Opinión | LITERATURA

Escribir a los 103 años

La escritora Teresa Juvé, viuda de Josep Pallach, acaba de publicar su novena novela sobre Jaume Plagumà, un policía catalán de finales del siglo XVI de la época de Felipe II

Teresa Juvé.

Teresa Juvé. / JOAN CORTADELLAS

Vivir más de 100 años es todavía noticia. Pero seguir escribiendo a los 103 es ya muy excepcional. Teresa Juvé lo ha logrado y el viernes presentó en la librería Nollegiu de Palafrugell 'Plany per una dona perduda'. Es su novena novela sobre Jaume Plagumà, una policía oficial que en la Cataluña de finales del siglo XVI, la época de Felipe II, debe resolver casos en un país asolado por los bandoleros y la Inquisición. No sin problemas con el virrey de turno.

El gran conocimiento de la lengua y de la historia de Cataluña y de Occitania, pues vivió exilada en Toulouse, hacen que su prosa catalana -su antiguo editor Jordi Ferrando dice que única e inigualable- nos sumerja en un mundo de hace más de cuatro siglos, pero en el que las intrigas criminales indican que los sentimientos y los móviles no estaban tan alejados de los actuales. Y según Ferrando, además de entretener, enriquecen la cultura histórica y geográfica. 

El marco de las novelas de Jaume Plagumà es Cataluña, incluyendo la francesa, claro. E incluso más allá. Parte de 'Plany per una dama perduda', una intriga sobre el asesinato, secuestro o huida amorosa de la protagonista, transcurre en parte en la pirinaica ciudad de Pau que fue capital del Reino de Navarra. Cuna, más tarde, de Enrique IV, un hugonote que para heredar la Corona francesa se convirtió al catolicismo con la famosa frase: “París bien vale una misa”. Y una novela anterior incluso transcurre en el Madrid de los Austria.

Teresa Juvé siempre tuvo vocación de escritora. En 1963, desde el exilio, fue finalista del Premio Nadal con 'La charca en la ciudad', sobre sus vivencias en unas instalaciones francesas para mujeres refugiadas. Pero 1963 no eran tiempos para Teresa Juvé, casada desde 1948 con otro exilado catalán, Josep Pallach, que era el principal dirigente del clandestino MSC, Moviment Socialista de Cataluña, de donde surgió el actual PSC. Y solo fue tras la muerte prematura de Pallach en enero de 1977, pocos meses antes de las primeras elecciones democráticas, cuando Juvé dedicó una gran parte de su tiempo a escribir sobre Jaume Plagumà, una especie del comisario Maigret de Simenon del siglo XVI. Lo hizo -dice- para demostrar que estaba viva. Desde Esclanyà, al lado de Palafrugell, Juvé ha vivido y escrito en solitario, pues su hija y sus nietos, fruto del exilio, viven en Francia.

En el 2014 publicó 'Tu ets jo. Flaixos pel meu blog', una autobiografia de su vida con Pallach, que habría sido uno de los líderes de la Cataluña democrática. Pero su muerte prematura (57 años) privó al país de la visión de una izquierda tan auténtica (de joven militó en el POUM) como realista sin concesiones. Las maniobras de la URSS en la zona republicana (asesinato de Andreu Nin) y la Europa posterior a 1945 le hicieron un convencido socialdemócrata, muy atacado por los procomunistas. Mucho antes que otros intelectuales de prestigio, como Jorge Semprún, ya sabía que el comunismo solo llevaba a un totalitarismo peligroso.