Opinión

Las autoridades (in)competentes

Si el discurso xenófobo de Vox y Aliança Catalana produce vergüenza democrática, ¿cómo soportar expulsiones ilegales o inacciones que desencadenan muertes bajo la responsabilidad de un Gobierno progresista?

La oficina de extranjería

La oficina de extranjería / CARLOS VALBUENA

Ellas no sabían, por supuesto. Las autoridades (in)competentes desconocían la letra de la ley de Extranjería que tenían en sus manos. La que estrujaron con saña, convirtieron en papel inservible y tiraron a la papelera. ¿A quién le importa la suerte de 45 menores marroquís? Patada y al furgón de regreso a su país.

Fueron esas autoridades (in)competentes las que se confundieron con una ley muy clara. Tan clara que especifica los requisitos para retornar a un menor. Desde hablar con él hasta recabar información sobre sus circunstancias familiares y disponer de un informe de los servicios de protección de menores y de la fiscalía. Pero, vaya por Dios, a veces uno se despista. Y sale del súper con el carro lleno de comida sin pasar por caja o circula a 200 km/h por la autopista. Olvidos sin importancia.

Las mismas autoridades (in)competentes permitieron que la policía irrumpiera en un centro de menores, se llevara a los chavales sin previo aviso, los metiera en un furgón y, de allí, directos a Marruecos. Sin mediar una explicación, dejando que el paisaje les fuera informando de su destino. Adiós a la alegría y los sueños. Bienvenidas la miseria y la desesperanza.

El Tribunal Supremo ha considerado ilegal la devolución a Marruecos de 45 menores en agosto del 2021, los chavales se habían colado en Ceuta tres meses antes. El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, ha alegado que “las autoridades competentes en la materia actuaron en todo momento con el convencimiento pleno de ajustarse al ordenamiento jurídico y siempre bajo el principio del interés superior del menor”. Y la declaración produciría hilaridad si no fuera tan rematadamente cínica. Porque fue su propio ministerio el que impulsó y coordinó la devolución de menores.

Marlaska fue la autoridad competente -más bien incompetente- en este caso. Igual que meses más tarde se vería implicado en la tragedia de la valla de Melilla que causó, al menos, la muerte de 23 inmigrantes. Si el discurso xenófobo de Vox y Aliança Catalana produce vergüenza democrática, ¿cómo soportar expulsiones ilegales o inacciones que desencadenan muertes bajo la responsabilidad de un Gobierno progresista? El mensaje es muy claro: los inmigrantes son material desechable.

Difícilmente la ciudadanía puede mostrarse conmovida ante la vulneración de los derechos de los inmigrantes cuando las autoridades competentes no lo hacen. Si el Gobierno no adopta medidas drásticas que muestren su rechazo a lo ocurrido, el escudo contra la xenofobia se desvanece sin remedio.