP es la opción favorita para el 31,5% de los votantes, mientras el PSOE queda en segundo lugar a bastante distancia (18,4%) y Vox queda en tercera, con el 12,4%.

Esto cambia sustancialmente en la bolsa de católicos no practicantes, de corte más socialdemócrata, donde se duplica el apoyo a Yolanda Díaz como presidenciable (10,8, por encima de Santiago Abascal), y donde un 23,1% quiere a Sánchez de presidente. Un electorado, en definitiva, en el que Yolanda Díaz tiene un amplio margen para hacer crecer su espacio.