Opinión | 72 ANIVERSARIO DE LA DECLARACIÓN SCHUMANN

Valores europeos frente a Putin

El aniversario de la Declaración Schumann se convierte en una defensa de los principios de la UE

Russian President Putin takes part in a ceremony in Saint Petersburg

Russian President Putin takes part in a ceremony in Saint Petersburg / SPUTNIK

Ayer se conmemoró el 73 aniversario de la Declaración Schuman, considerada la primera propuesta de integración europea para poner en común y bajo una única autoridad los mercados del carbón y del acero, vitales en la industria armamentística, y evitar que el continente fuera escenario de una nueva guerra. La primera piedra de lo que hoy conocemos como la Unión Europea es, pues, un proyecto que nace con el espíritu de mantener la paz como base de la prosperidad. El Día de Europa coincidió también con el Día de la Victoria, en el que Rusia exhibe orgullo patriótico y conmemora el 78 aniversario de la derrota de la Alemania nazi. Dos efemérides que por segundo año están marcadas por el conflicto bélico desatado por la invasión rusa de Ucrania. Dos mensajes distintos resonaron en Moscú y Kiev. Desafiante el primero hacia Estados Unidos y la Unión Europea, firme el segundo en defensa de los valores fundacionales del proyecto europeo, hoy amenazado por el auge de los populismos y la ultraderecha. La actitud de Rusia ante la construcción europea ha sido siempre de desconfianza. 

La anexión ilegal de Crimea en 2014 fue un primer aviso del malestar de Moscú con la cercanía europea de Ucrania y la invasión del país en febrero de 2022 abrió un conflicto que sobrepasó la dimensión puramente europea, cohesionó a los miembros de la OTAN y a los propios miembros de la Unión, que acogieron a casi ocho millones de ucranianos en un gestode solidaridad. Mientras Vladímir Putin acusaba a Occidente de haber desencadenado una guerra contra Rusia, el canciller alemán, Olaf Scholz, recordaba en la sede del Parlamento Europeo en Estrasburgo que el ataque a Ucrania lo es también "a los valores y principios" que han guiado a la UE desde su fundación: el respeto de los derechos humanos, al derecho internacional, la libertad y la democracia. Unas palabras similares resonaron en Kiev, a donde viajó la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen -por quinta vez desde el inicio de la guerra- para dejar claro que el compromiso de los 27 con el presidente Volodímir Zelenski es inquebrantable y que la UE trabaja mano a mano con Ucrania, un país claramente anclado en el continente europeo y que aspira a unirse cuanto antes al club comunitario. 

Mientras, a miles de kilómetros de Kiev, se celebraba otro acto cargado de simbolismo: la entrega del premio Carlos V en el monasterio de Yuste (Cáceres) al secretario general de la ONU, António Guterres, en reconocimiento a su europeísmo. Guterres, que condenó por enésima vez la invasión rusa de Ucrania por vulnerar la Carta de Naciones Unidas, subrayaba que para que la paz sea duradera "debe estar basada en el respeto y la protección de los derechos humanos en su globalidad". Y defendió el recurso a los "arsenales diplomáticos", convirtiendo la entrega del galardón en un alegato a favor de la paz

La UE ha salido hasta ahora airosa de la prueba de tener que enfrentarse a una nueva guerra, pero en el desenlace del conflicto se juega mucho. Es preciso que permanezca firme y unida en la respuesta al reto del Kremlin, con el claro objetivo de preservar los derechos y libertades que ha construido y que no deben ponerse en peligro bajo ningún pretexto.