Opinión | TECNOLOGÍA

¿Prohibir los móviles en los institutos?

Parece una medida adecuada, que debe complementarse con un seguimiento en los hogares y un mayor uso de aplicaciones que facilitan el aprendizaje

Menores con los teléfonos móviles.

Menores con los teléfonos móviles. / El Periódico

A finales de julio, la UNESCO publicó su informe global anual, focalizado esta vez en las tecnologías educativas. Muchos medios de todo el mundo recogieron la idea de que esta organización de Naciones Unidas promueve una prohibición coordinada y global del uso de los móviles en las aulas. Sin embargo, un día después, en su propia web, se pudo leer un breve reportaje titulado ¿Smartphones en la escuela? Sólo cuando apoyen claramente el aprendizaje.

Hay dos cuestiones diferenciales sobre los móviles y la población escolar. Damos por hecho que la cuestión en España afecta a los institutos y no a los colegios, cuyo alumnado -menor de doce años- no debería tener aún este tipo de aparatos. En primer lugar, hay que hablar sobre el móvil como herramienta de apoyo a la educación. Y en segundo lugar habría que tratar la cuestión de los desórdenes de convivencia planteados por los malos usos de los teléfonos móviles.

En relación con el aprendizaje, parece demostrado que el abuso del ocio a través del móvil perjudica la concentración y entretiene demasiado a los adolescentes. Sin embargo, hay profesorado que, a través de las aulas virtuales, comparte apuntes, materiales y ejemplos prácticos de manera atractiva y pedagógica. "Cada maestrillo tiene su librillo", dicen, y no está demostrado que una lección magistral o que una sobredosis de tiza sea superior a una buena explicación apoyada por las ventajas que ofrecen las tecnologías actuales. Lo importante, como dice la UNESCO, es poner a los estudiantes en el centro de la metodología docente que se utilice, y no dejar a nadie atrás porque no pueda pagarse un móvil de última generación.

La cuestión de la convivencia es más compleja. Castilla-La Mancha y Galicia prohibieron los móviles en los centros docentes en 2015. Madrid se sumó en 2020. Dos profesores valencianos -Pilar Beneito y Óscar Vicente Chirivella- han encontrado evidencia, en las dos primeras Comunidades Autónomas, respecto a la disminución de casos de acoso escolar y a la mejora del rendimiento en matemáticas y ciencias.

Francia e Italia ya prohíben que los chavales lleven sus móviles a los institutos, mientras que Finlandia y Holanda se disponen a hacerlo. En Estados Unidos la legislación es dispersa y variopinta. El Reino Unido está en pleno debate. Parece una medida adecuada, que debe complementarse con un seguimiento en los hogares y un mayor uso de aplicaciones que facilitan el aprendizaje. No es tan difícil.