Opinión | LA CARTILLA DE LA DIRECTORA

Ayuso, Bolaños y una refriega castiza

Bolaños ha quedado señalado como uno de los dirigentes del PSOE que más molesta en el entorno de Ayuso

Isabel Díaz Ayuso, presidenta de la Comunidad y del PP de Madrid.

Isabel Díaz Ayuso, presidenta de la Comunidad y del PP de Madrid. / EDUARDO PARRA

Que el abogado y político socialista Félix Bolaños es un personaje esencial en el equipo de Pedro Sánchez se sabía hace años. Que se ha convertido en un superministro u hombre fuerte del presidente es una obviedad desde que, en julio de 2021, fue agraciado con la cartera ministerial de Presidencia, Relaciones con las Cortes y Memoria democrática tras una de las crisis de gobierno más killer que se recuerdan, en la que salieron con pocos honores y por la puerta de atrás colaboradores del jefe de la Moncloa como Iván Redondo o José Luis Ábalos. Pero que además este madrileño de nacimiento se ha erigido en figura indispensable de la campaña electoral de los socialistas en Madrid ha llegado certificado en las últimas horas desde la Puerta del Sol, donde el equipo de la presidenta Isabel Díaz Ayuso no ha escondido su enojo porque pueda ser él, en vez de otros ministros o ministras, quien sea la imagen del Ejecutivo en los fastos del 2 de Mayo.  

Él no es bien recibido en la fiesta autonómica. La simple posibilidad se tacha de "provocación" desde el ayusismo. No se le cursó invitación. Sí las recibieron las ministras Margarita Robles -titular de Defensa y elogiada en sus quehaceres gubernamentales por los populares- y la de Política Territorial y portavoz del Ejecutivo, Isabel Rodríguez. La primera ha confirmado asistencia, mientras que la segunda no estará y no descarta que la responsabilidad de la representación institucional caiga en manos de un tercero. ¿Bolaños? Solo por el hecho de que el equipo de este ministro se interesara por la escaleta del acto oficial en el gobierno madrileño se puso el grito en el cielo. Sin escatimar en declaraciones off the record y on the record en las que se le reprocha usar su poder para "atacar" a Madrid. También se ha avisado desde la Comunidad de que se está estudiando el protocolo a fondo y que si Bolaños es capaz de presentarse sin invitación, se le tratará como a alguien que se cuela en una fiesta, haciéndole esperar y colocándole donde se considere oportuno, sin atender a demasiadas jerarquías y miramientos…

"A mí me han enseñado que cuando no te invitan a un sitio, no tienes que ir", espetó ayer el secretario general del PP y jefe de campaña de Ayuso, ante cámaras y micrófonos. El espectáculo (muy electoral y muy significativo) está servido y el foco está colocado ya en esta cuestión. Además de en la polémica autorización por el nuevo delegado del Gobierno de una protesta, en plena jornada festiva en la misma Puerta del Sol. A última hora la cambió a una calle aledaña. 

El caso es que entre tanto ruido y con el gran rifirrafe previo entre el Ejecutivo central y el regional por estos temas, Bolaños ha quedado señalado como uno de los dirigentes del PSOE que más molesta en el entorno de Ayuso. Y eso que la actual presidenta, todo hay que decirlo, afronta el 28-M casi como un paseo con dudas sobre si tendrá una gran mayoría simple o mayoría absoluta, según la demoscopia. La alcaldía es otra cosa y arroja más incógnitas.

La sombra del ministro de Presidencia se ha evidenciado más alargada que la de los propios candidatos socialistas en la comunidad y en la capital, a los que los sondeos advierten que no pasarán del tercer puesto, con el PP en cabeza y Más Madrid afianzándose como referencia de una izquierda transversal en este territorio. El trabajo de fondo realizado por Juan Lobato en estos meses no despunta lo suficiente ante la otra aspirante progresista y actual jefa de la oposición, Mónica García, con quien mantiene una estrecha relación y con quien no oculta que estaría dispuesto a sumar si eso hiciera posible un gobierno alternativo al popular. Pero las encuestas siguen diciendo que eso es más utopía en estos momentos que algo factible. Además, Lobato ha tenido sus más y sus menos con la cúpula nacional del PSOE, como ya ha explicado EL PERIÓDICO DE ESPAÑA. 

En lo que atañe a la exministra Reyes Maroto, ahora candidata a la alcaldía de Madrid, la realidad es que no encuentra la fórmula para explotar la buena imagen que tenía en su anterior cargo y que redunde en sus intenciones interiores. No convence fuera (nuevamente según la demoscopia) ni tampoco mucho dentro, en las filas socialistas, aunque públicamente ahora todo son aplausos. No en vano el partido está en campaña. En fin. El caso es que a Bolaños esta situación le da mucho trabajo. Más. Y docenas de críticas desde el PP.