Opinión | MERCADOS DIGITALES

La UE no contemporiza en internet

Las normas contra la concentración han de favorecer, no lastrar, el crecimiento de tecnológicas europeas

Los gigantes de internet disponen de seis meses para adaptarse a la ley de mercados digitales.

Los gigantes de internet disponen de seis meses para adaptarse a la ley de mercados digitales.

Bruselas ya ha dado a conocer las seis grandes empresas tecnológicas a las que va a afectar la ley de mercados digitales (DMA, por sus siglas en inglés), que busca aumentar la competencia en el mercado digital y frenar los abusos de poder de los gigantes de internet. Las compañías a las que incumbe la iniciativa europea son Alphabet (Google), Amazon, Apple, ByteDance (TikTok), Meta (Facebook) y Microsoft. La UE no tiene intención de ser contemporizadora. Así, las sanciones por infringir la DMA pueden llegar, en aquellos casos que revistan mayor gravedad, hasta el 10% de su facturación global. Deberán someterse también al nuevo reglamento 22 de los servicios que ofrecen dichas empresas, entre los cuales se hallan, por ejemplo, Instagram y Youtube.

Los gigantes de internet disponen de seis meses para adaptarse a la norma europea. No obstante, ello no va a evitar una fuerte resistencia por su parte. Así, los equipos de abogados de las compañías tecnológicas ya han empezado a preparar la batalla, que se prevé dura y larga, en los tribunales. Las empresas como Alphabet (Google), Apple o Microsoft son perfectamente conscientes de que el cambio al que se les obliga no es cosmético, sino muy profundo. Va a acarrear estrictas limitaciones en su forma de proceder y, además, va a repercutir negativamente en sus cuentas de resultados. En el pasado, Bruselas ya ha perseguido las prácticas abusivas de los gigantes de internet. Google, por ejemplo, recibió una multa de 8.000 millones por favorecer sus propios servicios en los resultados de su buscador.

La ley de mercados digitales presenta dos grandes dimensiones. Por una parte, se trata de que el mercado tecnológico funcione mejor, más eficientemente, que hasta ahora, algo que pasa necesariamente por que las grandes empresas mundiales ostenten menos poder. La Comisión Europea tiene claro que las prácticas anticompetitivas de los gigantes de internet, que actualmente imponen sus condiciones y protocolos al usuario, limitan la innovación y provocan que la calidad de los servicios sea inferior a la que podría y debería ser. La Unión Europea también se ha mostrado preocupada por la privacidad de las comunicaciones. La DMA dificultará el rastreo y la recogida de datos personales.

Por otra parte, al poner coto a la concentración y favorecer que haya más oferta, la DMA persigue que los precios que pagan los usuarios por los servicios digitales disminuya. La idea es poner las bases para que prosperen y se desarrollen nuevas compañías en el sector y que, por lo tanto, el ciudadano disponga de más opciones entre las que elegir. La Comisión Europea está convencida de que la mayor competencia entre proveedores hará que los precios del futuro sean «más justos» que hoy en día.

La UE debe velar para que las normas para evitar la excesiva concentración y el abuso de poder favorezca el crecimiento de compañías tecnológicas europeas"

La regulación del mercado, sin embargo, no debería suponer sólo una mejora para el ciudadano. En el ámbito estratégico, la UE debe velar para que las normas para evitar la excesiva concentración y el abuso de poder no lastre, sino que, al contrario, favorezca el crecimiento de compañías tecnológicas europeas. Hay que ser ambiciosos y aspirar a robustecer y a dotar de mayor autonomía estratégica al sector tecnológico europeo, un sector que a nivel mundial está dominado por Estados Unidos y China, quienes mantienen marcos de regulación mucho más laxos, mucho menos exigentes, especialmente en el segundo caso.